Las tasas de lactancia han ido cambiando en las últimas décadas y en los últimos años, siguiendo al parecer la inercia de los profesionales de la salud, que en momentos diferentes han recomendado cosas diferentes.
Hacia los años 70 y 80, cuando nacimos los que ahora somos padres recientes, las tasas eran bajísimas porque los médicos recomendaban dar a los bebés lactancia artificial. En aquellos tiempos las mujeres que más daban el pecho eran los de menor nivel educativo. Ahora, en cambio, las tornas han cambiado y en la actualidad son las mujeres con mayor nivel educativo las que dan el pecho más tiempo.
Las de mayor nivel educativo siguen antes las recomendaciones sanitarias
Un estudio realizado con 666 mujeres adultas con hijos nacidos entre 1958 y 2002 desvela cómo ha ido cambiando la costumbre de dar el pecho en las mujeres a lo largo del tiempo.
En los años 60, por ejemplo, la lactancia materna era la manera preferida de amamantar a los bebés y era además cuando más duraban las lactancias. El 61,3% de las lactancias duraban más de seis meses. A finales de los años 90 eran un 29%.
Por contrapartida, y como hemos dicho más arriba, las tasas más bajas se dieron en los años 70 y 80, cuando lo que más se recomendaba era la lactancia artificial. En ese momento las mujeres de mayor nivel educativo fueron las que más siguieron las recomendaciones y sus hijos eran los que menos leche materna tomaban, o quizás simplemente eran estas las mujeres que mejor acceso tenían a los servicios de salud.
A partir de los 90, cuando las recomendaciones fueron cambiando, las tasas de lactancia materna en las mujeres con mayor nivel educativo fueron aumentando, siendo hoy en día el grupo de mujeres que más tiempo amamanta a sus bebés.
El resto de mujeres acabarán amamantando a un nivel similar
Las de un nivel educativo menor llegarán seguramente al mismo nivel, porque parece que llevan el mismo camino que las otras mujeres, aunque caminándolo unos años más tarde, como si se tratara de una serpiente.
Cuando las recomendaciones fueron dar biberón, las mujeres de mayor nivel educativo, en la cabeza de la serpiente, hicieron caer las tasas de lactancia materna, momento en que el resto amamantaba más (llegándose a decir eso de que “dar el pecho es cosa de gitanas”). Luego las tasas de las mujeres de la cola de la serpiente, las de menor nivel educativo cayeron también. En ese momento la cabeza de la serpiente volvió a subir y ahora sólo falta que la cola lo haga también, a medida que la información les vaya llegando también.
PS: Aún hay quien dice (he oído a médicos decirlo) que “dar el pecho es cosa de gitanas” o que “eso ya sólo se hace en los países sin recursos”… hace unas décadas podía considerarse cierto, ahora no tiene mucho sentido (además es de bastante mal gusto hablar así).
Foto | Coatl28
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