Hoy en día podemos encontrar todo tipo de modelos de portabebés. Mei-tai, fular, sling, pouch, bandolera, mochilas varias… Pero elegir el más adecuado según la edad del bebé y el uso que le vayamos a dar no es tarea fácil. Por eso, haremos un análisis de qué hay que tener en cuenta antes de comprar un portabebé.
Antes de entrar de lleno en el tema, hablaremos brevemente de por qué usar un portabebé. Es una manera cómoda de transportar al bebé, nos permite tener las manos libres, y fundamentalmente porque el estrecho contacto que se establece con papá o mamá es muy beneficioso para su desarrollo.
Le aporta una sensación agradable, se siente seguro y protegido, por tanto el pequeño duerme mejor, reduce la ansiedad y disminuye los episodios de llanto y cólicos.
Llevar el bebé “a cuestas” es una experiencia muy bonita tanto para el niño como para los padres, por tanto, encontrar un portabebé apropiado es esencial para poder disfrutarla a pleno. Hay ciertas cosas que hay que tener en cuenta si estáis pensando en comprar un portabebé, ya sea como única forma de transportarlo o como complemento del cochecito.
Tipos de portabebés
No hay un modelo ideal de portabebé que le vaya bien a todo el mundo. Cada uno puede ser el más indicado según el uso que vayamos a darle o la edad del bebé. A algunos les resulta más cómodo un sling, mientras que a otros les va mejor un fular anudado. A veces es cuestión de ir probando, pero daremos algunas pautas para que la elección sea la más acertada posible.
A la hora de elegir es importante tener claro en qué momentos vamos a usar el portabebé: excursiones, paseos urbanos, en casa, mucho tiempo, de a ratitos, así como la edad del niño, por sus necesidades según la etapa de desarrollo y por supuesto, por el peso.
Veamos las principales características de cada tipo de portabebé:
- Fular:
Es el portabebé más versátil pues permite infinidad de posiciones. Es fácil de realizar, no hay necesidad de comprarlo, y seguro que encontráis una forma de uso que os resulte adecuada.
Consiste en una pieza de tela de un metro de ancho y de distintas longitudes (desde los 3,20 metros hasta los 5 metros) dependiendo de la talla del portador, la edad del niño y las técnicas de anudado que utilizaremos.
Hay un montón de técnicas de anudado que podéis aprender. Al principio puede resultar complicado, pero una vez aprendidas un par de técnicas, se coloca muy fácilmente.
La elección de la tela es importante. Tiene que ser una tela no elástica, que ceda solamente en sentido diagonal sin ceder de manera transversal o vertical, pues cuando el bebé tenga cierto peso no queremos que se estire ni que se desplacen los nudos.
- Mochila ergonómica:
Es respetuosa con la fisiología del bebé, pues va sentado sobre sus nalgas, y la del portador, al repartir el peso entre hombros y caderas. Permite transportar a niños desde el nacimiento hasta los 15 kg-20 kg de peso, aunque es más recomendable a partir de los 5-6 meses, cuando pueden sentarse por sí mismos.
Permite llevar al bebé en varias posiciones: al frente, a la espalda, mirando hacia adentro, mirando hacia fuera, y algunas incluso se pueden llevar sobre las caderas.
La mochila es el modelo de portabebé mejor aceptado por los papás y el más duradero, pues puede utilizarse durante muchos años.
- Mei tai:
Es un portabebé de origen oriental, similar a una mochila pero sostenida con nudos. Consiste en un rectángulo de tela con cuatro tiras en sus extremos que pasan por los hombros de la madre y por la cintura. Se puede llevar al frente, en la espalda o sobre las caderas.
Se puede usar desde el nacimiento pero es más recomendable a partir de los 5 o 6 meses de edad, cuando el bebé puede sentarse por sí mismo, aunque algunos tienen un sistema reductor para usarlo con bebés más pequeños.
- Sling, pouch o bandolera:
Es una banda de tela cocida y sin ganchos que se coloca sobre un hombro. Son adecuados para bebés recién nacidos pues permiten llevarlo en posición de cuna o con la barriga pegada al cuerpo de la madre. También es ideal para amamantarlo.
Cuando es más grande permite llevar al bebé a la espalda o sentado sobre un costado a la cadera, una posición muy cómoda para el portador pues es como llevarlo en brazos, pero con las manos libres. Sin embargo, cuando el peso del niño es considerable, no es recomendable utilizarlo demasiado tiempo.
- Fular con anillas:
El sistema es similar al de la bandolera, pero en lugar de estar cosido es un trozo de tela que se ajusta mediante una anilla. Permite controlar mejor la tensión de la tela para que el bebé quede bien pegado al cuerpo del portador.
La posición del bebé
Cuando el bebé es recién nacido debe ir sentado sobre sus nalgas, pero no con las piernas colgando. Sus piernas deben formar una M, como una ranita, con las piernas abiertas aproximadamente 45º con respecto al eje corporal y las rodillas ligeramente más altas que el culete. Esta postura es ideal para ayudar a solucionar casos de displasia de cadera leves.
La espalda debe formar una C (cifosis de la columna), con la columna vertebral curvada, lo más parecido posible a la postura que tenía dentro del útero materno.
El cuerpo del bebé debe quedar pegado al cuerpo del portador.
Para la primera etapa son más adecuados los sistemas tipo fular, sling o bandolera con o sin anillas.
Cuando el bebé ya se puede sentar por sí mismo, puede usar portabebés en los que va sentado tipo mochila o mei tai.
El niño tiene que quedar lo suficientemente alto como para que lleguemos a darle un beso prácticamente sin agacharnos. Si queda demasiado bajo, el peso no se reparte de forma adecuada cargando demasiado las lumbares del portador.
En resumen, lo que hay que tener en cuenta antes de comprar un portabebé es que respete la postura natural del bebé según su etapa de desarrollo (que no adopte una postura forzada), que sea apropiado para su peso y tamaño, que resulte cómodo para el portador y tener claro el uso que le vamos a dar.
Foto | hoyasmeg, ilgufoilprincipelafata y frielp en Flickr
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