El juego por excelencia de los niños, independientemente de la era en la que hayan nacido o el estatus social es el "arre, arre, caballito." Y ya si es sobre tu padre pues como que cuenta doble.
El problema de este juego es que un caballo tiene sus riendas homologadas, su silla y resto de enseres que hacen que uno pueda sujetarse mientras el amigo equino pone pies en polvorosa. Está claro que un padre al uso de hoy en día tampoco lo va a hacer y bastante tenemos ya con mantenernos en pie tras la primera hora de cabalgada.
Por ello a una empresa alemana se le ocurrió la feliz idea de crear un, como os lo describiría yo, un trozo de caballo, la cabeza para ser más exacto y sobre todo convertirlo en algo útil, pues esta cabeza de peluche equino se ata con cinchas a la pierna del sufrido padre y por otro lado el pequeño aprendiz de jinete puede sujetarse par la crin del caballo evitando así, innecesarios y desagradables aterrizajes forzosos.
Eso si, no aceptamos quejas si lo compráis y os tienen toda la tarde dando paseos por el salón.
Arra, arre, caballito
Vía | no me lo puedo creer En Bebés y Más | Caballito de madera: el encanto de lo artesanal