La amistad es un tipo de vínculo que establecemos con personas con las que tenemos afinidad, y con quienes vamos construyendo una relación a través de las vivencias compartidas.
El concepto de amistad y el valor que le damos evoluciona a lo largo de la vida, así como su significado; no es lo mismo un amigo para un niño de cinco años que para uno de doce o un chico de 17. Además, a esto deben sumársele las diferencias individuales de cada uno (gustos, valores, preferencias, personalidad, intereses, etc.).
Por otro lado, durante toda la vida iremos forjando vínculos y amistades que también irán evolucionando; algunos, hasta desaparecerán. En este artículo nos centramos en los amigos de la infancia de los más pequeños; de entre estos amigos, algunos perdurarán toda la vida y otros se convertirán en un recuerdo.
Sin embargo, sea como sea su evolución, es importante que como padres alentemos a nuestros hijos a crear estas amistades cuando son pequeños, porque se trata de un tesoro para su alma.
“El mejor momento para hacer amigos es antes de que los necesites”.
-Ethel Barrymore-
Los amigos de la infancia: ¿qué aportan?
Durante la infancia los niños suelen hacer muchos amigos, ya que se relacionan en muchos ámbitos con sus iguales (en el parque, en la escuela, en ambientes familiares...).
Pero, ¿qué "función" tienen estas primeras amistades en la infancia de nuestros hijos? Según un trabajo de Alba Masjuan, de la Universidad de la Rioja, la función principal de las amistades durante la infancia es la de dar al niño otro punto de vista sobre la vida social, un punto de vista que hasta ese momento el niño solo había podido adquirir a través de la relación con sus padres.
Amistades que duran para siempre, y otras que terminan
Como decíamos, de esas primeras amistades, las que se forman de forma más temprana, en la niñez, algunas serán para toda la vida, y en otros casos la amistad acabará terminando.
Los motivos de esta finalización son muchos; cambio de escuela o de ciudad, pérdida de intereses en común, el paso de los años, madurar de forma diferente, la distancia, etc.
Pero en ambos casos, hay una cosa clara; y es que esas amistades tempranas difícilmente se olvidarán. Porque al haber formado parte de la historia de nuestros hijos y de sus primeras vivencias (las primeras veces), formarán parte de su identidad y de sus recuerdos, para siempre.
¿Cómo acompañar a nuestros hijos, como padres, a la hora de cultivar estas amistades cuando son pequeños?
Qué podemos hacer como padres para que nuestros hijos cultiven las amistades en la infancia
Anímale a socializar
Se puede socializar de mil maneras; a través de actividades lúdicas, yendo al parque, en la escuela, en el ámbito familiar con los primos y hermanos...
Y es en esa socialización donde nace la posibilidad de hacer amigos. Anima a tus hijos a socializar con los demás; eso sí, nunca forzando nada si no les apetece.
Comentad juntos qué valores debe tener un buen amigo
Si bien es cierto que para los niños, sobre todo cuando son pequeños, "todos" podrían perfectamente ser sus amigos (no son tan selectivos; un amigo es con quien juega en el parque, por ejemplo), también es importante que los niños puedan escoger personas con quienes se sientan a gusto.
Por ello, aunque los niños sean pequeños, podemos comentar con ellos qué significa "tener un amigo", qué diferencia hay entre un amigo y un compañero, qué valores debe tener su amigo ideal, etc.
Esto les ayudará a definir qué debe tener un amigo para que lo sea, y a darse cuenta de que tienen todo el derecho a seleccionar sus amistades (sobre todo, por lo que les hacen sentir y lo que les transmiten).
Aceptar a sus amigos
Está claro que siempre querremos lo mejor para nuestros hijos, y que puede que algunos amigos que tenga no sean de nuestro agrado, por las razones que sean. Sin embargo, es importante respetar las decisiones que toma nuestro hijo en cuanto a sus amigos, y que los aceptemos.
Eso no quita que no podamos comentarle algo que nos preocupe en algún momento dado (pero planteándoselo desde la curiosidad, y no el reproche). Recuerda que para nuestros hijos es importante sentir que aceptamos a sus amigos.
Comentar las acciones, nunca criticar a los amigos
Si hay algo que no nos encaja, antes de criticar a sus amigos, es mejor que "critiquemos" (o comentemos) las acciones concretas que estos han tenido y que no nos han gustado. Y es que no es lo mismo decir "no me ha gustado cómo te ha hablado X persona en X momento", que decir "no me gusta X persona para ti".
Entender que las amistades evolucionan
También es importante hacerles entender a los más pequeños que las amistades van evolucionando con los años. Que algunos amigos de la infancia serán para toda la vida, y que otros no, y que está bien. No hay nada malo en ello.
Las amistades están vivas, por eso cambian, igual que nuestros hijos cambian. Pero, sea como sea, no debemos olvidar honrar nuestros recuerdos y darles el lugar que se merecen, también cuando hablamos de aquellos amigos que ya no lo son. Y esto es un mensaje que podemos transmitirle a nuestros hijos.
La amistad en la infancia y en la vida: su importancia
Los amigos son importantes siempre. Durante la infancia, ayudan a construir la identidad de nuestros hijos, quienes poco a poco se ven más capaces de escoger con quién relacionarse.
Durante la adolescencia, los amigos toman un valor central, ya que el sentido de pertenencia a los grupos es un elemento que va configurando la personalidad y la autoestima de los chicos.
Y durante la adultez y hasta la vejez, es innegable que los amigos nos proporcionan múltiples cosas: emociones como la alegría, diversión, compañía, sostén, recuerdos, un vínculo duradero, el sentido de la responsabilidad de cuidar dichas amistades...
Por todo esto, es importante que los niños puedan construir vínculos sanos y de calidad a través de sus amigos, desde que son bien pequeños. Porque de esas amistades nacerán experiencias y recuerdos, recuerdos que serán como un trampolín para volver a la maravillosa inocencia que bañaba la niñez.
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