La columna vertebral es un conjunto de pequeños huesos llamados vértebras articulados entre sí. Entre las vértebras tenemos los discos intervertebrales; también existen ligamentos que unen las articulaciones y músculos a los lados de las vértebras; todo ello para conseguir tanto mantener la columna recta como realizar diferentes movimientos (inclinarnos, girarnos, mantener el equilibrio…). Además de esta función de sostén y movimiento, la columna vertebral tiene otra función fundamental: proteger a la médula ósea.
La columna vertebral de los niños y adolescentes es diferente a la de los adultos, y también lo son las enfermedades que le afectan.
¿Cómo es la columna vertebral de un niño?
Si miramos la columna vertebral de frente, siempre debe ser recta. En cambio, si la miramos de lado (proyección lateral) tiene diferentes curvaturas que van cambiando según crece el niño. Podemos dividir la columna en 4 partes: cervical a nivel del cuello, torácica a nivel del tórax, lumbar, y para finalizar, la región pélvica o sacro y coxis.
El recién nacido nace con una gran cifosis, toda la espalda tiene forma de C. Cuando comienza a sujetar la cabeza, aparece una curva o convexidad a nivel del cuello: la lordosis cervical; cuando empieza a sentarse y gatear, aparece una curva a nivel lumbar: la lordosis lumbar. De esta forma, si miramos la columna vertebral de lado veremos 4 curvas.
Dolor de espalda en niños
El dolor de espalda no es tan frecuente en niños como en adultos, pero sí lo vemos con frecuencia especialmente en adolescentes. En la mayoría de los casos no existe ninguna alteración anatómica que explique el dolor, es inespecífico (diríamos que es un dolor muscular o mecánico) pero en otros casos sí debemos hacer pruebas para descartar enfermedades importantes. La zona más frecuentemente afectada es la lumbar.
Las causas del dolor de espalda en niños son muy variadas: un mal movimiento, cargar demasiado peso en las mochilas, malas posturas, sedentarismo….
En un pequeño porcentaje de casos encontramos una causa específica: tumores, espondilólisis/espondilolistesis, hernias discales, osteomielitis, fracturas, discitis…
Escoliosis
La escoliosis es un hallazgo frecuente en las consultas de pediatría (se calcula una prevalencia de un 1%). Se trata de una alteración en la alineación de la comuna que afecta a los 3 planos del espacio (plano coronal, axial y sagital), es decir, tridimensional. En la mayoría de los casos aparece durante la adolescencia, que es uno de los momentos en los que más crece la columna vertebral y no se encuentra ninguna causa; hablamos de escoliosis idiopática.
En un pequeño porcentaje sí identificamos la causa. Puede tratarse de una escoliosis congénita, es decir, desde el nacimiento, debido a una anomalía del desarrollo de las vértebras. También puede estar asociada a síndromes, donde existen otras alteraciones en otros órganos y/o ser debida a una enfermedad neuromuscular, como un mielomeningocele o una parálisis cerebral.
Habitualmente la escoliosis no produce ningún síntoma, no duele; así que si un niño o niña con escoliosis tiene dolor, deberemos buscar otra causa. Sólo en casos de deformidades muy graves puede aparecer coimpromiso de órganos internos (por ejemplo respiratroio) por falta de espacio.
A veces los apdres consultan porque notan un hombro más bajo que otro, asimetría en las escápulas o prominencia de las costillas de un lado. En oros casos, la escoliosis se detecta durante una revisión del niño sano. Además de analizar asimetrías en la exploración, el pediatra realizará el test de Adams. Pedirá al niño o la niña que se incline hacia adelante con las piernas estiradas mientras le mira desde atrás, para ver si aparece una giba. Ante un test de Adams positivo se realizará una radiografía.
El tratamiento de la escoliosis varía en función del grado de afectación y del momento del diagnóstico (no es lo mismo un niño que esté comenzando la adolescencia y aún no haya dado el estirón que otro cuyo esqueleto ya esté maduro).
