¿Por qué los bebés nacen tan arrugados?

¿Por qué los bebés nacen tan arrugados?
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¿Quieres saber cómo será tu bebé nada más nacer? Pues no pongas películas en las que hay un parto, porque esos bebés rosados con algo de moflete que aparecen en la tele no tienen demasiado que ver con los bebés de verdad (sí, vale, ahora les ponen un poco de sustancia blanquecina para dar el pego, pero siguen siendo muy diferentes a los bebés reales).

La mejor manera de saber cómo será tu bebé es ver un parto de verdad o simplemente esperar a ver el tuyo, porque los bebés nacen arrugados, amoratados y con un aspecto un poco desolador, si los comparas a tus expectativas. De hecho, muchos padres, que son los que ven el nacimiento en directo, llegan a preguntarse un "¿pero mi hijo está bien?".

¡Pero si parece un abuelillo!

Los bebés tienen una piel magnífica, suave, tersa, sin desperfectos,... sin embargo, nada más nacer no parece tan bonita, porque están tan arrugados que parecen abuelillos. Esto es normal (no, tranquilo, tu hijo no es Benjamin Button) porque llevan nueve meses, que se dice pronto, metidos en agua. Bien, no es exactamente agua, es el líquido amniótico, pero prueba tú a meterte nueve meses seguidos en líquido, a ver cómo sales. Seguro que tienes las manos y los pies tan arrugados que acaban hasta doliéndote.

Pues bien, ellos están ahí dentro mojados, pero es que eso no es todo. A medida que han ido creciendo han encontrado sus primeros límites, en este caso físicos, porque el útero acaba por quedárseles pequeño y pasan las últimas semanas comprimidos, apretados, con poco espacio y poca movilidad y, en consecuencia, peor aspecto al nacer.

Algunos bebés nacen con la oreja doblada (qué pegadas las tiene al nacer, además) o con plagiocefalia por haber estado encajado presionado contra los huesos de la pelvis de la madre, por poner algunos ejemplos de cuán apretados pueden llegar a estar.

Como además nacen con un color bastante azulado, que se torna rosado al respirar un rato, la sensación de "ay, madre mía" es inevitable. No llora, está arrugado, azul... da mala sensación porque, como decíamos, en las películas son más bonitos. Por suerte, enseguida respiran, quizás lloren un poco, abren los ojos, y allí empiezas a tranquilizarte y a enamorarte.

¿Y eso blanco que tiene por todas partes?

Los bebés nacen (normalmente, porque si salen un poco tarde pueden no tenerlo) con una capa de una sustancia blanquecina y grasienta llamada vérnix caseoso que antes se iba en gran parte cuando les bañaban antes de vestirles pero que ahora, como ya no los bañan, permanece añadiendo al cuadro un aspecto más extraño.

¿Y ese pelo?

Suele suceder también que los bebés tienen lanugo, que es una capa de bello que recubre su piel. "Estupendo, ahora parece un abuelillo peludo", piensan algunos padres, y es que el lanugo suele verse más por los brazos y la espalda, zonas en las que sólo aparece pelo cuando uno es adulto y no en todos los casos. Como quizás ya sabréis, con el tiempo se les cae.

Esto es la naturaleza, has tenido un bebé que viene de las entrañas y allí poco importan las apariencias. Arrugados, azules, apretujados y embadurnados en algo que parece mantequilla. Así vienen nuestras crías humanas y así nos dicen que acabas de tener un bebé humano, un animalito, una cría, una personita que necesita mucho calor y mucho amor.

Foto | Edwin & Kelly Tofslie En Bebés y más | Cómo saber si nuestro bebé está bien: el aspecto exterior, Cómo será tu bebé, Ser papá: cómo será tu bebé (y cómo no será)

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