El síndrome del bebé sacudido, también conocido como síndrome del lactante sacudido o síndrome del niño zarandeado es el conjunto de lesiones cerebrales que se producen al sacudir vigorosamente a un bebé. Parece una locura de sólo pensarlo, pero es algo relativamente frecuente. Según datos de la Asociación Española de Pediatría, se estima que se dan 20-25 casos por cada 100.000 niños menores de dos años, aunque ocurre más frecuentemente en bebés menores de seis meses. En España, de los 450 mil niños nacidos al año, unos 100 pueden padecer este síndrome.
Y es que perder los nervios y sacudir a un niño ante la imposibilidad de calmar un llanto desesperado, e incluso hacerlo sin la intención de hacerle daño, puede tener graves consecuencias. En este vídeo lo explicamos a fondo:
El llanto, el motivo más frecuente
El motivo más frecuente es un llanto inconsolable y prolongado que provoca la frustración y el enfado del cuidador, que acaba zarandeando al niño. Su intención no es la de hacerle daño, "solo quería que dejara de llorar", alega la mayoría. Pero el daño ya está hecho.
Otra causa es el intento de “reanimarlo” ante una situación que el cuidador entiende como amenazante para su vida (un espasmo del sollozo, un atragantamiento o un ataque de tos), explica al AEP.
Lanzar al bebé al aire jugando no conlleva riesgo de daño cerebral, siempre y cuando el juego no sea muy violento (lanzar de manera repetida a alturas mayores de 20 cm). Sin embargo, hay que evitar este tipo de juegos porque el niño se puede caer y lesionarse.
Zarandear a un bebé tiene graves consecuencias
Los daños no siempre son evidentes a simple vista, pero puede generar graves secuelas en un bebé de pocos meses. Ser sacudido bruscamente puede causar lesiones severas como hematomas o edemas cerebrales, lesiones cervicales, sufrir una conmoción cerebral, perder la vista, daños neurológicos irreparables o incluso la muerte.
Los músculos del cuello del bebé son muy débiles y al ser incapaz de sostener la cabeza, al sacudir al bebé bruscamente, el cerebro se mueve hacia adelante y hacia atrás y choca dentro de las paredes del cráneo pudiendo provocar graves lesiones en su cerebro aún inmaduro.
El 20 por ciento de los bebés zarandeados muere, mientras que el 80 por ciento restante pueden tener lesiones serias y discapacidades a largo plazo que incluyen:
- Daño cerebral
- Ceguera
- Sordera o pérdida auditiva
- Lesión de la médula espinal o parálisis
- Parálisis cerebral
- Convulsiones
- Trastorno motor severo
- Retraso mental
- Incapacidades del habla o del aprendizaje
Síntomas del síndrome del bebé sacudido
¿Cómo saber si mi bebé ha podido sufrir sacudidas o zarandeos? Muchas veces, los niños quedan al cuidado de terceras personas y los padres notan síntomas extraños en sus bebés. Los signos que deberían ponernos en alerta son:
- Irritabilidad extrema
- Dificultad para respirar
- Dificultad para alimentarse
- Dificultad para mantenerse despierto
- Vómitos
- Palidez o piel azulada
- Convulsiones
- Rigidez
- Incapacidad para levantar la cabeza
- Temblores (inestabilidad)
Pueden llegar a verse hematomas en la cara del bebé, pero también hay síntomas no visibles en el cuerpo del bebé como sangrado del cerebro y los ojos, lesiones en la médula espinal y fracturas de las costillas, el cráneo, las piernas y otros huesos.
Busca ayuda inmediatamente si crees que tu bebé puede haber sufrido abuso infantil. Es un tipo de violencia evitable, por lo que es muy importante que tanto los padres como los cuidadores tengan muy presente las graves consecuencias que puede tener sacudir a un bebé.
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