Soy una enamorada de los mapas y creo que son una gran herramienta de aprendizaje para los niños, por eso hoy os quiero aconsejar poner un mapamundi en la pared de su habitación.
Recuerdo un cuadro enorme con el mapa del mundo en la casa de mi abuela. De pequeña me pasaba largos ratos frente a él buscando países de nombres extraños, descubriendo los polos, el ecuador, dónde vivían los canguros, los camellos... Incluso jugábamos con mi hermana competencias de quién encontraba antes los países.
Los mapas son inspiradores. Pueden ser la llama que encienda la frondosa imaginación infantil, por eso además de ser elementos geográficos, y en este caso decorativo, también contribuyen a hacer volar su fantasía. Se pueden inventar muchas historias relacionadas con los mapas, desde historias de piratas de mares lejanos hasta aventuras de animales que emigran a otros continentes.
El que os enseño en la foto me parece monísimo para decorar la habitación de los peques, aunque un poco simplificado, más que nada para que puedan ir diferenciando y ubicando los continentes. Igualmente yo os recomiendo ir luego introduciendo nuevos elementos.
Es una papel pintado con un precio por metro (39 euros el metro) que se puede personalizar a la medida que más os convenga. ¿Ya conocen vuestros hijos los mapamundis?
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