Los reflejos primarios de los bebés: cuáles son y por qué son importantes
Durante sus primeros meses de vida, los bebés son indefensos y dependen totalmente de nosotros para sus cuidados. Sin embargo, nacen con un instinto de supervivencia que se manifiesta a través de respuestas musculares involuntarias.
Estas respuestas, llamadas reflejos, tienen un papel muy especial, pues nos ayudan a identificar que el bebé se esté desarrollando correctamente. Te compartimos cuáles son los reflejos primarios de los bebés y por qué son importantes.
Qué son los reflejos primarios
Los reflejos primarios, también llamados primitivos o arcaicos, son una serie de movimientos musculares involuntarios con los que nacen los bebés, y que responden a ciertos estímulos en particular, como algunas sensaciones o movimientos. Éstos no son aprendidos, sino que suceden de forma automática e innata.
En los recién nacidos, se realizan ciertas pruebas para verificar la presencia de estos reflejos primarios, así como la intensidad con la que los realicen, pues son señales importantes del funcionamiento y desarrollo neurológico del bebé. Por lo regular, estas pruebas se realizan de forma inmediata tras el nacimiento y nuevamente en los días posteriores al parto para revisar su evolución.
Además de darnos algunas señales de que el funcionamiento del sistema nervioso del bebé funcione bien, éstos reflejos funcionan como una reacción de supervivencia ante posibles amenazas externas y también ayudan a que entre en contacto con el nuevo mundo que ahora le rodea.
Muchos de estos reflejos primarios van desapareciendo conforme el bebé va creciendo, aunque algunos sí permanecen hasta su vida adulta. En el caso de los reflejos que no desaparecen a la edad que normalmente lo hacen, podrían ser un indicador de algún problema o daño cerebral o en el sistema nervioso.
Cuáles son los reflejos primarios de los bebés
Ahora que sabemos para qué sirven y por qué son importantes, te compartimos los reflejos primarios que deben tener los bebés al nacer.
Reflejo perioral o de búsqueda
Si tocas suavemente la mejilla del bebé, él girará la cabeza hacia el lado donde lo tocaron, abriendo su boca para intentando succionar. Es un reflejo relacionado con la alimentación, pues el bebé busca el pecho de la madre. Usualmente desaparece a los dos meses.
Reflejo de succión
Este es otro reflejo relacionado con la alimentación, pues al acercar un dedo o un objeto a los labios del bebé, se desencadena un movimiento rítmico de succión. Suele desaparecer a los cuatro meses de vida.
Reflejo tónico del cuello o posición de esgrima
Al acostar al bebé sobre su espalda y mover su cabeza hacia un lado, el brazo del lado hacia donde está orientada la cabeza se extiende derecho y lejos del cuerpo con la mano parcialmente abierta, mientras que el brazo opuesto se flexiona y el puño se aprieta fuertemente. Si giramos la cabeza hacia el otro lado, la posición se invierte. Desaparece a los cuatro meses.
Reflejo de presión palmar
Este es uno de los más conocidos: si pones un dedo en la palma de la mano del bebé, él cierra la mano, con tanta fuerza que podrás levantarlo sin que se suelte. El recién nacido es capaz de aguantar su propio peso suspendido durante segundos en el aire. Suele desaparecer a los cinco meses de vida.
Reflejo de presión plantar
Similar al de presión palmar, este reflejo consiste en cerrar los dedos de los pies cuando se estimula el pulgar del bebé al presionarlo con un objeto. Desaparece a los nueve o diez meses.
Reflejo de Babinski o de Koch
Al tocar o acariciar las plantas de los pies desde el talón hacia los dedos, el bebé abrirá los dedos y girará su pie hacia dentro. Este reflejo permanece hasta los 12 meses, pero va desapareciendo de forma gradual de acuerdo al desarrollo y maduración neurológica del bebé.
Reflejo de Moro o sobresalto
Cuando se cambia al bebé de posición de forma inesperada y rápida, éste tiene la sensación de estar cayendo. Lo primero que hace es abrir los brazos hacia los lados, para que los padres le vean y con la esperanza de agarrarse de algo y evitar caer. Luego vuelve a juntarlos y a continuación aprieta los puños. Desaparece entre los cuatro y seis meses de vida.
Reflejo de Galant o incurvación del tronco
Teniendo al bebé tumbado boca abajo, al pasar el dedo sobre los riñones, en paralelo a la columna vertebral, el cuerpo de este se arquea ligeramente hacia el lado que fue estimulado.
Reflejo de gateo
Al tener al bebé tumbado boca abajo con las piernas flexionadas, si tocamos la planta del pie, estira la pierna y empuja su cuerpo hacia delante.
Reflejo de caminata o marcha automática
Si mantenemos al bebé sujetado por debajo de los brazos, y lo posamos sobre una superficie dura, en cuanto toque con el pie el suelo y lo impulsemos un poco, el bebé levantará el pie, flexionando la rodilla y dando un paso hacia delante. Desaparece a los tres meses.
Reflejo de la escalada
Sujetando al bebé por debajo de los brazos y con las piernas colgando, lo acercamos hacia el borde de una mesa hasta que el empeine de uno de los pies la toque, lo que hará que flexione la rodilla y suba a la mesa. Desaparece a los tres meses.
En general, todos ellos deben presentarse en los bebés nacidos a término (en el caso de los bebés prematuros el caso es diferente). Eventualmente van desapareciendo, pero como podemos observar, algunos reflejos primarios son los precursores de importantes hitos en el desarrollo del bebé, como los primeros pasos.
Fotos | iStock, Pexels, Unsplash