Si hace unos días os mostrábamos un vídeo que, con ironía y humor, pretendía mostrar lo absurdo que es que haya gente que esté en contra de dar el pecho en público, hoy os traemos precisamente una de esas noticias absurdas, pero además indignantes, sucedida en una tienda de ropa Primark (¿otra vez?).
Estamos acostumbrados a que se inste a las mujeres a dejar de dar el pecho, a hacerlo en otro lado o invitadas a taparse, pero lo que ha sucedido esta vez va más allá, porque el guarda de seguridad de la tienda arrancó al bebé del pecho de su madre y se lo llevo hacia la puerta de salida diciéndole: "Si quieres que te devuelva a tu bebé, sígueme".
Cómo sucedió todo
Su nombre es Caroline Starmer, tiene 28 años y estaba con sus dos gemelas de 9 meses y medio comprando en Primark, en Leicester, cuando una de ellas empezó a quejarse y llorar. Vio que había mucha cola todavía y que la cosa iba a ir para largo y decidió apartarse a una zona donde hubiera poca gente para darle el pecho. A los cinco minutos se le acercó el protagonista de la historia, el guarda de seguridad, que le dijo que tendría que irse de la tienda para seguir amamantando a la bebé.
Ella se negó. Conocedora de sus derechos (hace unos días también os los comentamos aquí), de que la ley permite a las mujeres amamantar a los bebés allí donde lo requieran, optó por no moverse y explicarle que su hija tenía hambre y que la ley defiende ese derecho. Pero no pudo acabar de explicarse porque el guarda se acercó a ella, cogió a la niña y se alejó diciéndole que le siguiera si la quería recuperar.
Según comenta Caroline al diario Mirror, fue un momento muy doloroso porque la niña quiso aferrarse a ella por la única unión que le quedaba, los dientes a su pecho:
El dolor fue insoportable, porque ella fue sacada de mi pecho contra su voluntad. Intentó sujetarse apretando fuerte sus dos dientes de abajo y me hizo mucho daño.
¿Y qué puede pasarte cuando de repente te hacen algo que no esperas y te dejan con las palabras en la boca? Que te cueste hasta reaccionar:
Me quedé de piedra. No sabía qué hacer. Ese extraño tenía a mi hija y estaba caminando mientras ella gritaba y yo me quedé sentada, con el pecho fuera y mi otra hija sentada en su silla de paseo.
Entonces comprendió lo grave de la escena y corrió a por su hija:
Cuando recobré mis sentidos corrí tras él y me detuve frente a él. Le quité a Paige de los brazos y él se burló de mí y se alejó.
La escena le dejó tan confusa que se fue inmediatamente de la tienda camino de la policía, para poner una denuncia. Llamó también a su marido que estaba en casa con sus otros dos hijos, quien se enfadó sobremanera y pasó la tarde hablando con responsables de la tienda para buscar responsabilidades.
La niña, por su parte, quedó marcada por el suceso, pues desde entonces no ha logrado dormir tranquila. Al parecer, no deja de despertarse llorando, inquieta.
Desde Primark lamentan lo sucedido, aseguran que van a tomarse el tema muy en serio, investigando qué pasó, y confirman que las madres son bienvenidas y que pueden amamantar allí a sus hijos, si lo precisan (tal y como vemos en el siguiente tuit).
Que se lo expliquen al guarda
Ahora solo falta que el guarda conozca esas directrices, porque de todas las decisiones que podía tomar, parece la peor. ¿Arrancarle a alguien el bebé del pecho? ¿Estamos locos o qué? ¿Está loco, o qué?
El hombre pretendía acabar con "la escena" de una madre amamantando a su bebé tranquilamente, en un lugar relativamente apartado, y para ello optó por generar una escena mucho peor, caminando por la tienda con un bebé ajeno llorando y dejando atrás a una madre con la teta fuera en estado de shock, que luego le perseguiría corriendo al rescate de su hija.
En cuanto sepamos más sobre este tema os lo hacemos saber, porque las versiones no coinciden en absoluto y la conclusión es clara: una de las dos partes miente.
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