Llegan las vacaciones de Navidad: vívelas en familia y comparte (también) el tiempo de pantalla con tus hijos

Llegan las vacaciones de Navidad: vívelas en familia y comparte (también) el tiempo de pantalla con tus hijos
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El uso continuado de los dispositivos electrónicos que nos sirven para comunicarnos o jugar, puede tener efectos inesperados en los niños. Decir ‘el futuro de mis hijos pasará por que conozcan la tecnología’ y dejar que pasen horas delante de la video consola, o enviando whatsapp a los amigos, o subiendo fotos a su red social preferida, o engullendo cualquier contenido de televisión, o jugando a esa app tan chula que le acabas de bajar; no ayuda si no existe supervisión por parte de los padres, y un control de límites de tiempo y contenidos.

Parece ser que la televisión sigue siendo la pantalla ante la que más tiempo pasan los menores, aunque cada vez más niños de todas las edades tienen acceso a una tablet, smartphone (o ambos). En Estados Unidos, el informe anual de Common Sense, cuenta que tres de cada cuatro menores de ocho años acceden libremente a terminales de los tipos mencionados en casa (y a veces en la escuela). Un 38 % de los menores de dos años los han utilizado alguna vez, y es un mercado en crecimiento, que entre otras cosas buenas nos ha traído aplicaciones muy bonitas y educativas con las que poder jugar junto a nuestros hijos. Esta situación es una muestra de la evolución social y el desarrollo tecnológico, no tiene ninguna connotación negativa, puesto que desde la sensatez, cualquier familia se puede adaptar al uso de estos nuevos dispositivos, y dotarlos de un uso adecuado para los menores. Esos menores que todos consideramos ya nativos digitales (¿cómo no iban a serlo si han nacido mientras el mundo tecnológico se desarrollaba a velocidad de vértigo?), lo son en verdad, y por lo que tenemos que preocuparnos los padres es por que no se conviertan en huérfanos digitales.

Se podría decir que los padres sólo necesitaríamos utilizar el sentido común, tener un poco de perspectiva sobre las actividades diarias de los niños, y no permitir jamás que estar delante de una pantalla (la que sea) dificulte el contacto de nuestros hijos con sus otras realidades (estar con amigos, leer, jugar al ajedrez, pasear con la familia, practicar deporte, etc.).

Las orientaciones de los expertos no son más que eso: orientaciones, aunque a veces nos viene bien saber que según la American Academy of Pediatrics (AAP) recomienda que no se vea la televisión hasta después de los dos años, que smartphones y tabletas no son niñeras, o que la gestión de pantallas en el hogar limitará el tiempo de ocio ‘en pantalla’ diario a dos horas diarias (algo excesivo en días de cole, por ejemplo). En cualquier caso, ni siquiera menores convertidos ya en adolescentes deberían estar dos horas seguidas interactuando con estos medios, aunque es verdad que no es lo mismo jugar solo que con el grupo de amigos (suelen regularse mejor).

Este es un recordatorio porque vienen vacaciones de Navidad y ellos tienen mucho tiempo libre, pero sobre todo nos van a necesitar a nosotros, nuestra compañía y nuestra complicidad. El uso de pantallas llegará por sí solo: veremos todos pelis navideñas, nos sentaremos con el mando de la Play en la mano a intentar superar a nuestros hijos (yo no lo consigo, aunque lo intento), y nos reiremos con los vídeos que ellos encuentran por Internet. El día tiene muchas horas y si bien es verdad que no debemos inhibir la relación de los peques con la tecnología, tampoco nos debemos dejar sustituir por ella.

Imagen | Digital Game Museum Vía | Fundación Roger Torné En Peques y Más | Se reabre el debate sobre los efectos de la televisión en la salud de los niños, Criterios para decidir "cuándo compramos el teléfono móvil a los niños", y pautas para educar en su uso

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