Prácticamente todos los niños han perdido algún objeto personal en el colegio en algún momento. Los despistes y olvidos son normales y a todos nos puede suceder, pero cuando son recurrentes debemos averiguar qué puede estar pasando y buscar la forma de ayudar a nuestro hijo.
Si tu peque es de los que pierde algo en el cole con demasiada frecuencia, te damos algunos consejos que podrían ayudar a mejorar la situación.
¿Por qué mi hijo es tan despistado y pierde sus cosas?
"Mamá, me he dejado la sudadera en clase", "He perdido la fiambrera", "No se qué he hecho con el paraguas que me he llevado esta mañana", "No encuentro mi estuche", "Creo que he olvidado la bolsa de deporte en el cole"... Si tienes hijos en edad escolar, seguro que en mayor o menor medida ha vivido alguna de estas situaciones.
Los motivos por los que los niños son despistados y pierden sus cosas pueden ser variados, aunque en general, podríamos decir que en la mayoría de las ocasiones se trata de una simple cuestión de madurez.
Los niños, especialmente cuando son pequeños, focalizan su atención en cosas que les divierten y motivan, en detrimento de otras que no les aportan tanto.
En este sentido, por ejemplo, es comprensible que el niño olvide coger la sudadera que se quitó en el patio mientras jugaba, pues en ese momento estaba concentrado en pasarlo bien y disfrutar, y no tenía la mente puesta en la chaqueta.
No obstante, si los despistes son recurrentes podría haber otras causas que lo expliquen:
- Falta de hábitos, organización o planificación.
- El niño está preocupado por algo o está atravesando una época de estrés en su vida.
- Nervios (al estar nerviosos segregamos una hormona que interfiere en nuestra capacidad para memorizar, que es la corticosterona).
- Trastorno por déficit de atención (TDA), que puede ir ligado, o no, a una hiperactividad (TDAH).
- Depresión infantil.
Igualmente, es muy importante descartar que se trate de un tema de acoso escolar; es decir, que el niño no esté perdiendo sus cosas, sino que otros se las estén robando o le estén obligando a entregarlas. Por eso, si tienes cualquier sospecha o tu hijo presenta algún indicio de estar siendo víctima de bullying debes hablarlo de inmediato con el centro escolar.
Siete claves para ayudarle
No existen recetas mágicas que reviertan esta situación, pues como decíamos en el punto anterior, en la mayoría de las ocasiones se trata de una cuestión de madurez o falta de rutinas.
Aun así, te compartimos algunas claves que podrían ayudar a tu hijo:
No le etiquetes
En primer lugar, y aunque puede resultar frustrante para los padres vivir esta situación de manera recurrente, es fundamental no caer en etiquetas ni juicios. Frases como "¡eres un despistado!", "siempre estás igual", "¿otra vez has vuelto a perder algo?", "¡me tienes harta!", "¡un día vas a perder la cabeza!"... deben quedar desterradas.
Y es que lejos de ser un estímulo para ayudar al niño a cambiar su actitud, este tipo de calificativos generan el efecto contrario: el niño acaba asumiendo la etiqueta como parte de su identidad, justificando con ella sus despistes ("Olvido las cosas porque soy un despistado. Mis padres siempre me lo dicen; nunca podré cambiar").
No le castigues
Sabemos que los castigos y los chantajes no son forma de educar. Si queremos que nuestro hijo entienda las consecuencias de sus olvidos, que aprenda a valorar lo que tiene y a responsabilizarse de su material, castigarlo por sus despistes no le servirá para aprender.
El trabajo empieza en casa
Si los niños nunca se han hecho responsables de nada, ni les hemos dado la oportunidad de contribuir en las tareas domésticas, no podemos exigirles de la noche a la mañana que se hagan responsables de su material escolar.
Involucrar a los niños en las tareas domésticas no solo ayuda a fomentar su autonomía, mejorar su autoestima y trabajar ciertas habilidades, sino que además se dan cuenta de que en general, las cosas no caen del cielo ni se hacen solas, sino que requieren de la implicación, esfuerzo y responsabilidad de las personas.
En este sentido, es bueno y necesario incorporar a los niños desde pequeños a tareas acordes a su edad y su capacidad, haciéndoles ver, además, la importancia de su contribución para el buen funcionamiento familiar.
