Hola, soy Emma, ya he cumplido seis meses, y en este momento de mi corta existencia quería comentar cómo me ha ido últimamente. Y, ¿qué podría contar un bebé de seis meses? Tantas, tantas cosas, que no sé por dónde empezar. Pero intentaré resumir.
Realmente ha habido muchos cambios desde que nací, pero lo más importante este mes es que he empezado a comer cosas nuevas. No ha sido un cambio fácil, y por suerte no me falta la leche de mamá que, aparte de que es lo que más me gusta, me relaja.
Pero las primeras cucharadas fueron complicadas, aunque en pocas semanas he aprendido esta nueva forma de comer, y ya me va gustando un poco más.
Ahora ya me fijo mucho más en todo lo que me rodea, y cualquier paseo por corto que sea, en casa o en la calle, me resulta fascinante. Aprendo cosas nuevas, descubro nuevos colores y formas, nuevos sonidos.
Todo es novedoso para mí, y me encanta descubrir. Lo último que ha llamado mi atención son los cantos de los pájaros.
Por la noche sigo durmiendo mucho, soy bastante dormilona y mi mamá me tiene que despertar por las mañanas porque ya es tarde. Dos dientes ya están empezando a asomar en la boca, y ahora me gusta más que antes morder cosas blandas que me alivian cuando me duele.
Hablando de dolor, lo pasé un poco mal con el estreñimiento después de probar la nueva comida, aunque ya voy bastante mejor. Y también me dolieron unos pinchazos que me pusieron en las dos piernas, que dicen que es por mi bien pero no me gustó nada, y creo que a mis padres tampoco. Menos mal que enseguida al brazo de mamá me calmé.
Otra cosa que me calma es chuparme el dedo, parece ser que lo hago hasta dormida, mi madre intenta cambiármelo por un chupete, pero no hay nada que hacer.
Mis pequeños grandes logros
Ya me mantengo sentada mejor que antes, aunque necesito estar apoyada. En el suelo soy capaz de dar vueltas y rodar, es un ejercicio divertido, y más cuando mis padres o mi hermana se ponen alrededor llamándome a ras de suelo.
Cada vez me cuesta menos coger las cosas que hay a mi alcance, me encanta agitar los sonajeros y otros juguetes que hacen ruido. También me gusta jugar a coger la cuchara cuando se acerca a la boca y a tirar del pelo de mi madre, aunque ya casi no lo lleva suelto porque creo que alguna vez le he hecho daño sin querer.
Me asusto si no conozco a alguien, y lo demuestro con caras de extrañeza, o a veces llorando, pero cada vez voy conociendo a más gente. Ya reconozco no sólo a mis padres y mi hermana, sino a otras personas cercanas que veo con menos frecuencia. Aunque tanto los desconocidos como los cercanos me hacen siempre lo mismo, me hablan como a los bebés, a mí me gusta más que lo haga la gente que conozco.
Aún no pronuncio palabras, pero puedo expresarme de muchas otras maneras, tanto para lo que me gusta como para lo que no: el llanto, los grititos, chasquidos y gorjeos, las risas y carcajadas… Intento imitar algunos sonidos que escucho, y no me sale mal.
Me río mucho
Ya digo que me río y carcajeo a menudo. Me encanta ver cómo me hablan los mayores y cómo me hacen caras, cómo me pasean haciéndome el avión, cómo me hacen cosquillas, cómo me soplan en la barriga, o cómo hacen como si me comieran los pies o las manos. Incluso me gusta escuchar mi nombre, ya lo reconozco, y aunque no vea a quién me lo dice sonrío porque sé que me hablan a mí, y les gusta verme reir.
Pero, lo que más me gusta, por encima de todo, con lo que más me río, es con las gracias que me hace mi hermana de dos años. Ella tiene la magia para hacer que me ría con cualquier cosa. Por ejemplo, repitiéndome alguna de sus palabras cerca de mí.
En cuanto me dice “bebé-bebé-bebé” o “cucú-cucú-cucú” no puedo parar de reír. A mis padres les debe hacer mucha gracia también, porque utilizan un aparato para guardar esos momentos y que no se olviden.
Para mi hermana soy su pequeña muñeca, y me da muchos besos y abrazos, aunque siempre mamá le recuerda que no apriete, que aún soy pequeñita. Tengo ganas de hacerme grande para poder devolverle los abrazos.
Alguna vez también me ha dado un mordisco, pero creo que es de tanto que me quiere, porque no lo hace enfadada. Eso no se lo devolveré cuando crezca.
Fotos | Eva Paris
En Bebés y más | Calendario del bebé: seis meses, Bienvenida al mundo, Ser mamá por segunda vez: sensaciones