La implantación del contacto piel con piel se está convirtiendo en práctica habitual en el 80% de las maternidades. Los beneficios de no separar al bebé y a la madre desde el mismo nacimiento, están ampliamente demostrados.
Pero esta práctica, tal y como explica la Asociación Española de Pediatría (AEP), ha puesto de manifiesto la aparición de episodios de colapso postnatal súbito que, aunque continúan siendo un fenómeno muy poco frecuente, puede tener graves consecuencias.
Según un estudio entre varios centros, coordinado desde el Hospital 12 de Octubre de Madrid, incorporar la cama de la madre en un ángulo del 45 por ciento ayuda a evitarlos: reduce en un tercio la frecuencia de episodios de saturación de oxígeno inferior a 90% en las dos primeras horas de vida del recién nacido.
Las dos primeras horas de vida
“Las horas más críticas son especialmente las dos primeras de vida del bebé, aunque podríamos extender este tiempo hasta las 24 horas. De ahí la necesidad de protocolizar el contacto piel con piel”.
Así lo explica la doctora la doctora Isabel Izquierdo, portavoz de muerte súbita del Comité de Promoción de la Salud de la Asociación Española de Pediatría, que señala que “al menos el 80% de los recién nacidos, por parto vaginal o cesárea sin anestesia general, son colocados en contacto piel con piel inmediato o en los primeros cinco minutos tras el parto".
Explica que no separar en ningún momento a la madre de su hijo:
"Favorece la adaptación a la vida extrauterina, disminuye el estrés, facilita la regulación térmica, la glucemia y la estabilidad cardiorrespiratoria, disminuye el tiempo de llanto, fomenta el establecimiento del vínculo, beneficia el agarre al pecho, disminuye la ansiedad materna y aumenta la frecuencia y la duración de la lactancia materna, entre otros”.
De ahí que se deba estimular su práctica de manera segura y supervisada.
Inclinación de la cama de la madre en ángulo de 45%
La doctora experta en muerte súbita de recién nacidos añade que la implantación del contacto piel con piel también ha puesto de manifiesto la aparición de episodios de colapso postnatal súbito e inesperado. "Aunque continúan siendo un fenómeno muy poco frecuente, puede tener consecuencias graves". De ahí que el estudio llevado a cabo en 10 hospitales españoles y coordinado por la Dra. Carmen Pallás, desde el Hospital 12 de Octubre, sea de gran importancia.
Han comprobado que la frecuencia de episodios de saturación de oxígeno inferior a 90%, en las dos primeras horas de vida del recién nacido, se reduce un tercio en los bebés cuyas madres están incorporadas a 45º sobre el plano horizontal de la cama, en comparación con los bebés con madres solo incorporadas solo 15º. Por eso, la doctora Isabel Izquierdo asegura:
“Una intervención simple como aumentar el ángulo de inclinación de la cama de la madre mientras realiza el contacto piel con piel con su hijo recién nacido, durante las primeras 1- 2 horas de vida tras el parto, podría favorecer la estabilidad hemodinámica y respiratoria del recién nacido contribuyendo así a reducir la aparición los colapsos neonatales súbitos e inesperados durante este procedimiento”.
Y añade cómo debe realizarse esta beneficiosa práctica en los recién nacidos a término que están sanos:
"En primer lugar es fundamental informar correctamente a los padres y contar con su consentimiento y colaboración”.
Todas las primeras pruebas y cuidados del recién nacido se realizan sobre la madre: el secado y estabilización del bebé y comprobar su llanto, respiración y tono de su piel. También se realizará el test de Apgar al 1 y 5 minutos de vida.
Al proceder al pinzamiento del cordón umbilical, “es fundamental colocar a la madre y al recién nacido en una posición correcta que evite la obstrucción de las vías respiratorias del bebé”. Y ahí ayuda la inclinación de la cama de 45º.
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