Es normal y lógico cierta preocupación cuando nos enfrentamos a un nuevo proyecto o a un cambio de vida, pero también hay que admitir que a todos nos cuesta salir de nuestra zona de seguridad y enfrentarnos a nuevos retos. ¿Te da miedo convertirte en madre emprendedora?
Es preciso conocer y superar los factores que limitan la confianza en ser capaz de tener un negocio online propio y convertirse en emprendedora. Una vez analias esas limitaciones te das cuenta que, en buena parte, son miedos superables y muchas mujeres ya lo han conseguido.
Vamos a explicarte cuales son los pensamientos que te limitan y te pueden dar miedo para convertirte en mamá emprendedora.
Los miedos a los que se enfrenta una mamá emprendedora
La principal cuestión que hay que trabajar es la confianza en la propia capacidad. Muchas madres que tienen una activa vida virtual ofrecen consejos, servicios y experiencia de forma altruista y no sienten que merezcan una compensación por su trabajo.
Pero cualquier labor bien hecha y que otros necesitan merece una compensación económica justa. Puedes decidir hacerlo gratis, pero también puedes ofrecer tus servicios cobrando y no por ello pierdes dignidad.
Respecto a la confianza, las mamás (y digo mamás porque son mujeres en su gran mayoría) miran otros negocios parecidos y pueden pensar que lo que ellas ofrecerían ya lo hacen otros. Y puede que sea cierto, pero cada persona es diferente y seguro que simplemente por eso lo que ofrezcamos no será exactamente igual que lo que ofrecen otros, pues nosotras mismas somos diferentes.
En el emprendimiento ahora es muy potente la idea de colaboración entre iguales, más que de competencia. Personas con negocios parecidos colaboran y se apoyan, tanto de forma efectiva como con consejos, pues crear confianza en un sector de servicio les beneficia a todos y los clientes crecen, eligiendo cada uno a quien mejor se adapta a sus gustos y necesidades.
No hay que temer la competencia, sino aprender de ella para adaptar lo bueno y mejorar lo que no nos convence.
Otro problema que frena a las mamás emprendedoras es no entender el concepto de cliente. En nuestras relaciones virtuales podemos encontrar a personas con las que interactuamos amablemente pero que nunca pagarían por nuestros servicios. Hay otras que nos criticarán y tratarán, incluso, de desprestigiarnos, bien por no entender el concepto de colaboración, bien, sencillamente, por envidia.
Ninguna de esas personas son nuestros clientes, no van a contrataros, por lo que no hay que enfocarse en sus mensajes, sino en los de quienes aprecian lo que podemos ofrecer y estarían dispuestos a cobrar por ello.
Elegir la actividad de nuestro negocio como madre emprendedora
Una vez eliminados estos limitadores y miedos de nuestro crecimiento debemos pensar en elegir una actividad que nos apasione profundamente y que sepamos que hacemos bien: escribir, comunicarnos con otras familias, dar clases o talleres, contar cuentos, coser, vender productos de los que sepamos mucho… las posibilidades son realmente infinitas.
Trabajaremos en este concepto en los temas siguientes, pero, sobre todo, os aconsejo superar vuestros miedos a convertiros en madres emprendedoras si es vuestro objetivo y asumir que podéis conseguirlo con trabajo y confianza.
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