Una idea ante la lactancia vacía: donar la leche cuando pierdes a tu bebé y los pechos se llenan
En Bebés y más hemos hablado en múltiples ocasiones de las pérdidas, de las que suceden durante el embarazo, en el momento del parto o poco después, y lo hacemos porque es un tema silenciado durante mucho tiempo que debe dejar de ser tabú porque sucede, en más ocasiones de las que querríamos, y dejan una huella que nunca se borra, pese a que el entorno de quien lo padece se siente más cómodo obviando la pérdida, haciendo ver que ya debe estar olvidada ('no te lo recuerdo para que no lo pases mal') y casi pidiéndote que lo superes.
Hoy hemos querido hablar un poco más del tema comentando la lactancia vacía, esa que sucede sin un bebé al que amamantar, cuando el cuerpo no sabe que el bebé ha fallecido y le prepara el alimento, cuando los pechos se cargan de amor y cariño y no tienen destinatario. Y lo hacemos aportando una idea: donar la leche, porque seguro que puede ayudar a muchas madres a sentirse un poquito mejor, para que esa lactancia no sea tan vacía.
La mujer que donó 348 litros de leche tras perder a su bebé
No es el único caso, ni el primero, pero estos días se está hablando en los medios de Amy Anderson, una mujer que perdió a su bebé a los 20 semanas de gestación, que tuvo la subida de leche y que decidió que esa leche, que iba a ser para su bebé, iba a tener un sentido para ella.
Optó por extraerla y, tras saber que para muchos bebés prematuros y recién nacidos puede marcar la diferencia entre estar sanos o enfermos, decidió donarla. Fueron ocho meses de extracción en los que tuvo que lidiar con su jefe, que no le dio permiso durante el trabajo para sacarse la leche porque "no tenía un hijo que la fuera a recibir". Ocho meses en los que se extrajo 348 litros de leche materna, que se calculan como cerca de 30 mil tomas para recién nacidos.
¿Sacarse leche si tu bebé ha muerto? ¿Eso no es alargar la agonía?
Eso es lo que piensa la gente que no pasa por ello, que se está alargando el episodio, el sufrimiento, la agonía. Te quedas embarazada, pierdes al bebé y los protocolos establecen que las mujeres deben tomar la "Cabergolina", el tratamiento que inhibe la producción de leche, precisamente para acabar con ese proceso.
Así se acaba con todo y a seguir viviendo. Pero ojalá todo fuera tan fácil. No se supera. Nunca. Una pérdida no se olvida. Aprendes a vivir con ello, pero te acompaña hasta el último de tus días. El recuerdo de lo que sucedió. El recuerdo de lo que pudo ser y no fue.
Por eso cada vez más mujeres se resisten a cerrar el episodio y optan por no tomarse la pastilla. No quieren olvidarlo todo, no quieren luchar contra la naturaleza que hace que los pechos empiecen a brotar leche, y se ven sin bebé, produciendo leche, y sin saber qué hacer con ella. Ante el riesgo de ingurgitación y mastitis, deben extraerla, pero, ¿qué hacer con esa leche? Pueden no hacer nada, y pueden darle un significado, donándola a los bancos de leche para que otros bebés que sí nacieron y podrían necesitarla la aprovechen.
Pero debe ser ella, debe ser la mujer la que quiera hacerlo y la que lo sienta. En el blog de SINA, una Asociación de Lactancia y Crianza de Valencia, podemos leer en una entrada algunas respuestas de mujeres que perdieron un bebé a una encuesta en que les preguntaron sobre la posibilidad de donar la leche. Esto es lo que dijeron:
- Me hubiera ayudado a sentirme útil, en un momento que sentía que no servía para nada.
- GENIAL, sobretodo si el bebé nace vivo y la mamá se ha estimulado mucho para producir leche. Fue mi caso, me quedó el stock. Tuve que abrir el congelador y tirar la leche a la basura, fue especialmente duro, me hubiera encantado poder donarla.