Muéstrale las consecuencias naturales de su olvido
Podemos mostrarle a nuestro hijo las consecuencias de sus despistes, pero siempre de una forma respetuosa y sin convertirlo en un ataque hacia el niño o una forma de castigo encubierta.
Veamos algunos ejemplos:
- Si el niño ha perdido la pelota para jugar en el patio, tendrá que pensar en otros juegos alternativos.
- Si ha perdido la fiambrera, el próximo día le tocará llevarse el almuerzo en una bolsa de papel.
- Si ha perdido el estuche sofisticado que le compraste a principio de curso, tocará reponerlo por uno más económico y sencillo.
- Si ha perdido la bolsa de deporte con la equipación de fútbol, quizá no pueda jugar el partido al día siguiente.
- ...
Obviamente, en muchas ocasiones nos va a tocar reponer algunos de los materiales perdidos que resultan imprescindibles para el desempeño de sus tareas escolares, pero en otros casos seguro que puede prescindir de ello.
No obstante, si el niño ha perdido algo que le hace especial ilusión (su pelota de fútbol, su sudadera favorita...) podemos proponerle comprarla nuevamente con su contribución (por ejemplo, dándonos parte de sus ahorros, renunciando a su paga del fin de semana o pidiéndolo como regalo para su próximo cumpleaños). No estamos diciendo que el niño deba pagar el coste íntegro de lo que ha perdido, pero sí que entienda que las cosas cuestan dinero y el dinero se gana con esfuerzo.
Averigua cómo y dónde se producen los olvidos
Aunque no siempre es posible detectar en qué momento o situación se producen los olvidos, podemos intentar buscar un factor común con el fin de ayudarle a evitar ese olvido.
Por ejemplo:
- ¿El niño siempre pierde las cosas en el patio o el gimnasio?
En estos escenarios es muy normal despistarse y olvidarse prendas de ropa u objetos. Suele ser muy típico que el niño se quite la sudadera porque tiene calor mientras juega o hace deporte, pero luego olvide cogerla, o que se lleve la fiambrera para almorzar, y una vez termine la deje tirada en el suelo.
En estos casos podemos sugerirle que deje sus objetos siempre en el mismo lugar para que le sea más fácil acordarse de dónde lo dejó y recuperarlos.
- ¿El niño siempre pierde las cosas en el aula?
Si el niño pierde objetos dentro del aula, puede ser porque se los presta a otros compañeros y luego olvida pedírselos de vuelta, o porque deje sus cosas tiradas en cualquier sitio y se acaben extraviando.
Debemos enseñar al niño la importancia de organizar su material después de cada clase, dejar todo recogido antes de salir al patio o guardar en la mochila los libros que vaya a necesitar para poder hacer sus deberes en casa en cuanto se lo mande el profesor.
Plantead posibles soluciones
Ante un problema recurrente como este, las reuniones familiares son una gran opción para plantear entre todos posibles soluciones que puedan ayudar al niño.
Os compartimos algunas ideas:
- La mayoría de colegios cuenta con un armario o baúl de "objetos perdidos" donde se guardan las cosas que los alumnos extravían. Si tu hijo ha perdido algo, debe revisar en primer lugar este sitio.
- Para encontrar más fácilmente cualquier objeto perdido, es fundamental que todo esté debidamente etiquetado.
- Escribirle al niño notas en su agenda que le ayuden a recordar que tiene que revisar su material antes de volver a casa.
- Cada vez que finalice una clase puede hacer un recuento de los lápices de colores y otros materiales que guarde en el estuche, a fin de saber si le falta alguno y buscarlo enseguida.
- Llevar al colegio únicamente el material imprescindible para trabajar. Si el niño deja en casa juguetes, cromos, pelotas... no habrá opción de perderlo.
- Si algún día tu hijo tiene que llevar al cole algún objeto excepcional que no forma parte de su material diario (por ejemplo, un paraguas cuando llueve, la bolsa de deporte el día que tenga Educación Física, un libro concreto que vayan a leer...), es recomendable que guarde una nota en su mochila que le ayude a recordar que tiene que llevarlo de vuelta a casa cuando acabe el cole.
Confía en tu hijo
Como mencionábamos al principio, a base de tiempo, paciencia y adquisición de rutinas el niño irá interiorizando la importancia de cuidar su material y ser responsable. Anima a tu hijo en su tarea, hazle ver que confías en él y siempre estarás para ayudarle si lo necesita.