Estudios sobre el colecho y el Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante (SMSL) hay muchos. Unos dicen que aumenta las probabilidades de que suceda y otros dicen que las disminuyen, así que los padres hemos acabado por hacer lo que nos parece mejor en cada momento, minimizando todos los posibles riesgos.
El último estudio realizado al respecto ha querido ver cuál es la relación entre colecho y muerte súbita aislando dos factores que inducían a error en las conclusiones de otros estudios, el tabaquismo de los padres y el alcoholismo o la toma de otras drogas por parte de la madre. Una vez tenidos en cuenta (no es lo mismo fumar y beber y dormir en otra habitación o cama que dormir con tu bebé) los investigadores concluyen que dormir en la misma cama del bebé aumenta en cinco veces el riesgo de muerte súbita.
Cómo se hizo el estudio
Para hacer el estudio los investigadores analizaron los registros de 1.472 casos de muerte súbita presentes en cinco grandes estudios previos hechos en Europa, Asia y Australia y los contrastaron con 4.679 casos de control (niños controlados que no fallecieron). Cruzaron todos los datos y eliminaron las variables de alcohol, drogas y tabaco, que modificaban los resultados, y vieron que los bebés menores de tres meses alimentados con leche materna tenían cinco veces más (5,1 ara ser exactos) riesgo de muerte súbita que los bebés de la misma edad que dormían en la misma habitación de los padres.
Más resultados del estudio
En datos, en el estudio observaron que, de los niños que murieron por muerte súbita, el 22,2% estaba durmiendo con uno o con los dos padres (el 78,8% restante dormían solos). A la hora de contrastarlos con el grupo de control (los que no murieron) vieron que el 9,6% de los niños dormían con los padres y el 90,4% restante no.
Según los investigadores el 81% de los bebés menores de tres meses que fallecieron por muerte súbita se podrían haber evitado de haber dormido en la misma habitación, pero no en la misma cama. Una vez los niños pasan de los tres meses el riesgo disminuye mucho y sigue disminuyendo a medida que el niño crece, siendo la peor época la que comprende las 7-10 semanas del bebé.
Cuando los padres fumaban, bebían alcohol o fumaban cannabis el riesgo aumentaba muchísimo. Por ejemplo, si la madre había tomado dos o más unidades de alcohol (una unidad es una cerveza, un vaso de vino,...) en las 24 horas anteriores el riesgo de muerte súbita si el bebé dormía en la misma habitación se multiplicaba por cinco. Si compartía cama con el bebé el riesgo era mucho mayor, sobretodo en las primeras semanas de vida: el riesgo de muerte súbita en un bebé de dos semanas de vida era 89,7 veces mayor.
Con respecto al tabaco, el riesgo también aumentaba mucho. Los niños que compartían la cama a las dos semanas de vida y cuyos padres fumaban (los dos) tenían un riesgo 65 veces superior de SMSL comparado con los hijos de padres no fumadores que dormían en la misma habitación.
Conclusiones de los autores
En algunos países, como Estados Unidos y Holanda, recomiendan a los padres que no duerman con sus hijos en la misma cama durante los primeros tres meses. En Reino Unido sólo lo recomiendan a algunos grupos de padres, normalmente fumadores, con problemas de obesidad y/o alcohol, pero instándoles a que no compartan la cama a ninguna edad.
Los autores comentan que con el fin de poder amamantar al bebé de manera cómoda y no alterar su ritmo de alimentación, y con el fin de conseguir que coja el sueño de nuevo lo antes posible, los padres pueden estar con el bebé en la misma cama hasta que se duerma de nuevo. Entonces deberían sacarlo de la cama y pasarlo a su cuna.
Una posible solución que a nosotros nos fue realmente bien (a partir del segundo) es la cuna colecho. El niño puede ser amamantado igualmente y cuando se queda dormido ya está en su cuna, sin necesidad de moverlo tras coger el sueño.
Como he dicho más arriba, son diversos los estudios realizados relacionando colecho y muerte súbita y son dispares los resultados en unos y otros. Este estudio es el más extenso realizado hasta la fecha y no hay que obviarlo, pues la seguridad de los niños es, al fin y al cabo, lo más importante. Ahora bien, hay que recalcar que, si se hacen las cosas bien, si se eliminan todos los posibles riesgos, cuando el bebé tiene tres meses el riesgo de muerte súbita es mucho menor y que a partir de ese momento, o cuando la cuna colecho se queda pequeña (nosotros la eliminamos hacia el quinto mes), el colecho sigue siendo tan recomendable como siempre, hasta los tres años, como dice el neonatólogo Nils Bergman, hasta los cinco, como dice la directora de Educación y Entrenamiento del Centro de Salud Mental Infantil en Londres, Margot Sunderland o toda la vida, como pretendía hacer yo.
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