- Me parecería estupendo, ayudaría a la madre a sentir que no está todo perdido. Esa leche puede ayudar a otros niños. Es un gesto muy grande dar esa leche. Yo daría la sobrante, no me estimularía… sólo para inhibir la leche naturalmente, gradualmente…
- Con mi pérdida de 15 semanas ¡me subió la leche! Para mí, fue una lección de la naturaleza. No me gustó que me “obligaran” a cortar con fármacos, quería una forma natural. Creo que me hubiera gustado donarla.
- No lo había pensado, pero sería una opción que contemplaría (varias respuestas similares)
- Opción válida, pero yo emocionalmente no habría podido. Sería para beneficiar a otros niños.
- Si una madre se viera con fuerzas sería maravilloso. Yo no hubiera tenido ni fuerzas, ni ganas ni ánimos.
- Demasiado duro, no quería sacarla. Prefiero cortarla, pero si no funciona y sube igual, quizás la donaría. Cuando fallece el tuyo, los demás te dan igual,sinceramente…
- Quizás hubiera accedido con un buen acompañamiento, un discurso trabajado y con mucho cariño, haciéndome ver la utilidad real de esa acción.
Es dar un poco de sentido a algo que no lo tiene en absoluto
Un padre no tendría jamás que enterrar a un hijo. Es cruel, es injusto y va contra el orden natural de las cosas. Pero como no es algo que podamos controlar, y la vida es así en realidad, un sinfín de momentos felices y momentos infelices, a veces suceden estas cosas. Suceden y, obviamente, nos afectan, nos hieren, nos duelen, y la pérdida de un bebé duele como puede doler la más fuerte de las bofetadas. ¿Qué puede sentir una mujer que estaba gestando una vida cuando se entera que la ha perdido? Rabia, dolor, impotencia, CULPA... Es inevitable, se sienten culpables. Sienten que su cuerpo no está bien, que ellas no están bien, que están rotas, y que por eso su bebé no ha salido adelante. ¿Cómo afrontar cualquier reto de la vida si no eres capaz de sacar adelante a un bebé? ¿Cómo, si todas las demás si son madres?
Que no es real, no es verdad, no todas lo son, y muchas de las que lo son han sufrido pérdidas también, pero como esto del aborto y las muertes perinatales ha sido silenciado durante mucho tiempo, como se le pide a las mujeres que lo superen y no hablen de ello, parece que eres la única que lo sufre, sin ser cierto.
Pues dejar emanar la leche, y hacer algo bueno con ella, es tratar de dar un poco de sentido a esa pérdida que, en realidad, no tiene sentido alguno. Un significado, un "este amor era para ti, pero como no lo has podido recibir, al menos lo tendrán otros bebés que lo necesitan".
En la misma entrada del blog de SINA leemos algunas opiniones sobre esto:
- Me parece muy bien, incluso lo pensé, pero me dio vergüenza proponerlo al personal médico. Cuando me vino la idea, ya me habían dado la Cabergolina (sin consentimiento informado, por protocolo).
- Es ambiguo. Cortar me alivió al momento… Pero a la larga, quedó un vacío. Mi cuerpo buscó lo que los medicamentos le habían cortado de repente y la leche subió igualmente al cabo de varios días. No me explicaron los efectos de la inhibición farmacológica ni posibles alternativas. Después del cansancio del parto de mi bebé muerto dije SÍ a todo.
- Cuando pierdes un hijo la sociedad tapa lo que no quiere ver… Y si en confianza comentas que necesitas sacarte leche con la misma confianza se te responde que ¿hasta cuándo continuar con ese sufrimiento que te estás creando? Ese no era precisamente mi sufrimiento, sino la vía de escape a mi dolor. Recuerdo levantarme de madrugada, con dolor de pecho, levantarme a extraer leche y llorar… Esas lágrimas que brotaban por mi cara y por mi pecho, ese pecho lleno y mis brazos vacíos.
