Una de cada cuatro mujeres sufre depresión durante el embarazo. Esto puede implicar que tenga que tomar antidepresivos, bien por continuar un tratamiento anterior o porque aparecen lo síntomas durante la gestación y hay que frenarlos.
Los especialistas aseguran que la mayoría de estos medicamentos son compatibles con la gestación y también necesarios en ocasiones, ya que una depresión no tratada puede implicar problemas de salud para el bebé y dificultad para establecer un vínculo madre e hijo.
Pero... ¿se pueden tomar antidepresivos durante todo la gestación? ¿Sirve el mismo tratamiento que ya se seguía antes de quedarse embarazada? ¿Tiene efectos secundarios para el bebé? ¿Qué puede ocurrir si no se trata la depresión? ¿Existen alternativas?
La doctora Alejandra González, psiquiatra y directora terapéutica de las unidades de Salud Mental y Desintoxicación Hospitalaria en los hospitales Vithas Nisa Valencia al Mar y Vithas Nisa Aguas Vivas, nos responde a todas estas preguntas.
¿Se pueden tomar antidepresivos durante el embarazo?
"No solo se puede, sino que se debe", asegura la psiquiatra, ya que tener una depresión mayor no tratada durante el embarazo se asocia a problemas de salud para el bebé, como aumento de riesgo de parto prematuro, bajo peso al nacer, y dificultad en establecer un vínculo adecuado entre madre e hijo.
Según la prestigiosa Clínica Mayo, la decisión de usar antidepresivos durante el embarazo se basa en el equilibrio entre los riesgos y los beneficios. En general, el riesgo de defectos congénitos y otros problemas para los bebés de madres que toman antidepresivos durante el embarazo es muy bajo, pero existen en algunos fármacos. De ahí que detalle expresamente los que sí son compatibles durante la gestación.
¿Hay algún antidepresivo contraindicado durante el embarazo?
Según la Clínica Mayo, no se recomienda el uso de paroxetina, un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina paroxetina (Paxil). Algunas investigaciones indican que la paroxetina podría estar asociada a un leve aumento de defectos cardíacos fetales.
Tampoco se recomienda el uso de los inhibidores de la monoaminooxidasa, entre ellos, la fenelzina (Nardil) y la tranilcipromina (Parnate), durante el embarazo. Podrían limitar el crecimiento fetal.
¿Cómo diagnosticarla?
Los síntomas son visibles en mujeres que les cuesta mucho afrontar el día a día, se alimentan mal y duermen peor. Sería necesario valorar cada caso en particular, ya que si no se trata, aumenta el riesgo de depresión postparto y una mala experiencia en la lactancia materna.
¿Y si la madre ya los toma cuando se queda embarazada?
Dependiendo la medicación que esté tomando y la situación clínica de la paciente, el médico puede valorar los riesgos y los beneficios de continuar con el tratamiento, y seguir tomando fármacos si es seguro.
A partir del segundo trimestre, la seguridad con los fármacos aumenta y es mucho más fácil tomar la decisión de pautar un tratamiento y tomar la medicación.
¿Se pueden sustituir por alguna alternativa?
Hay que ver cada caso individualmente para valorar con el psiquiatra de la mamá si hay que suspender el tratamiento o realizar un seguimiento más cercano.
Las alternativas, en el caso de que se suspenda el tratamiento farmacológico, serían mantener hábitos de vida saludables, disminuir las situaciones que generen estrés, tener un buen descanso nocturno y realizar algo de deporte adecuado a su estado de salud, además de un buen soporte social (familia, pareja, amigos).
En este punto, los psiquiatras y asesores científicos de la Unidad de Tratamiento de la Ansiedad y Depresión de Vithas Internacional, Julio Prieto (especialista en Neurofisiología Clínica) y Gabriel Rubio hablan de la neuromodulación con estimulación magnética transcraneal repetitiva, como una forma eficaz de tratar la depresión gestacional y la postparto, evitando los psicofármacos.
Esta técnica consiste en la aplicación no invasiva de estímulos magnéticos en determinadas áreas de la superficie del cerebro con el fin de restaurar las anomalías de funcionamiento implicadas en la enfermedad.
Así se logra que aquellos circuitos cerebrales que habían dejado de funcionar adecuadamente en el caso de la depresión, normalicen su patrón de comportamiento mediante la activación de la corteza prefrontal.
Según explican, se trata de un procedimiento indoloro y apenas presenta efectos secundarios. Por eso es adecuado en depresión gestacional y/o postparto, ya que no existen contraindicaciones.
Según los psiquiatras, los estudios publicados sobre la utilización de este tratamiento en mujeres con depresión posparto demuestran la eficacia de la técnica en más del 80% de los casos.
¿Qué efectos secundarios pueden tener para el bebé y su madre?
Los últimos estudios demuestran que hay un grupo de antidepresivos, que no son teratogénicos (que produzcan malformaciones en el bebé).
Por lo cual, se podrían utilizar con cierta tranquilidad, para tratar casos que realmente tengan una indicación médica. Se debe ir con cautela, y evaluar detenidamente los riesgos y beneficios de tomar medicamentos durante el embarazo.
El hecho de que una mamá deje de tomarlos por su cuenta sin un acompañamiento médico o psicológico que la ayude a afrontar su depresión, puede producir una recaída en la enfermedad y dificultar su maternidad en los inicios.
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