Un estudio publicado por el Observatorio Social de "La Caixa" reveló que la manera en la que, como padres y madres, nos implicamos en la educación académica de nuestros hijos, tiene un impacto en su rendimiento escolar y en su desarrollo cognitivo y socioafectivo.
Según los resultados del estudio, los alumnos con familias que buscan el control por encima de todo, presentan peores resultados escolares. Y en cambio, los padres y madres que se relacionan con sus hijos de una manera abierta y comunicativa, y que fomentan su autonomía y responsabilidad en el estudio, influyen positivamente en su rendimiento escolar.
Esto nos lleva a plantearnos hasta qué punto debemos ayudar a nuestros hijos, por ejemplo a la hora de hacer deberes. ¿Es beneficioso hacerlo? ¿Cuándo sí y cuándo no? ¿Qué tipo de ayuda es mejor? Reflexionamos sobre todas estas cuestiones.
¿Debemos ayudar a nuestros hijos a hacer los deberes?
La respuesta a esta cuestión no se limita a un "sí" o un "no", ya que cada caso es un mundo. Además, esta ayuda puede ser puntual, más extensa, en determinados aspectos o áreas del aprendizaje, etc.
A la hora de decidir si ayudar a nuestros hijos a hacer los deberes, hay algunos aspectos que deberemos tener en cuenta. Sobre todo, hemos de tener en cuenta que cada niño es diferente.
Nos puede ayudar trazar un camino conjunto con él, teniendo en cuenta lo que necesita nuestro hijo, lo que podemos ofrecerle y lo que consideramos mejor como padres y madres.
Cada niño: un mundo
Así, no podemos dar una respuesta general a si debemos ayudar siempre a nuestros hijos a hacer los deberes, ya que cada niño es diferente y sigue su propio ritmo.
Deberemos valorar en cada caso, cuáles son sus necesidades, aptitudes, características, personalidad... Y en función de ello, decidir si ofrecemos este apoyo en los deberes, y si lo ofrecemos, decidir también el grado.
Así, hemos de tener en cuenta que hay niños que son más autónomos y capaces de ir resolviendo sus dudas a medida que hacen los deberes; otros en cambio necesitan un poco más de apoyo para cuestiones puntuales, y otros necesitarán una ayuda más extensa.
Ayudar a los hijos a hacer los deberes: diferentes tipos de ayuda
Vamos a hablar, a grandes rasgos, de diferentes tipos de ayuda que podemos ofrecerles a nuestros hijos a la hora de hacer los deberes, así como de las ventajas e inconvenientes en que supone cada tipo de ayuda.
Ausencia de ayuda
En este caso, le damos total libertad y autonomía a nuestro hijo para que haga sus deberes.
Esta ausencia de ayuda tiene ventajas e inconvenientes; por un lado, le permite ser más autónomo y trabajar en su propia organización, y por el otro, puede hacer que cometa más errores si no tiene un soporte externo.
Ayudas puntuales
Hablamos de ayudas puntuales cuando nos referimos a estar solo una parte del tiempo con nuestro hijo ayudándole a hacer los deberes, por ejemplo:
- Estar solo los primeros quince minutos de estudio/deberes.
- Ayudarle a planificarse o a memorizar.
- Ayudarle a resolver cuestiones puntuales.
- Proporcionarle pistas para que vaya resolviendo por sí solo las cuestiones.
Este tipo de ayuda fomenta su autonomía, aunque no tanto como en el caso anterior. Otra ventaja es que podemos hacer una supervisión de cómo se planifica y de cómo avanza en sus tareas.
Ayuda extensa
Finalmente, la ayuda extensa implica, o bien estar más tiempo con nuestro hijo haciendo con él los deberes (por ejemplo, una hora entera), o bien resolverle un número más amplio de cuestiones, facilitarle las respuestas más directamente, etc.
Este tipo de ayuda puede ser necesaria en niños con problemas de aprendizaje, dificultades de atención (por ejemplo, con TDAH), dificultades para organizarse, trastornos del neurodesarrollo, etc.
Aquí el inconveniente es que en parte dejamos de fomentar su autonomía; sin embargo, insistimos, podemos adaptarnos en cada caso concreto y darle margen de maniobra a nuestro hijo para que, aún y teniendo ayuda extensa, sea capaz de trabajar de forma autónoma en las asignaturas que le cuestan menos, por ejemplo.
Beneficios de ayudarles a hacer los deberes
A la hora de decidir si debemos ayudar a nuestros hijos a hacer los deberes, también nos puede ayudar conocer los beneficios y los inconvenientes de hacerlo.
En cuanto a sus beneficios encontramos:
- Compartimos un tiempo con nuestro hijo, que puede ser de calidad.
- Fomentamos que se sientan acompañados.
- Nos ayuda a conocer qué le cuesta más a nuestro hijo y qué fortalezas tiene en el área académica.
Inconvenientes de ayudarles a hacer los deberes
Por contra, respecto a los inconvenientes de ayudar a hacer los deberes a nuestros hijos, o aspectos que pueden no ser tan beneficiosos, encontramos:
- Determinados tipos de ayuda pueden restarles autonomía.
- A largo plazo, y en función de la ayuda proporcionada, pueden "acostumbrarse" a esa ayuda y disminuir su esfuerzo.
En relación a esta cuestión, Rubén Fernández, Investigador de la Universidad de Oviedo, asegura que:
“Hacer deberes es la única actividad que no implica un control directo del profesor; si les ayudamos demasiado, cercenamos su autonomía y el desarrollo de su personalidad”.
La mejor ayuda e implicación en los deberes
Lo cierto es que la implicación familiar en el proceso educativo es positiva para los alumnos, aunque también lo es que no todas las formas de implicación son necesariamente beneficiosas.
Por ello es importante escoger la mejor forma de implicarnos con ellos, y el mejor grado de ayuda que podemos ofrecer según el perfil de nuestro hijo, el tiempo disponible, el tipo y la cantidad de deberes, la dificultad, etc.
En relación a ello, un grupo de expertos de la Universidad de Oviedo, basándose en una investigación llevada a cabo por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, sugieren que existen estilos más eficaces que otros, e incluso que algunos pueden ser perjudiciales.
Dos estilos de implicación familiar y sus efectos
Así, los investigadores diferencian dos estilos de implicación familiar a la hora de ayudar a nuestros hijos a nivel académico, por ejemplo haciendo los deberes:
- Un estilo más directo y controlador.
- Un estilo más dialogante, que promueve la autogestión de los niños.
Supervisar, corregir y ayudar
Los padres y madres que centran sus intervenciones en “ayudar” a los niños a hacer los deberes, supervisando su trabajo, corrigiéndolo y con frecuencia incluso haciendo ellos mismos las tareas, a menudo logran lo contrario de lo que pretenden.
¿Por qué? Porque sus hijos no se espabilan por sí mismos y después son incapaces de seguir el ritmo de las clases.
Comunicación abierta, motivación y técnicas de estudios
En cambio, los resultados en la escuela mejoran cuando nuestras intervenciones a la hora de ayudarles a hacer deberes, se basan en la comunicación abierta con ellos, la cual implica:
- Conversar con ellos sobre las clases.
- Motivarles a estudiar.
- Trabajar las técnicas y hábitos de estudio.
- Preguntarles por sus relaciones con los compañeros.