A la polémica originada hace unas semanas por el anteproyecto de ley del aborto de España, en el que muchos hemos acabado debatiendo sobre cuándo es un bebé un ser humano y cuándo no lo es, se añade hoy un nuevo caso en el que el debate está servido, por tratarse de una situación extraña en la que se confrontan los intereses de la mujer, de su familia, del bebé y de los profesionales del hospital.
En Estados Unidos, en Texas, una mujer con muerte cerebral permanece conectada a los aparatos que la mantienen con "vida" porque está embarazada. Hasta aquí podemos pensar que es correcto o que no lo es. El caso es que la mujer ya había decidido qué debía suceder si llegaba esta situación, no forzar la vida, y su familia piensa igual, no estando de acuerdo con el proceder del hospital, que insiste en salvar la vida del bebé por ser que lo que dice la ley.
Hablo de Marlise Muñoz, una mujer que, junto a su marido, había decidido hace tiempo qué hacer en caso de que uno de los dos sufriera un accidente o estuviera enfermo de gravedad, firmando un testamento vital en el que relataban qué querían que sucediese en esos supuestos o a quien delegaban la decisión.
El 26 de noviembre, Erick, su marido, la encontró inconsciente en la cocina. Fue trasladada al hospital y allí comunicaron a la familia el fatal desenlace: Marlise estaba en situación de muerte cerebral. Sin embargo, al estar embarazada, decidieron mantener su cuerpo con vida de manera artificial, pese a que no es eso lo que ella había decidido en su testamento vital.
Entonces la familia comunicó al hospital que su deseo era desconectar a la mujer, que preferían que no se alargara más el desenlace final y recibió lo que menos se esperaba, la negativa del hospital John Peter Smith, porque estaba embarazada. Ahora mismo el bebé lleva 20 semanas gestándose, así que calculo que para entonces debía estar de unas 14 semanas.
Cuestión de leyes
Tanto la familia de Marlise, sus padres, como Erick, su marido, solicitaron la suspensión de los cuidados. Sin embargo, se trata de una cuestión legal, puesto que la ley en Texas obliga, desde 1999, a mantener las funciones vitales de una mujer mientras el embarazo se considere viable. Ahora bien, al parecer, según comentan expertos en legislación y bioética, la ley llega también a reconocer que el embarazo no puede ser la única razón para mantener con vida a una mujer.
Así que el hospital se respalda en la ley, pero la familia insiste en su deseo de poder darle un descanso tranquilo a Marlise. No olvidemos que todos los Estados reconocen que la muerte cerebral de una persona la convierte en legalmente muerta, y no tiene sentido otorgar cuidados a una persona sin vida.
El testamento vital
También se apoyan en el testamento vital que hizo la mujer, solicitando que en caso de enfermedad grave se le dejara morir, pero de nuevo la ley pasa por delante de este documento, porque en caso de embarazo prevalece la ley y no el deseo de la persona.
¿Quién debería decidir sobre ello?
El caso, obviamente, abre un nuevo dilema moral en el que es muy probable que muchas personas decidiríamos cosas diferentes. Vivir la muerte de tu mujer, una persona joven y con toda la vida por delante debe ser algo duro, terrible, y verla cada día en el hospital, viva sin estarlo, sin poder despedirte de ella, que ya no está, debe ser a la vez extraño, y en cierto modo un hurgar en una herida que difícilmente cerrara de esta manera.
Sin embargo, la razón es la gestación de un bebé que podría nacer sano, fruto del amor que sentía por ella. Un hermano para el otro niño que la pareja tenían juntos, de año y medio, que sería un pequeño milagro llegado tiempo después de su muerte.
Son dos de los argumentos a poner sobre la balanza, pero luego hay muchos más, claro: el deseo explícito de la madre, firmado antes de que todo sucediera, el deseo de la familia de la mujer y finalmente el deseo de Erick, su pareja. ¿Qué quiero decir con esto? Que yo creo que la decisión no debería tenerla la ley ni el hospital. La decisión debería ser de la pareja y de la familia, que ya se han pronunciado.
De lo que haría yo o vosotros mejor no hablar, o yo al menos no os pregunto, primero porque siento escalofríos solo de pensar que pueda sucederme algo así y segundo porque para poder decidir hay que vivirlo, y ojalá no lo tenga que vivir nadie.
Vía | El País Foto | Re-nacer 7 de Monica Pan (con el permiso expreso de la autora) En Bebés y más | La dieron por muerta antes de dar a luz a su hija y tras el parto su corazón volvió a latir, Una madre muere "de pena" tras dar a luz a su bebé sin vida