Taller de ciencias: experimentos con agua (II)

Taller de ciencias: experimentos con agua (II)
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Vamos a seguir con nuestro taller de ciencias y también vamos a continuar con el agua como base de nuestros experimentos. Hoy os propondremos nuevas experiencias científicas que, con pocos materiales y de forma sencilla, podéis hacer en casa con vuestros hijos.

Hablando "balleno"

Nosotros sabemos que los sonidos se difunden de forma diferente según sea el medio en el que se transmiten, pero para los niños puede ser todo un descubrimiento y, además, les permitirá aplicar este conocimiento a la explicación de algunos fenómenos que ellos mismos pueden sentir o a introducirse en el comportamiento de los animales.

Vamos a usar dos globos, agua, nuestros pulmones y una mesa. Llenaremos uno de los globos con aire, cerrándolo con un nudo. Repetiremos la operación pero esta vez lo llenaremos de agua en el grifo.

A continuación tenemos que poner ambos globos sobre una mesa y animar al niño a poner la oreja primero en uno y luego en el otro. Nosotros golpearemos la mesa con los nudillos y le pediremos al niño que nos cuente a través de cual de los globos le llega mejor el sonido.

Podemos luego repetir el experimento en la bañera. Primero el niño se meterá dentro estando la bañera vacia y nosotros daremos golpecitos en la parte exterior con los nudillos. Luego, con la bañera llena y el niño buceando en ella lo haremos de nuevo.

El sonido se transmite mejor en el agua. La conclusión es clara pero seguramente el niño necesitará una explicación para comprender la razón, pero siempre podemos dejarle que haga sus hipótesis de trabajo para ver si se le ocurre alguna respuesta lógica, sin atosigarlo, por supuesto, si no se le ocurre nada.

Contémosle entonces que toda la materia, hasta la invisible y gaseosa, está hecha de pequeñísimos trocitos más o menos apretados unos a otros dependiendo de la substancia y de su estado. En los gases, como el aire, los atómos, que es como se llama a esos trocitos, estan muy separados y cuando el sonido les empuja, no todos llegan a tocarse y a transmitir esa vibración, es movimiento. En el agua, están más apretados, y por eso se pueden golpear unos a otros y lo transmiten mejor y más lejos, aunque lo hacen de forma diferente y nosotros los percibimos más graves y distorsionados. La explicación, que podríamos ampliar y mejorar con niños mayores, será adecuada y los niños de cuatro, cinco o seis años la empezarán a asimilar.

usando canicas

La respuesta está en las canicas

Para ejemplificar el proceso podemos hacerlo de forma visual y vamos a encontrar la respuesta en las canicas.

Para eso vamos a necesitar un montón de canicas esparcidas sobre la mesa. Las canicas representarán los átomos. Pondremos primero unas muy separadas y golpearemos flojito un extremo con una regla. Las canicas se moverán en la dirección en la que las golpeamos pero como están separadas no llegarán a golpear a todas y al final habrá algunas a las que no llegará. Luego, poniéndolas más juntas, repetiremos la operación y veremos como se golpean más unas con otras, transmitiendo el movimiento a las más lejanas más facilmente.

Cuando veamos un libro o un documental sobre ballenas, o la estupenda película de "Buscando a Nemo", vamos a fijarnos en el canto de las ballenas, les contaremos que son capaces de escucharse a miles de kilómetros cuando se hablan gracias a esta característica de la transmisión del sonido en el medio líquido, y al final, seguro que todos terminamos cuando vayamos a la piscina hablando en "balleno" y riéndonos tratando de entender lo que el otro dijo.

agua

La forma de las cosas invisibles

En este experimento vamos a demostrarles a los niños que esas pequeñas partes invisibles de las que está hecha la materia son diferentes unas de otras y tienen formas diferentes aunque no podamos verlas. Vamos a hacer que la experimentación nos lo muestre.

Vamos a necesitar canicas grandes y canicas muy pequeñas, dos jarras con mediciones incorporadas o dos probetas grandes, agua y alcohol.

Empezaremos llenando las dos jarras con 50 centímetros cúbicos de agua cada una. Le preguntaremos al niño cuanta agua habrá si las juntamos. Si el niño sabe sumar nos dirá que 100 centímetros cúbicos, si no sabe, seguramente si es capaz de comprender que habrá el doble de cantidad. Verteremos el agua en una de ellas y anotaremos la medición.

Luego repetiremos el experimento igual con alcohol. La suma también será de 100 centímetro cúbicos, el doble de volumen.

A continuación llenaremos una probeta con 50 centímetros cúbicos de agua y la otra con 50 centímetro cúbicos de alcohol. Lo "lógico" sería que también, al juntarlas, llegue al 100. Pero no va a ser de ese modo, cuidadosamente nos fijaremos en las marcas y la cantidad total será algo menor, de unos 97 centímetro cúbicos. ¿Donde ha ido lo que falta?

La respuesta está en la canicas de nuevo.

De nuevo vamos a encontrar la respuesta en las canicas. Vamos a llenar las dos probetas ahora con canicas grandes hasta los 50 centímetros cúbicos y las juntaremos midiendo hasta donde llegan, que será a los 100 centímetros cúbicos.

Luego, lo haremos con las pequeñítas, y también llegarán a 100 centímetros cúbicos cuando las unamos.

Pero cuando juntemos una probeta con 50 centímetros cúbicos de canicas grandes y otra con 50 centímetros cúbicos de canicas pequeñas el resultado, de nuevo, nos asombrará, pues no llegarán a los 100. Pero esta vez no estamos trabajando con átomos de agua o alcohol, sino con canicas visibles y podremos verificar la razón por la que no alcanzan el volumen esperado: las canicas pequeñas se alojan en los intersicios entre las canicas grandes, haciendo que la linea final de altura sea menor.

La explicación ahora es visual y comprensible. Los átomos invisibles de nuestros dos líquidos iniciales tienen tamaños diferentes y por ese motivo su mezcla ha obtenido un volumen un poco menor que las mezclas puras. Les asombrará la experiencia y habrán descubierto con un sencillo experimentos que las cosas son diferentes a lo que podemos ver a simple vista y que esos pequeños trozitos de materia a los que llamamos átomos se comportan como nuestra canicas pero en un nivel inapreciable a nuestro ojo.

Estos dos experimentos con agua, que, por supuesto, debemos realizar con cuidado para que no existan peligros y siempre estando nosotros al cargo de la manipulación, harán que el taller de ciencias acerque a los niños a los misterios de la naturaleza con diversión asegurada. Habrá más.

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