Hoy, siguiendo con la Historias de madres con las que hemos querido celebrar el Día de la Madre, que en España se celebró el pasado domingo y que en muchos países de habla hispana se conmemorará el próximo día 15, os traigo esta preciosa vivencia, llena de bellos sentimientos y valor, que nos ha enviado la joven madre Katya.
A mis 24 años y terminando el décimo semestre de Derecho me doy cuenta que estoy embarazada y que seria madre soltera, lo que me llenaba de mucha angustia, tristeza e incertidumbre. Pensé en lo que diría mi mamà, que diría mi papà, que dirían todos en mi casa y me asusté mucho, pero con la confianza en Dios, desde que vi ese positivo me dije: voy a ser mamá y no me importa lo que digan los demas, saldré a delante por mi hijo y por mi misma. Pasaron los meses y ya lo sentía en mi barriga, todos los dias pateaba mucho, pero me encantaba sentirlo dentro. Fue un embarazo tranquilo, sin malestares, sin contratiempos ni nada, hasta que una madrugada de marzo el dijo: ¡Ya me toca salir! ¡Avisen todo que aqui va Daniel Jose! Sin muchos dolores, sin sentirme cansada, sin epidural ni nada a las ocho y media de la tarde ya lo tenía en mis brazos. Al verlo, le contaba sus dedos, le miraba la carita tan hermosa que tenía y no aguanté, me puse a llorar, no podia creer que fuera mio, pero lo era y ha llenado mi vida de mucha alegría y felicidad. Y no solo a mi, pues él es el centro del todos en la casa. Desde muy pequeño mostró su inteligencia y ya a los 9 meses estaba hablando, a los 10 caminaba. Nunca fue un niño que llorara mucho, siempre se acomodaba al momento, le gustaba jugar armando bloques y ahora hace edificios con ellos. Ya tiene 6 años. Es un niño amoroso, inteligente, siempre con ganas de aprender más y más. Ya no le doy biberones, ni le cambio los pañales, pero ahora es no solo mi bebé, es tambien mi amigo y como dice la abuela es el compañero de su mamá. Va a todos lados conmigo. En el colegio es de los mejores de su clase y las profesoras siempre tienen palabras muy buenas sobre él. Es adelantado para su edad, pero todavía le gusta mucho jugar, y s especialmente si es conmigo. Le gusta que vea la televisión a su lado, para que siempre le este explicando lo que él, por su edad, no va entendiendo, pues él no se quiere quedar con la duda de nada. En las noches, duerme a mi lado y al despertar siempre me abraza. LeBmos la biblia y me dice: mami te quiero. Le gusta que yo le responda con un abrazo también. Es mi bebé, es mi vida, es la luz que me ilumina cada día. No se en verdad que sería mi vida sin él, pues muy a pesar de todo lo que pasamos para que él esté a mi lado, soy la mujer mas feliz del mundo cuando mi hijo me dice: Mamá yo te amo. El mejor regalo del mundo me lo ha dado ya él, cuando hace unas semanas me dice: Mami, gracias por haberme traido a este mundo, sin ti yo no hubiese podido existir. Las lágrimas no se aguantaron en mi ojos y en ese momento supe que en el corto camino que llevamos recorriendo este mundo he hecho un gran trabajo con éel, pues lo he hecho feliz y él sabe cuanto lo amo yo a el también.
Son tan felices esas lágrimas. No hay amor más intenso que este, el que recibimos de nuestros hijos y el que les podemos dar. A pesar de las batallas, de los miedos, de las dificultades, su amor lo colma todo de sentido. Gracias Katya por tu relato, me ha emocionado profundamente. Se lo he leído a mi hijo, y está llorando también de la emoción.
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