Mañana mis hijas vuelven al cole y hay sentimientos encontrados en casa. Por un lado, tienen ganas de reunirse con amigos y profesoras, pero por otro, como tantos otros a los que les he preguntado, hay muchos niños que no quieren volver al cole.
"¿Ya estamos en septiembre? ¿Quien nos ha robado agosto?" preguntaba hace unos días la mayor. Es cierto, el verano parece haberse quedado más corto este año. Volver a encorsetarse en las rutinas siempre es difícil.
Si lo es para los mayores, imaginaros para los pequeños que se sienten completamente libres de responsabilidades y horarios. En los últimos tres meses sólo han tenido que preocuparse por jugar, y han hecho bien, que para eso son niños. En casa no solemos hacer libros de actividades ni ejercicios, sólo las lecturas que ellas quieran hacer.
Veo muchos niños apáticos con la vuelta al cole. ¿Será que sienten que pierden la libertad de los últimos meses? ¿Tanto les aburre el colegio? Habrá que planteárselo. Me parece bastante frustrante que no disfruten de lo que hacen día a día, la mayor parte de su tiempo. Al igual que nos sucede a los adultos con el trabajo, si no nos apasiona lo que hacemos no somos del todo felices.
Puede que en pocos días estén encantados con haber vuelto al cole, pero que mis hijas no quieran volver al cole hace que se me encienda la alerta de si estamos bien encaminados o no.
No quieren saber nada con levantarse temprano (las entiendo, porque eso viene en los genes), ni con vestirse, ni con aprender, ni con sentarse a trabajar. Ni siquiera están entusiasmadas por estrenar material escolar (el poco que hemos comprado este año), algo que a los niños suele hacerles tanta ilusión.
Espero que cuando entren en ritmo se vayan sintiendo más motivadas. Lo que tengo claro es que entre mis propósitos de vuelta al cole están no agobiarlas con actividades extraescolares, ni presionarlas, ni agobiarlas. Que vayan a su ritmo y que no se preocupen por los resultados sino por pasárselo bien y aprender con ilusión.
Como padres, y como debemos hacer en todos los procesos de nuestros hijos, tenemos que acompañarles, comprenderles, e intentar que la vuelta al cole les resulte lo menos traumática posible. Y por supuesto, observarles para poder entenderlos. Este estado de apatía debería disiparse en dos o tres semanas. Si vemos que pasado un tiempo nuestros hijos siguen apáticos y desilusionados con ir al colegio deberemos plantearnos cómo actuar.
Después de esto, quiero aprovechar para rescatar nuestra pregunta de la semana y preguntaros si tienen ganas vuestros hijos de volver al cole y en el caso de ya haber comenzado ¿Cómo ha sido el primer día del clase para vuestros hijos? (os pedimos que respondáis haciendo click en el enlace).
Foto | guy schmidt en Flickr En Bebés y más | Propósitos para la vuelta al cole: ayudemos a los niños a buscar su talento, Propósitos para la vuelta la cole: Se acabaron las prisas