El pasado 10 de diciembre, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicaba los datos definitivos de natalidad referentes al año 2019, y como viene siendo habitual en los últimos años son muy preocupantes, pues se continúa con la tendencia a la baja en nacimientos, estableciendo un nuevo récord histórico negativo, el más bajo desde que se tienen registros.
Según el INE, en 2019 nacieron 7,62 bebés por cada 1.000 habitantes (en total, 360.617 niños/niñas) frente a los 7,94 del año anterior, siendo las comunidades autónomas de Asturias, Galicia y Castilla León la que menos nacimientos registraron.
Cifras negativas históricas
Los datos provisionales que el INE publicó el pasado mes de junio y que hacían referencia al número de nacimientos registrados en 2019 ya alertaban de la catástrofe generacional que estamos viviendo en nuestro país desde 1975, momento a partir del cual los nacimientos comenzaron a caer en picado año tras año.
Y es que desde entonces, y hasta el año 1998, el número de recién nacidos por cada 1.000 habitantes fue decreciendo de forma paulatina, pasando de los 18,70 hasta los 9,06, cifra que marcó el primer récord histórico más bajo contemplado hasta la fecha.
A partir de 1998 la tasa de nacimientos fue aumentando discretamente hasta el año 2008, cuando se registraron 11,28 nacimientos por cada 1.000 habitantes, cifra que no veíamos desde la primera mitad de la década de los 80.
Esto significa que en 2019 nacieron un 28% menos de bebés que hace una década, un dato sin duda muy preocupante si lo comparamos con el número de fallecimientos, pues en nuestro país ya mueren más personas que bebés vienen al mundo.
Por contra, la edad media en la que las mujeres españolas deciden ser madres por primera vez continua aumentando. Así, en 2019 se registró la edad de 32,25 años; tres centésimas más que el año anterior y dos puntos más que en 2007.
Las CC.AA. con las tasas más altas y bajas de nacimientos
Si analizamos la tasa de natalidad en las diferentes comunidades autónomas veremos que hay una gran disparidad entre ellas. Así, Asturias (con 5,05 nacimientos por cada 1.000 habitantes), Galicia (con 5,82/1.000 habitantes ) y Castilla y León (con 5,96/1.000 habitantes) son las comunidades con los registros de natalidad más bajos.
Otras comunidades con tasas de nacimiento por encima de la media nacional son la región de Murcia (9,54 nacimientos por cada 1.000 habitantes), Comunidad de Madrid (8,64), Comunidad Foral de Navarra (8,23), Andalucía (8,21), Cataluña (8,09) e Islas Baleares (8,08).
¿Por qué estos datos son tan preocupantes?
Aunque encuestas recientes apuntan a que las mujeres españolas desearían poder tener más hijos de los que tienen, la sociedad en la que vivimos (donde abundan situaciones laborables precarias y poco sólidas, bajas de maternidad muy breves y políticas de conciliación deficientes o incluso inexistentes) hace que cada vez más mujeres decidan plantarse tras tener a su primer hijo, o bien retrasar la edad en la que se convierten en madres por primera vez, reduciendo así las posibilidades de tener más.
El descenso en el número de nacimientos que se registra año tras año no sólo afecta al equilibrio poblacional (debe haber un balance entre el número de nacimiento y de defunciones), sino que tiene graves consecuencias a nivel económico. Y es que la sociedad no puede mantenerse con más jubilados que personas en activo, poniendo el riesgo el modelo de productividad, así como el sistema de jubilaciones y pensiones.
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Vía | INE
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