Es uno de los momentos más divertidos del año para los niños, pero ante las celebraciones del Carnaval, la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI) advierte que muchos de los disfraces que se van a comprar pueden ser potencialmente peligrosos.
En concreto, el 28% no cumplen con las garantías de seguridad, contienen elementos tóxicos, carecen de orificios para evitar asfixias o son inflamables. Por ello hemos de recordar los consejos de seguridad para los disfraces y exigir a estos artículos la misma calidad que a cualquier otro juguete o prenda.
Y en este sentido, tras analizar cerca de un centenar de disfraces y complementos (pelucas, máscaras...) para carnaval en tiendas especializadas, jugueterías, grandes superficies y tiendas "Todo a 100", se ha observado este alto porcentaje de disfraces que incumplen la normativa. Nos hubiera gustado saber si existen diferencias en cuanto al tipo de establecimiento.
La FUCI realiza un llamamiento a los consumidores para que antes de comprar un disfraz, peluca, máscara o maquillajes tengan en cuenta una serie de recomendaciones para evitar “disgustos innecesarios”:
Los disfraces para niños se consideran como un juguete por lo que han de cumplir los requisitos de seguridad que marca la normativa e incluir en su etiqueta la marca CE, la edad recomendada, las advertencias en su utilización y los datos de identificación del fabricante del producto.
Antes de comprar un artículo debemos observar que éste no contenga piezas pequeñas que se puedan desprender y ser ingeridas por un menor, que no contenga puntas o bordes cortantes, que las máscaras tengan una ventilación adecuada y que los disfraces carezcan de cordeles y/o cordones en la zona del cuello.
Los disfraces, pelucas y máscaras deben estar hechos con materiales no inflamables o de baja combustibilidad. Para evitar quemaduras en los disfraces (no olvidemos que muchos de ellos arden con facilidad) conviene mantenerse alejado de fuentes de calor: estufas, mecheros, cigarros, petardos, fuegos artificiales, etc.
En los disfraces para adultos, el etiquetado debe ser como el de la ropa normal y en castellano. Lea detenidamente las etiquetas, las instrucciones de uso y las características del producto.
Si compramos cosméticos, debemos vigilar que en el etiquetado se indique, como mínimo, el nombre del producto, el del responsable (o fabricante o importador, incluida su dirección), la fecha mínima de caducidad, el número de lote y los componentes. Para evitar posibles reacciones alérgicas con el maquillaje, se recomienda consultar previamente la fecha de caducidad y los ingredientes.
En caso de que vayamos a hacer nuestro propio disfraz, FUCI recomienda imaginación, ingenio y reciclaje como opción divertida y económica, sin olvidar mantener la precaución en los materiales que usemos.
Si decidimos comprar disfraces y productos para el Carnaval, hemos de exigir y conservar la factura, ya que es el comprobante de garantía para poder reclamar.
Además, no solo hay que prestar mucha atención a la seguridad de los juguetes, también el bolsillo está en juego: en el análisis se han observado importantes diferencias de precio ya que el precio de los disfraces oscila entre los 8 y los 80 euros en el caso de niños y entre los 15 y 120 para adultos.
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