Muchas veces, se habla del concepto de "ser tímido" como algo negativo. Lo asociamos con el hecho de ser muy cerrado, con la tendencia a aislarse, con la dificultad para expresar emociones... Sin embargo, esto no siempre es así. La timidez no siempre implica todo esto.
Y, de hecho, en algunas ocasiones podemos darle la vuelta a este concepto, sacándole provecho a esta característica y viendo que, ser tímido también puede presentar ciertas ventajas. ¿Te animas a descubrirlas?
¿Qué significa ser tímido y por qué lo somos?
La timidez es un patrón de introversión en los contextos sociales, que lleva a la persona a mostrarse retraída o, en casos más extremos, a evitar las situaciones sociales y aislarse.
Por supuesto, hay diferentes grados de timidez; no es lo mismo ser tímido al conocer a alguien pero con el tiempo y al coger confianza, abrirse, que ser tímido hasta el punto de encerrarse siempre en uno mismo, aislarse, etc.
Pero, ¿por qué somos tímidos? En la mayoría de las personas, el hecho de ser tímidas tiene un doble origen; por un lado, la genética (la propia personalidad), y por el otro, las experiencias vividas (sobre todo, experiencias traumáticas, rechazo social, el estilo de apego [si es inseguro], etc.).
Es decir, aunque podamos tener predisposición a ser tímidos, este rasgo de la personalidad está modulado tanto por factores genéticos como ambientales.
Ventajas de ser tímido
Ser tímido no tiene por qué ser algo malo. Y, de hecho, inherentes a este rasgo de la personalidad, encontramos también algunas características positivas.
1. El valor de la prudencia
Por ejemplo, Mireia Cabero, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), sugiere que las personas tímidas "hacen uso de la palabra cuando están muy convencidas" (es decir, son prudentes, algo también muy útil en las relaciones sociales).
Y a través de esa prudencia, según afirma Cabero en La Vanguardia, los tímidos ponen menos en riesgo las relaciones humanas.
"El día que un tímido realiza una conexión emocional con otra persona, seguramente lo hace con mayor conciencia y convicción que alguien extrovertido que actúa más por impulsos y automatismos."
-Mireia Cabero-
Otros profesionales del ámbito de la psicología también han hablado de la cara amable de la timidez, como Gerardo Castillos, doctor en Pedagogía y profesor emérito de la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra. Según él, ser tímido implica ser comedido, prudente y nada entrometido.
2. Afán de superación
Por otro lado, y según el pedagogo, las personas tímidas también tienen un importante afán de superación, ya que aceptan los consejos que les dan para hacer más llevadero este rasgo de la personalidad.
3. Autoconocimiento
Además, son personas que se autoconocen mejor, ya que suelen pasar más tiempo consigo mismas, lo que favorece su capacidad de escucha y como consecuencia, la posibilidad de tener amigos.
Así, la timidez también puede llevarnos a saber realmente lo que sentimos, lo que nos hace sentir cómodos y lo que no. Ya que ese "sosiego" interno que caracteriza la timidez (ese silencio interno gracias a la prudencia), cuando está presente, nos invita a autoexplorarnos, a realizar un proceso de introspección personal.
4. Autoprotección
Por otro lado, el ser tímido nos preserva de los demás, en el sentido de que nos permite preservar lo que pensamos ante los demás, con lo cual es una forma de protección; al no exponernos tanto, tenemos menos riesgo de recibir comentarios negativos (esto, lógicamente, no siempre es bueno; sobre todo, cuando lo llevamos a un grado extremo).
Otros aspectos positivos asociados a la timidez
Encontramos más características positivas que muchas veces presentan las personas tímidas. Algunas de ellas las menciona el investigador y educador Alexander Avila en su libro "El don de la timidez".
Por ejemplo, tienen una mayor sensibilidad a su entorno. Pueden también ser leales y tener una buena capacidad de escucha (al no hablar tanto y ser más precavidos, ofrecen más espacio para la escucha). Por otro lado, el hecho de estar más dentro de sí mismos también promueve procesos de reflexión e introspección.
Finalmente, muchas veces, ligada a la timidez, hay una modestia, amabilidad, y estas personas a menudo desprenden un halo de misterio que en algunas ocasiones, puede atraer a otras personas.
¿Cuándo ser tímido se convierte en un problema?
Es importante evitar generalizar y no caer en los estereotipos asociados a ciertos rasgos de personalidad. Cada persona es única. Pero entonces, ¿cuándo ser tímido supondría un problema?
Cuando ese rasgo de personalidad nos limita a la hora de relacionarnos, a la hora de ser nosotros mismos y en nuestro día a día. O cuando ese rasgo nos genera malestar (o lo vivimos como algo "malo").
También, cuando detrás de la timidez se esconde una falta de seguridad en uno mismo y en los demás, que lleva a estas personas a estar constantemente pendientes de la opinión que tienen los demás en ellos.
¿Y si mi hijo es muy tímido?
Para empezar, procura evitar pensar que hay algo malo en tu hijo; no hay nada malo en él (otra cosa es que esa timidez le genere malestar; lo vemos un poco más adelante). Pero "presionarle" a que sea menos tímido es ir en contra de lo que es, y además, es una presión que le puede hacer daño. Intenta explorar esa timidez con él desde la curiosidad y no desde el reproche.
Nuestros hijos no necesitan etiquetas; necesitan que les aceptemos y queramos tal y como son. Por ello, hazle saber que es perfecto así, y que pueda hacer las cosas cuando él se sienta seguro, que no hay ninguna prisa. Abraza su esencia, su autenticidad.
La inseguridad en los niños tímidos muchas veces nace, no de la propia timidez, sino de estar recibiendo mensajes de su entorno que les dice "no está bien ser tímido", "si eres tan tímido nunca harás amigos", "tienes que hablar más y participar", "tienes que saludar", etc. No necesitan presión, necesitan aceptación.
Una timidez que le limita, ¿o no?
Finalmente, te animamos a explorar qué hay detrás de esa timidez; ¿tal vez inseguridades? ¿Baja autoestima? ¿O es simplemente su forma de ser, su personalidad? ¿Esa timidez interfiere en su día a día, a la hora de hacer amigos, etc., o no le limita para nada?
En función de las respuestas, podremos adaptar nuestra conducta y ofrecerles herramientas para trabajar en esa timidez o no (simplemente, acompañarles, aceptarles y animarles a aceptarse a sí mismos, porque como son, son estupendos).
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