Si preguntamos a cualquiera de qué color es la leche materna, la inmensa mayoría responderá “blanca” sin pensarlo. Y a nadie le sorprenderá esa respuesta, ¿verdad? Pues os diré que no es del todo cierta. La leche materna no siempre es blanca y puede adquirir colores tan diversos como amarillo, verde o rojo.
En la mayoría de los casos se deberá a variaciones fisiológicas: sabemos que el calostro no es del mismo color que la leche madura, así como la leche tiene diferente color al principio y al final de la tetada, o cuando la enfriamos o la dejamos reposar. Pero en otros casos puede deberse a causas patológicas o a sustancias que tome la madre.
¿Por qué el calostro es amarillo?
El calostro, la leche que toma el bebé los primeros días de vida y que comienza a sintetizarse ya en las últimas fases del embarazo, es muy rico en betacarotenos, lo que hace que adquiera un color amarillento/anaranjado.
Este pigmento también lo encontramos en las zanahorias, la calabaza o el mango, por ejemplo. La leche final de cada tetada también es de un color más amarillento, debido a que contiene mayor cantidad de grasa.
¿Puede la leche materna ser azul?
Ya hemos visto que a veces la leche tiene un color amarillento y otras veces, especialmente al principio de la toma o extracción, o tras haberla dejado reposar en la nevera, tiene un color azulado.
La leche al principio de la tetada en más aguada, más rica en hidratos de carbono y con menor contenido en grasa, y esto puede hacer que sea más clarita, tirando a azulado.
La leche puede cambiar de color en función de la dieta
Gran parte de los cambios de coloración de la leche son debidos a la dieta de la madre. Así, ingerir determinados alimentos y colorantes puede hacer que cambie el color de la leche materna.
Una dieta rica en refrescos anaranjados, gelatinas, zumos…podría dar leche naranja, al igual que un consumo exagerado de verduras de hoja verde (espinacas, acelgas…) y/o bebidas isotónicas puede generar leche verde.
Puede cambiar de color por medicamentos: leche materna negra
Probablemente el caso más llamativo sea el de una madre que comenzó a producir leche negra. Esta mujer de 29 años, había comenzado a tomar tres semanas antes un fármaco para el acné (minociclina).
Este medicamento puede teñir también otros líquidos corporales. Existen otros fármacos que pueden dar color a diferentes líquidos corporales incluída la leche materna, por ejemplo la rifampicina (un antibiótico) que da color naranja.
Leche verde por suplementos vitamínicos
Hay descrito un caso en la literatura de una madre que observó que su leche se volvía verde. En este caso destetó a su bebé pues pensaba que la leche no era buena. En su segunda lactancia volvió a observarlo y consultó.
Tras analizarla, concluyeron que se debía a la ingesta de un preparado multivitamínico y no había problema para que su bebé siguiese mamando. Aquí remarco la importancia de consultar con los profesionales cuando tengamos dudas en relación a la lactancia.
Leche materna roja
Con cierta frecuencia la leche se tiñe de rojo o rosa. Si tenemos grietas en el pezón es habitual que veamos la leche rosada o con hebras de sangre. También en casos de mastitis o a lesiones internas de los conductos.
En muchas de estas ocasiones podemos ver al bebé regurgitar sangre o que sus cacas sean marrones/negruzcas. Esta leche es perfectamente apta para que la tome nuestro bebé. Si estamos extrayéndonos leche y nos “molesta” el color, podemos dejarla reposar para que los restos de sangre se depositen en el fondo.
Leche materna marrón o síndrome de las tuberías oxidadas
Esto sucede en los primeros días de vida del bebé y es fisiológico. En los días previos al parto aumenta mucho el aporte de sangre al pecho. Esto puede hacer que se rompan pequeños capilares y al mezclarse con la leche ésta tome un aspecto marrón. En unos días, la leche volverá a ser blanca (o a tener las distintas tonalidades que hemos comentado previamente).
¿Cuándo debemos consultar?
Hemos comentado que cuando la leche materna tiene un color que no es blanco suele deberse a causas fisiológicas o por ingesta de determinados alimentos o medicamentos. Sin embargo, en otras ocasiones el cambio en el color de la leche puede deberse a causas patológicas.
Es importante que consultemos si la presencia de sangre en la leche es cada vez mayor y no desaparece en unos días, si la leche coloreada sale sólo por un poro del pezón o si el color de la leche no cambia tras haber eliminado el alimento o medicamento que la coloreaba.
Además, cualquier secreción por el pezón fuera de la etapa de embarazo y lactancia debe ser motivo de consulta. También hay que preocuparse si la secreción del pezón se produce de manera espontánea (sin que apretemos), es unilateral (sólo sale de un lado) o si el líquido es sanguinoliento o similar a la clara de huevo (claro y pegajoso).
Fotos | Pixabay y Miryam Triana
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