- Pasó un tiempo y poco a poco y sin quererlo, necesité extraer menos veces, menos cantidad… Poco a poco como todo, me fui destetanto. Los momentos en los que me cuidaba el pecho, mimaba con esmero la cicatriz de mi cesárea… Eran esos pocos momentos comunes que tenían las mamás “de verdad” y yo… No hubiese sido justo quitármelos también, necesitaba palpar mi puerperio robado.
- Traté de donar la leche por vía hospitalaria pero al ser inviable, hice donaciones personales… Me sentí útil por primera vez en bastante tiempo, mi cuerpo, que tanto me había fallado servía para algo.
¿De verdad se puede donar esta leche? ¿La aceptan en los bancos de leche?
Buena pregunta. No estoy seguro. En EE.UU. parece que sí, porque la madre de la que he hablado donó hasta en cinco bancos diferentes, pero aquí en España el recibir leche de una mujer que no amamanta es objeto de debate. Según las indicaciones de los bancos de leche uno de los requisitos para donar leche es "Estar amamantando a tu bebé y tener leche suficiente", así que ante la duda contacté hace unos meses con la Asociación Española de Bancos de Leche Humana y les pregunté si contemplaban esa posibilidad. Me contestaron lo siguiente:
Lo cierto es que el tema es objeto de debate en los propios bancos de leche. Generalmente nos encontramos con dos situaciones algo diferentes. Puede suceder que el niño fallezca al cabo de unos días/semanas del nacimiento y que la madre haya ido recogiendo leche que tiene guardada en el congelador. En esta situación, el tener que tirar esta leche puede ser muy duro para la madre que lo llega a vivir como una segunda muerte. Es por ello que en estas circunstancias el poder donarla a un banco representa para las madres un consuelo importante, algo parecido a la donación de órganos, y que les ayuda en el proceso de duelo. Otras situación se plantea cuando el niño fallece en el momento del nacimiento. En este caso, la madre puede recoger la leche tras la subida y donarla, pero en este caso hay que tener cuidado en que la madre quiera prolongar la donación mas allá de lo razonable. Se corre el riesgo de que al seguir extrayéndose leche le sea mas difícil iniciar el proceso de duelo de manera correcta y asumir que su hijo ha fallecido. Como ves, son situaciones complejas y que precisan ser tratadas de manera individual pero teniendo en cuenta las consideraciones que hemos comentado.
Como la frase "más allá de lo razonable" me quedó un poco ambigua, decidí preguntar a qué se referían, si había algún psicólogo que les asesorara y determinara cuánto tiempo es oportuno, o hasta cuándo es "razonable", y me respondieron esto:
Entenderíamos por razonable el que la mujer se extrajera leche únicamente en los idas posparto para aliviar la tensión del pecho y hasta que se le retira farmacológicamente la subida de leche. Ignoro si en los hospitales en los que se producen estas donaciones cuentan con psicólogos que atiendan estos casos.
De lo que se deduce que no lo ven muy claro y que ellos mismos están limitando esa posibilidad, porque solo permiten que se haga unos días, cuando en realidad una mujer puede requerir mucho más tiempo para sentirse bien consigo misma. No son días, son meses.
Probablemente es así porque sucede en pocas ocasiones (que las mujeres traten de donar) y en consecuencia no se han visto en suficientes ocasiones en la disyuntiva de tener que pensar hasta cuándo puede ser positivo o de buscar asesoramiento en algún psicólogo experto en duelo perinatal.
Una vez más, serán las mujeres, a fuerza de insistencia, lucha y lágrimas, las que consigan derribar esa barrera, la del "más allá de lo razonable", para mostrar al mundo que perder a un bebé no es razonable y que, en consecuencia, pueden hacer falta medidas consideradas "no razonables" para el resto de personas.
Fotos | iStock
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