Hoy entrevistamos a Andrea Luraschi, psicóloga especializada en el embarazo consciente y la maternidad. A lo largo de este post y el siguiente nos adentraremos con ella en los cambios emocionales y las necesidades de una madre que espera un hijo, en el papel necesario de sus parejas y del sostén que la sociedad les ofrece.
Andrea, ¿siempre has dirigido tu actividad profesional como psicóloga hacia las madres y el embarazo consciente?
Siempre me he sentido muy unida a este campo que estudia a la mujer dentro de la psicología. Ya siendo estudiante, me hacia ruido la poca información y bibliografía sobre el universo femenino, o que hubiera pocas investigaciones sobre los procesos mentales que nos hace ser mujeres.
¿Cuál ha sido tu trayectoria?
Luego he podido ir construyendo mi orientación definitiva, a lo largo de estos años, más allá de las lecturas de rigor e información sobre psicología femenina. El psicoanálisis fue inicialmente mi paso obligatorio y forzado, para luego tomar otros aportes, de la mano de postgrados que he buscado.
He estudiado Psicología Positiva, Hipnosis y Programación Neurolinguistica, en donde obtuve el grado de Trainer en esta disciplina. Pero creo que fue, como nos sucede a muchas, a partir de mi propia maternidad, y de cómo ella ha impactado en mi, desde antes de elegir ser madre, creo que me he estado preparando, para acompañar “mujeres en situación de espera”, como me gusta decir a las madres embarazadas.
¿Qué quieres decir con “mujeres en situación de espera”?
Este rasgo de espera con el cuerpo, con el alma y con el ser, hace que seamos, entre las mujeres, las madres, las mas pacientes de todas las revolucionarias. Me gusta fusionar estos rasgos de revolución y de paciencia, quizá como síntesis profunda de que nos acontece a las mamás a lo largo de todo el proceso que nos convierte en dadoras de vida.
¿Recibimos suficiente apoyo y reconocimiento las madres en el ámbito laboral?
En los orígenes de mi trabajo con mujeres fui descubriendo y cubriendo esa falta de escucha de las organizaciones, o negación que subyace a la madre que trabaja desde el mundo del trabajo.
Es muy doloroso, por lo menos en mi país, que la legislación contempla poco tiempo para las madres de periodo de postanal, y los retornos al trabajo se hacen muy dolorosos.
¿Hasta qué punto la maternidad nos cambia la forma de vernos y de ver nuestra propia vida?
Bueno, ya van a ser diez años que vengo trabajando acompañando mujeres desde el embarazo, o la búsqueda de el, luego también con la elaboración de la experiencia del parto. Es muy importante no solo abrirse a transitar el embarazo, junto a otras mujeres, sino también elaborar la propia subjetividad femenina que se pone en juego en la maternidad de las mujeres.
Es distinta esa mujer, hoy que antes, y lo será diferente en su mañana, así como también su historia, su compañero, y ese hijito en particular.
Es importante la eficacia terapéutica para acompañar a la mujer y la propia "amorosidad" para con una misma que las mujeres debemos brindarnos a nosotras, no solo embarazadas, sino a lo largo de toda nuestra vida.
Pero, ¿debemos ver el embarazo como una crisis?
El embarazo es momento de crisis vital, tomada como transformación, oportunidad de felicidad pero a veces no lo es tan fácilmente para todas.
Existen mitos sociales, creencias limitantes y mandatos que imposibilitan a las mujeres a hacerse cargo de vivir su embarazo plenamente.
Y como de crisis se trata, la maternidad puede traer aparejada sintomatología que solo puede ser tratada por un profesional idóneo en la salud mental.
¿Reciben las mujeres suficiente apoyo emocional e información sobre lo que va a suponer la maternidad en su transformación personal?
No. Realmente como te decía, las mujeres no recibimos información durante el curso del embarazo, o muy escasamente, sobre el devenir emocional de ser madre.
Hay una gran carencia en los abordajes de la maternidad. En mi país son solo físicos. No hay mente, ni espíritu parece. Para las obras sociales, o la obstetricia clásica, lo emocional no existe. Si, con suerte, son atendidas por profesionales holísticos, o en equipo interdisciplinario, si se puede ser tomada en cuenta y valoradas sus emociones. Pero, si no, la atención se centra únicamente en lo físico.
Pero las madres embarazadas somos más que un cuerpo que alberga y da vida a otro, somos una mente, corazón, espíritu que nos abrimos a ese otro y le damos vida. Eso de por si es fortísimo de elaborar.
Piensa que, a lo sumo, se tiene un curso de preparto, y dentro del mismo, un solo encuentro destinado a solucionar las cuestiones emocionales que se disparan con la maternidad. Pobrísimo es este enfoque.
Para los profesionales que trabajamos pro parto humanizado, en clínica o en el hogar recibidos dentro de las políticas sanitarias, y también difundir nuestra misión.
Le agradecemos a la psicóloga Andrea Luraschi el tiempo que nos ha dedicado y seguimos hablando con ella para continuar la entrevista; mientras podéis conocerla mejor en su página Mamitrabaja.
Mañana publicaremos la segunda parte de esta entrevista a la psicóloga Andrea Luraschi, que seguro que nos ayuda a comprendernos mejor como madres y también permite a nuestras parejas y familiares ofrecernos el acompañamiento que necesitamos.
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