Ayer publicamos la primera parte de la entrevista a la psicóloga Gabriella Bianco. Hemos seguido hablando con ella, y ahora hemos querido plantearle como sería la forma de prevenir los puerperios que conllevan sufrimiento, además de plantearles preguntas sobre cuando es necesario pedir ayuda a un psicólogo.
También vamos a hablar en esta entrevista con Gabriella Bianco sobre el papel que deberían tener las matronas, el crecimiento de la demanda de doulas y el valor que tienen los grupos de madres para la etapa del puerperio.
Sigamos, Gabriella, hablando sobre la prevención, que es algo que me parece indispensable, aunque no se como podría plantearse.¿Es conveniente la prevención para que las madres sepan "lo que les espera"?
La prevención es indispensable y en este caso sería claramente promotora de la salud perinatal. Ahora bien, no tenemos que olvidar que vivimos en una sociedad que no goza de una larga tradición y experiencia en la prevención psicosocial.
No es tarea fácil asimilar una experiencia (puerperio) anticipándola, especialmente si estamos viviendo un presente intenso y a menudo desconocido (embarazo), invirtiendo gran parte de nuestra energía en vivir el presente y preparar la etapa inmediatamente sucesiva, nada menos que el nacimiento de un/a hijo/a.
Para algunas mujeres no deja de resultar un tanto ajeno prepararse durante la gestación a las necesidades que tendrán ellas y sus bebés tras el parto/nacimiento, dependiendo el puerperio de cada mujer de tantos ingredientes estrechamente ligados a su historia personal y a la vivencia del mismo parto/nacimiento.
¿Como organizaríamos esta prevención?
Teniendo en cuenta esta realidad considero importante implementar estrategias de prevención que hagan hincapié en la promoción de la salud perinatal desde edades muy tempranas, transmitiendo a nuestras niñas y niños información veraz y sencilla sobre la fisiología del parto/nacimiento y mensajes claros que les empoderen y responsabilicen con respeto a su autocuidado.
¿El tipo de parto influye?
Llegar a poder garantizar el número máximo de nacimientos fisiológicos representa otra medida preventiva del desarrollo de psicopatología materna en el posparto, debido a que la cascada hormonal propia de un parto normal (oxitocina, endorfinas y prolactina) tiene notorias propiedades antidepresivas. Al mismo tiempo es imprescindible seguir trabajando con las futuras madres y las profesionales del parto en sesiones individuales y/o grupales de (in)formación, reflexión y crecimiento personal versus profesional.
La prevención es un gran reto y conviene implementar estrategias a distintos niveles, de forma paralela y complementaria.
Personalmente apuesto por un abordaje salutogénico de la salud femenina en general y perinatal en particular, con el objetivo de reducir a lo mínimo posible la necesidad de intervención psicológica y psicoterapéutica durante el posparto.
Tras años de trabajo intenso en la reparación del trauma (perinatal) concluí que era urgente encontrar un nuevo paradigma de salud e implementarlo en el trabajo psicológico con los jóvenes, las futuras madres (y padres) y las profesionales de la salud perinatal.
¿Nos lo puedes explicar con más detalle?
Apoyándome en el modelo de salutogénesis del Dr. Antonowsky y en su aplicación a la etapa de la maternidad según la matrona e investigadora Verena Schmid me centro en individuar y activar los recursos internos de la mujer, incrementar su capacidad de adaptación en un continuum entre salud y enfermedad, aumentando la capacidad de afrontamiento como camino para despertar solidariedad, responsabilidad y compromiso con su salud (sexual y perinatal) y la vida misma.
En este sentido apuesto por el empoderamiento de la mujer (excelente factor de protección a la depresión) en un eje corporal-cognitivo-emocional-espiritual (técnicas de relajación, información veraz, educación al afrontamiento del estrés, meditación a través del empleo de la voz y del cuerpo, fomentando la producción de endorfinas, hormonas protectoras de la depresión).
Finalmente la relación terapéutica horizontal, abierta y comprometida fomenta la autodependencia y autoeficacia de la mujer.
Y cuando llega el niño ¿que factores deberían poner en alerta a la propia madre o a sus familiares?
Desde la primera fase del puerperio es fundamental que la madre vaya desarrollando una relación protectiva con el bebé en pos de la promoción de la salud de ambos.
También es importante que el entorno de la madre (pareja de crianza, familia, amigas etc.) la sostenga y propicie las mejores condiciones para que se sienta competente: apoyo práctico y empático, cuidado de la díada madre-bebé y apoyo a la lactancia materna, ya que las hormonas de la lactancia son antidepresivos naturales y compensan la bajada hormonal debida a la pérdida de la placenta.
¿Y si esas condiciones óptimas fallan?
Una mujer puérpera sola, poco sostenida, falta de acompañamiento práctico, experto y amoroso, con escasa capacidad de adaptación y reducidos recursos internos podrá presentarse más triste, desbordada, confundida, dolida y cansada física y psicológicamente, especialmente tras un parto intervenido (inducción, fórceps, episiotomía, etc.) o una cirugía mayor (cesárea).
¿Y si esto persiste?
Si esta situación persiste en el tiempo es oportuno estar atentos, observar y vigilar que su estado anímico no vaya degenerando hasta crear un cúmulo de síntomas depresivos que pueden desembocar en una depresión puerperal. Antes de que la situación se convierta en crónica es recomendable que la mujer y/o su familia pidan asesoramiento a un profesional de la Salud Mental, preferentemente experto en Psiquiatría y Psicología Perinatal, a quien corresponden la valoración y el tratamiento adecuado de la salud psicológica y emocional de la madre puérpera.
