Hasta hace poco tiempo, muchas de las muñecas que veíamos en las tiendas mostraban unos estereotipos y cánones de belleza bastante alejados de la realidad. Estos cánones los podíamos encontrar también en los cuentos infantiles y en la gran pantalla, de manera que era habitual toparse con imágenes, princesas o muñecas de largas melenas rubias, cuerpos delgados y tez y ojos claros.
Aunque con el paso de los años, tanto las grandes marcas de juguetes como las factorías de animación han cambiado mucho, aún queda trabajo por hacer, pues sigue habiendo niñas que no se sienten identificadas con sus juguetes, ni con las princesas o heroínas que salen en sus películas favoritas.
Este es el caso de la pequeña Vera, que con tan solo cuatro años sufre cada vez que se peina, porque cree que su pelo afro no es bonito y no se parece al de las princesas que admira. Su madre, Raquel, ha querido dar visibilidad a esta realidad y pide un mayor compromiso por parte de la industria juguetera, la literatura infantil y las películas de animación.
"Quiero que se visibilice la belleza afro"
Raquel está casada con un valenciano, afrodescendiente de un ecuatoguineano, por lo que sus dos hijos han heredado algunos de los rasgos más característicos de su familia paterna. En concreto, su hija Vera, de cuatro años, tiene un precioso pelo afro que a todos enamora, pero que la pequeña no acoge con el mismo entusiasmo.
Su madre me explica que peinarla cada mañana para ir al colegio es un auténtico calvario, pues la niña llora y se lamenta por no tener "el mismo pelo que las princesas", es decir, cabello largo, liso y rubio.
Todo comenzó hace unos días, cuando frustrada por las lágrimas y rabietas de su hija a causa de su pelo, decidió desahogarse en redes sociales con una publicación que le ha valido el apoyo de decenas de personas.
Vera comenzó a ser consciente de que su pelo era distinto al de otras niñas hace tan solo unos meses. Hasta la fecha, su madre nos cuenta que había llevado bien el hecho de peinarse con trencitas, moñetes o coletas, pero este curso ha comenzado a darse cuenta de que su cabello es muy diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en la calle:
"Lo peor es que tampoco se siente identificada con las princesas Disney que ve en el cine, o con cualquier otro personaje de dibujos animados que tanto gusta a las niñas de su edad. La mayoría de las princesas son rubias y tienen el pelo largo y liso, por no hablar de la piel clara" - reflexiona Raquel
"Es cierto que en los últimos años Disney ha sacado algunas princesas mestizas, como por ejemplo Tiana, Vaiana o Pocahontas. Pero si nos fijamos, todas ellas lucen impresionantes melenas largas, lisas u onduladas que peinan al viento. Y claro, mi hija Vera se da cuenta de que su pelo afro y hacia arriba nada tiene que ver con el de las princesas Disney o los personajes de dibujos animados de la televisión".
Quizá se trate tan solo de una racha, pero como cualquier madre, Raquel sufre al ver que su hija no acepta una parte de su cuerpo, y cree que podría ayudarle el hecho de tener una muñeca o princesa famosa con quien poder identificarse.
"Las princesas que dibuja mi hija son un reflejo de esta realidad"
Personalmente, confieso que nunca había sido consciente de estos pequeños detalles, que tan grandes e importantes pueden llegar a ser para un niño. Y es que en ocasiones, llegamos a tener tan interiorizados y asumidos estos estereotipos de belleza, que pasamos por alto una realidad que puede ser especialmente frustrante para los pequeños que no se identifican con ella.
Y si no, hagamos una simple prueba con nuestros hijos y pidamos que nos dibujen en un papel una princesa. ¿Cuál será el resultado? Mi niña de cinco años lo tiene claro: las princesas son rubias, con ojos azules y un pelo largo que cae en cascada por su espalda. Exactamente igual que las princesas que pinta Vera.
"Para empezar, pediría a la gente que no haga ver a mi hija que su pelo no es normal"
Raquel reflexiona sobre todas aquellas cosas que deberían cambiar en la sociedad para que las factorías de animación, las grandes editoriales y las empresas de juguetes normalizaran la belleza afro en sus historias y en sus muñecas.
"Lo primero que pediría es que los adultos dejáramos de opinar sobre determinadas particularidades físicas delante de los niños. En el caso de Vera, estoy harta de que la gente que no la conoce de nada le toque el pelo, o hagan comentarios acerca de sus rizos. Ella ya sabe cómo es su pelo, y lo que menos necesita es que diariamente le recalquen lo diferente que es al del resto de niñas de su edad"
Otra de las cosas que demanda Raquel es que haya más productos infantiles de aseo y peluquería especializados en este tipo de cabello, y que sean asequibles a todos los bolsillos:
"En contra de lo que se suele creer, el pelo afro es muy delicado y requiere de muchos cuidados porque se rompe con facilidad. También es un pelo que se enreda enseguida, por lo que los niños y niñas con este tipo de cabello necesitan productos adecuados para cuidarlo, y no es fácil encontrar una amplia variedad de ellos en las tiendas"
"También hacen falta más peluqueros que sepan cómo tratar este pelo, porque en la mayoría de las peluquerías convencionales no están acostumbrados y cuando voy con mi hija le hacen sentir diferente. Así que he tenido que buscar peluquerías específicas para ella. En una ocasión, una peluquera guineana me comentó que no debería ser así y que en cualquier peluquería se debería saber tratar el pelo afro. Y creo que tiene toda la razón"
Como comentábamos al inicio, muchas cosas han cambiado en los últimos años, pero aún queda trabajo por hacer, especialmente cuando hablamos de productos y servicios dirigidos al público infantil.
Por eso, agradecemos a Raquel que haya querido compartir su historia con nosotros, pues nos ha ayudado a reflexionar un poco más sobre la necesidad de educar a nuestros hijos en la diversidad cultural y racial, huyendo de estereotipos y cánones de belleza que tanto daño pueden llegar a hacer. Pero para ello es necesario contar con aliados, como personajes de cuentos infantiles, juguetes y muñecas, o princesas, heroínas y otros dibujos animados que normalicen todo tipo de belleza.
Agradecimientos | Raquel Romar, "Cuando los sueños despiertan"
Fotos | @elblogdelagrula, reproducidas con autorización
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