Cuando alguien hace el método conductista de dejar llorar a los niños por tiempos de noche para que duerman solos suelen explicar que están haciendo el método Estivill o Ferber al niño. Lo dicen así porque es un método con un nombre. Sin embargo, me choca mucho cuando oigo o leo a alguien decir que “está siguiendo el método de la crianza con apego”, como si hubiera unas pautas clave a seguir para hacerlo bien.
Comento esto porque Jamie Lynne Grumet, norteamericana de 26 años que quizás os suene por una portada de hace unos meses en la revista Time, ha vuelto a sembrar críticas por aparecer de nuevo amamantando a su hijo de 4 años mientras se explica que lo hace porque sigue un método de educación llamado “crianza basada en el apego” que incluye técnicas como extender el tiempo de lactancia hasta los seis años.
En momentos así uno se queda pasmado porque o quien la ha entrevistado no se ha enterado de la mitad o quien redacta el artículo es más papista que el papa.
Al parecer esta madre no deja de recibir críticas desde que saliera en aquella portada así que ella, ni corta ni perezosa, ha decidido aparecer de nuevo en la portada de una revista, esta vez en una llamada “Pathways to Family Wellness“, dando el pecho a Aram y junto al papá y su otro hijo.
En la revista explican que “ha retrasado la edad de lactancia debido a que usa un método de educación denominado «crianza basada en el apego»”.
Esto ya suena mal, primero porque la edad de lactancia no está retrasada si tenemos en cuenta que, como leyéramos hace unos días, la edad natural del destete se sitúa entre los dos y los siete años y segundo porque criar con apego no es un método con unos ítems que hay que marcar para considerarte “criadora apegada”.
El método de la crianza basada en el apego incluye…
Según dicen, el método de la crianza basada en el apego incluye compartir la cama con el niño, tener durante el máximo tiempo posible su piel en contacto con la de la madre y extender el tiempo de lactancia hasta aproximadamente los seis años.
Hay personas que le han llegado a decir a esta madre que amamantar a un bebé de cuatro años es abuso sexual (ya se sabe, incultos hay en todas partes), aunque ella dice, tranquila, que entiende que educar a un niño así genere desconfianza y sorpresa, pese a estar avalado por múltiples médicos como el Doctor Sears.
Lo que es la crianza basada en el apego realmente
Criar con apego a un niño no es algo a lo que alguien se tenga que apuntar (“como no me ha ido bien críandole de este modo ahora voy a probar unos meses a hacerlo con apego”) porque no se trata de un método, sino de una filosofía de crianza o incluso algo más, una filosofía de vida, una en la que los adultos respetan a los niños.
Compartir la cama con los niños es algo opcional, el que quiere duerme con los niños y el que no quiere, no. Aunque quizás no es querer el verbo adecuado, sino “poder”: el que puede duerme sin los niños y el que no puede, no. Con esto me refiero a que la mayoría de padres que colechan tratan de que el niño duerma en su moisés o cuna y acaban colechando porque el bebé lleva mal eso de la separación. Como no pueden dormir separados, acaban durmiendo juntos.
Luego, con el tiempo, el “poder” da paso al “querer”: duermo con mi hijo porque quiero, porque disfruto haciéndolo, porque duerme mejor, porque todos estamos más tranquilos y después, con los siguientes hijos, depende… hay padres que ya ni intentan separarse y hay otros que, aunque vuelven a colechar, confiesan haber intentado también dormir separados.
Sin embargo, hay niños que no duermen bien con los adultos al lado. Son una minoría, pero los hay. Si los metes en la cama contigo chocan, están incómodos, notan los movimientos de los padres y se despiertan más a menudo que si están solos. En estos casos, si hablamos de criar a un niño respetando sus necesidades, los padres deberían dejarle dormir solo y no colecharían. ¿Quiere esto decir que ya no crían con apego? No, todo lo contrario, esto quiere decir que respetan sus necesidades. Esto quiere decir que tienen en cuenta lo que necesita, pese a no colechar, como parece requerirse si sigues este “método”.
Con la lactancia materna pasa algo parecido. Hay niños que se destetan al año, otros a los dos años y otros más adelante. Mis hijos, por ejemplo, se destetaron ambos a los dos años y medio, cuando Miriam se quedó embarazada del siguiente. ¿Les hemos respetado menos por no amamantarles hasta los seis años? No creo… como no fuera ella con la teta fuera persiguiéndolos por casa para que mamaran de vez en cuando y así decir que seguirmos formando parte de los seguidores del método…
Y con respecto al contacto piel con piel el máximo tiempo posible, es la primera vez que lo escucho, aunque imagino que se refieren a cogerlos en brazos. Muchos padres disfrutamos mucho con nuestros hijos en brazos y porteándolos, pero también estamos bien cuando nuestros hijos juegan en el suelo y dejan descansar nuestros brazos y espaldas.
Coger al niño es cuestión de placer y también cuestión de respetar sus ritmos y sus necesidades de afecto y transporte. No son capaces de caminar bien hasta que tienen 3 ó 4 años (caminar bien no es andar, sino caminar como un adulto un buen trecho) y suelen pedir brazos porque se agobian o se cansan. En ese momento se puede hacer uso del cochecito, de una mochila o foulard o de los brazos, pero no es una cuestión de “como tengo que llevarlo encima me lo cargo siempre, aún cuando puede ir caminando”.
No sé si me explico. Es cierto que los padres que respetan las necesidades lógicas de los niños tienden a dormir con ellos, las madres tienden a amamantarles hasta que los niños se destetan y que les llevan en brazos mucho tiempo, pero no es una cuestión de “tienes que hacerlo sí o sí, porque el método lo exige”, sino en respuesta al sentido común.
Si un niño necesita afecto, lo lógico es que compartamos tiempo con él, que le cojamos en brazos, que no le dejemos solo sintiéndose inseguro. Para comer, lo lógico es darle el alimento que la naturaleza tiene previsto para él, la leche humana, que es la que le hará desarrollarse de manera normal. Para dormir, pues lo mismo, los humanos necesitan sentirse seguros para conciliar el sueño. Si no lo están el cuerpo pasa a situación de alerta y no pueden dormir bien. Un bebé humano se siente seguro cuando tiene cerca a su cuidador. Si no lo tiene, llora. No es capricho, es supervivencia.
Criar a los bebés y niños respetando sus necesidades no es un método, es aplicar el sentido común a la hora de tratar a los bebés, es, en definitiva, tratarles como quisiéramos que nos trataran a nosotros. Ni más, ni menos.
Más información | ABC
Foto | Pathways to Family Wellness
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