Si la escoliosis es muy leve o el niño es esqueléticamente maduro, sólo se observará. Los niños que aún vayan a cecer (esqueléticamente inmaduros) podrán beneficiarse de un corsé, que deberán llevar al emnos 18 hroas al día. El cor´se no corrige la deformidad pero la frena y evita que progrese. Los casos más severos pueden necesitar cirugía.
Espondilólisis y espondilolistesis
La espondilolisis es una lesión por ruptura del arco posterior de una vértebra. La vértebra más frecuentemente afectada es la quinta lumbar (L5). Es más frecuente en mujeres. En algunos casos, más frecuentemente durante el pico de crecimiento de la adolescencia, esta lesión ocasiona que una vértebra se desplace sobre otra y hablamos entonces de espondilolistesis.
La espondilolisis raramente produce síntomas, muchas veces se diagnostica de manera casual cuando se realiza otra prueba por otro motivo. En el caso de que los produzca, suele ser dolor de espalda que se alivia con el reposo.
Si la espondilólisis y espondilolistesis son leves, pueden no requerir tratamiento o mejorar con rehabilitación. Los casos más graves pueden requerir corsé y, en algunos casos, cirugía.
Cifosis
Ya hemos visto que la columna vertebral presenta en el plano sagital (si la miramos de lado) una serie de curvaturas de manera normal. A nivel torácico hay una cifosis (la espalda tiene forma de C). Esta cifosis fisiológica (normal) puede verse aumentada en determinados casos, dando aspecto de giba o joroba.
Esto puede deberse a una alteración de la postura (cifosis postural), típica en niños preadolescentes y adolescentes, a un síndrome (por ejemplo en la muscopolisacaridosis) o a la enfermedad de Sheuermann, de causa desconocida,en la que aparecen acuñamiento de vértebras continuas; las vértebras, en vez de verse apiladas como rectángulos adquieren forma de cuña, lo que hace que la espalda se encorve. Además, aparecen irregularidades en los platillos vertebrales y nódulos de Schmorl, unas protuberancias del cartílago de los discos intervertebrales.
Mielomeningocele o espina bífida.
El mieningocele es un defecto de cierre de la columna vertebral. Hay diferentes tipos: oculta, cuando el defecto del hueso; meningocele, cuando sale un saco que contiene líquido cefalorraquídeo y mielomeningocele, cuando sale un saco que contiene tanto líquido cefalorraquídeo como médula espinal y nervios.
Los síntomas dependerán del tipo de defecto y de la altura de la columna en la que se encuentre; pueden ser asintomáticos, leves o llegar a causar parálisis y pérdida de control de esfínteres.
Otras patologías de la columna vertebral menos frecuentes
Las discitis, una inflamación del disco vertebral o platillos vertebrales es rara en la infancia. Su causa no está clara: infecciosa, traumática o inflamatoria.
Los tumores en la columna vertebral son raros en niños. Pueden ser malignos o benignos. Los más frecuentes son el osteoma osteoide, el osteoblastoma y el quiste óseo aneurismático.
En ocasiones (las menos, como hemos visto al inicio), el dolor de espalda puede ser el síntoma inicial de una neoplasia; en niños la más frecuente es la leucemia.
¿Cuándo consulto con el pediatra?
Es importante conocer los motivos por los que debemos consultar al pediatra en cuanto a la columna vertebral de nuestros hijos.
En el caso de dolor de espalda, debemos consultar si:
- es constante y de larga duración (más de 1 mes)
- asocia fiebre, pérdida de peso y/o niña tiene menos apetito
- No mejora con analgésicos y es cada vez más intenso
- Le despierta por la noche
- Asocia otros síntomas como `pérdida de fuerza, hormigueo o pérdida de sensibilidad
También debemos consultar si vemos cualquier deformidad en la espalda, como una joroba, la espalda torcida si la miramos de frente o un hombro más bajo que otro.