Ayer se supo merced a una noticia del diario Telegraph que chicas adolescentes de entre trece y dieciséis años han estado recibiendo anticonceptivos en forma de inyecciones e implantes en sus centros educativos, y todo ello sin que los padres ‘tuvieran ni idea’. ¿Qué dónde ha ocurrido esto?
Ha sido en el Reino Unido, dónde los responsables de varias escuelas de Southampton, Bristol, Northumbria, Berkshire o West Midlands,… entre otros municipios, han autorizado a sus enfermeras a someter a estos tratamientos a las menores.
Al hilo de lo que se comentaba por aquí cuando hablamos sobre el Consentimiento Informado en menores, parece que también en Reino Unido existe una franja de edad, en la cual pese a no tener aún la mayoría sanitaria, los niños pueden decidir que sus padres no decidan sobre el tratamiento, y ni siquiera tengan comunicación. La norma responde al derecho de confidencialidad del paciente.
Aquí fallan varias cosas y no empezaré por la que sería prioritaria para muchos de vosotros: en primer lugar la educación sexual no se puede reducir a suministrar anticonceptivos convirtiendo la relación en algo que puede o no ocurrir, pero en cualquier caso una especie de acto mecánico. Es decir la sexualidad (y más en la adolescencia) son emociones, construir relaciones, comunicarse, pensar por uno mismo, decidir…, y me parece que con el acto de implantar un anticonceptivo que libera hormonas durante ¡tres años! no atendemos a todas estas necesidades.
En segundo lugar, decidme por favor que no os parece lógico que a niñas de tan solo 13 años se les estén dando tratamientos hormonales para que no se queden embarazadas. ¿A alguien se le ha ocurrido prever qué consecuencias puede tener esto en un cuerpo que está creciendo?
No pretendo parecer demasiado conservadora, pero aunque aquí y allí hay chicas que con esa edad ya han mantenido alguna relación coital, en realidad son aún pequeñas física, biológica y psicológicamente para una sexualidad sana que incluya diferentes actos íntimos.
Tampoco me voy a poner trascendente como algunas declaraciones que he leído, y no opinaré sobre si el sexo antes de los 16 años debería legal o ilegal, ni siquiera comentaré aquella declaración que hablaba del coito como una relación espiritual. Pero los niños y las niñas necesitan que se les escuche, que se les explique, y que se les anticipen acontecimientos. Requieren que padres y educadores se pongan en su lugar y formen parte de un proceso de crecimiento que desembocará ya en la adolescencia en una toma de decisiones consciente. En definitiva: dar anticonceptivos no es educar, si no se sitúa en un contexto más amplio.
Y bueno, llego ya al quif de la cuestión, ¿cómo es que no lo consultan a los padres?, cuanto menos me parece irresponsable. O sea que los progenitores delegan parte de la educación de los hijos en las escuelas, confían en los responsables del centro, autorizan las revisiones oculares, firman las notas, asisten a las reuniones ¿y nadie les dice que a su niña le inyectaran mañana un anticonceptivo?
Para colmo de males, los colegios están diciendo que ni siquiera han guardado registros de los tratamientos, para no vulnerar el derecho a la intimidad y la confidencialidad. Entonces ¿a quién reclamo yo si – por ejemplo – ocurre una reacción adversa tras la administración?
Dan Poulter es el Secretario de Sanidad Británico, y ha dicho que los menores de 16 años pueden acceder sin trabas a estos tratamientos porque es legal, eso sí, habla sobre la conveniencia de que los médicos animen a los chicos y chicas a consultar con sus padres. Y este punto es algo que cada vez falla más: la comunicación, pero no porque me lo diga el médico sino porque confío en mi padre si soy menor, o porque escucho sin juzgar a mi hijo si soy madre.
En España las niñas también pueden adquirir libremente en las farmacias algunos métodos anticonceptivos, aunque para implantes y DIU es necesario obtener permiso o ser mayor de 16 años.
¡Qué queréis que os diga!, ya sé que esto lo han hecho porque tienen tasas más altas de embarazos adolescentes que en otros países, pero no me parece en absoluto justificable. Es una medida parcial desde el punto de vista de la salud sexual, y como ignoro si anteriormente han desarrollado otros planteamientos, mi reflexión queda aquí.
Imagen | mr.paille En Peques y Más | La formación como la mejor opción para prevenir embarazos no deseados, DESExO es un cómic sobre Educación Sexual dirigido a adolescentes