¿Qué no hay que hacer si tememos sufrir una depresión postparto o un trauma en el parto?
No tememos sin motivo. Responsabilizarse de la propia salud significa también tomarse en serio e investigar para poder tomar decisiones informadas.
La peor actitud sería entonces cerrar los ojos, desatendernos e ignorar nuestras señales de alarma. La actitud más provechosa sería la de buscar información, comprensión, ayuda, acompañamiento profesional calificado, recursos para afrontar la maternidad con salud, reparar antiguas heridas emocionales con tiempo y antes de llegar a pocas semanas del (próximo) parto.
¿Qué opinas de la proliferación de anuncios de doulas o acompañantes del puerperio en internet?
No soy quien para opinar sobre la calidad profesional y humana de personas que no conozco, así que no puedo que limitarme a contemplar este fenómeno, indagar acerca de su razón de ser y aprender a respetar las necesidades y la realidad cambiante de las mujeres en su etapa de maternidad.
Finalmente por mi experiencia en consulta me resulta evidente lo desprotegida y desorientada que queda la usuaria frente a tanta oferta, ya que no existe un servicio de orientación ni uno de control de calidad que se dedique a informar y orientar como en otros países europeos.
¿No deberían cubrir esta necesidad las matronas?
En España existe una figura profesional capacitada para atender a la mujer en cada fase de su salud sexual y reproductiva. Esta profesional es la matrona. Sus funciones incluyen claramente el acompañamiento de la mujer a lo largo del puerperio. Es evidente que actualmente no todas las matronas en España ofrecen ni están en condición de ofrecer un seguimiento exhaustivo en el puerperio, quedando las necesidades de la mujer puérpera en algunos casos no suficientemente ni debidamente atendidas.
Una de las consecuencia de esta circunstancia podría ser el proliferar de alternativas que llenan este vacío. Una alternativa interesante al acompañamiento individual y que no me canso de recomendar a las mujeres puérperas que piden asesoramiento psicológico son las redes de mujeres y los grupos de apoyo entre las mismas madres. Siempre representan un excelente complemento al asesoramiento psicológico o a la psicoterapia, aunque no siempre lo pueden sustituir.
Hay que valorar cada caso de forma individualizada, velando por la salud de la díada madre-bebé.
¿Todas las mujeres que "se sienten mal" necesitan ayuda psicológica?
Naturalmente y afortunadamente no. Dependerá de lo factores que hemos nombrado anteriormente, si y cuando la intervención psicológica será adecuada y en que medida.
Personalmente me preocupan la falta de contención, el abandono y la soledad de muchas madres puérperas y sus bebés. Hoy sabemos que la fragilidad y el deterioro de la salud psíquica de la madre durante todo el Período Primal puede afectar -más allá de la lactancia-, la calidad del vínculo madre-bebé y el bienestar familiar. Hay suficiente investigación que nos ilustra acerca de la importancia de la salud mental materna en relación a la salud bio-psico-social de la criatura a corto, mediano y largo término.
Es necesario estar atentos, entiendo.
Si. Gracias a una valoración temprana del estado psicoemocional de la madre es posible detectar la presencia de posibles alteraciones de su estado de ánimo a tiempo y así evitar que vayan deteriorando. Reconocer una depresión posparto u otra posible psicopatología (psicosis puerperal, TEPT etc.) en sus inicios nos permite evitar que empeore y, si la situación así lo requiere, planificar una intervención psicológica ad hoc, reduciendo los tiempos de tratamiento y la recuperación, así como un mal y ab-uso de la medicación psiquiátrica.
¿Que papel deben tener los grupos de acompañamiento al embarazo y el postparto?
Entiendo los grupos de acompañamiento a la maternidad/paternidad durante el embarazo una importantísima medida de prevención y empoderamiento, así como espacios de capacitación, de escucha activa y acompañamiento respetuoso hacia la toma de decisiones informadas y en la búsqueda de una maternidad/paternidad responsable, comprometida y consciente.
Estos grupos ofrecen un tejido social especial, que permite abordar todos los temas relacionados con la maternidad y la primera crianza, compartir experiencias y donde la experiencia materna se valora y encuentra una expresión creativa.
Son espacios protegidos, donde encontrar respuestas y experimentar, donde se crea solidaridad entre mujeres en cantidad proporcional a los niveles de oxitocina y prolactina presentes en el ambiente.Estas circunstancias se han demostrado protectoras de la salud maternoinfantil, previniendo considerablemente el desarrollo de depresiones en el posparto.
Los grupos posparto durante los primeros meses, mejor si durante el primer año de vida del bebé, representan ,a mi modo de ver, la herramienta de excelencia para responder a las necesidades de las madres.
La madre puerpera, sobre todo si hay factores que puedan desencadenar sufrimiento emocional o hasta una depresión postparto necesita mucho apoyo: de los profesionales de la salud, del entorno, de su familia y su pareja, pero sobre todo necesitará ser capaz, sea por ella misma o con ayuda, de empoderarse de su vida y su salud y la de su hijo.
En esta entrevista que ha realizado Bebés y más a la psicóloga Gabriella Bianco hemos tratado de estos temas, pero nos queda un aspecto que abordar, que haremos en la siguiente entrega: las secuelas de un parto traumático.
En Bebés y más | "Hay muchos puerperios... como mujeres": entrevista a la psicóloga Gabriella Bianco