El primero de nuestros diez consejos para un embarazo sano y feliz era comer y beber de una manera sana. Por eso le dedicamos un espacio considerable en nuestro blog a estos temas, y hoy os traemos unas recomendaciones de nutrición durante el embarazo.
Durante el embarazo la alimentación debe ser más completa, variada y equilibrada para garantizar la salud de la mujer y la del futuro bebé.
Durante este periodo el cuerpo de la mujer debe cubrir las necesidades extra de energía, proteínas, vitaminas, minerales e hidratos de carbono que el bebé demanda para su correcto desarrollo.
La mujer embarazada no debe consumir bebidas alcohólicas, ya que pueden provocar daños en el desarrollo físico y mental del bebé. El alcohol llega al bebé a través de la placenta. Que el bebé pese menos al nacer, crezca más despacio o presente problemas congénitos son sólo algunos de los riesgos que corremos si bebemos alcohol durante el embarazo. Además podría causar problemas al desarrollo del embarazo.
Durante el embarazo hay que reducir el consumo de alimentos calóricos: dulces, bollería, grasas (mantequilla, margarina), embutidos, carnes grasas y bebidas azucaradas.
Una embarazada puede realizar tres comidas diarias, que conviene ampliar a cinco o seis, tomando tentempiés “sanos”, como frutas o lácteos.
Aunque no es una etapa para hacer régimen, sí hemos de controlar el aumento de peso por el bien de nuestra salud y del bebé. El aumento de peso ideal durante el embarazo ronda entre lo 9 y 12 kilos, aunque depende de cada caso concreto el ginecólogo valolará si un menor o mayor aumento de peso están justificados o no suponen riesgos.
Debemos incluir en la dieta alimentos de todos los grupos: verduras, hortalizas, frutas, legumbres, huevos, lácteos bajos en grasa, cereales y sus derivados (pan, arroz, pasta) preferiblemente integrales, pescados y carnes magras. A partir de la segunda mitad de la gestación, las necesidades energéticas aumentarán entre 250 y 300 calorías extra diarias.
Las embarazadas deben aumentar la ingesta de líquidos: agua, infusiones, caldos, zumos de frutas no azucarados y bebidas sin alcohol. Durante el embarazo es necesario aumentar entre 0,5 y un litros la ingesta diaria de líquidos debido a la expansión del volumen plasmático y que el 90% de la leche materna es agua.
Respecto a las propiedades de las comidas, debemos consumir alimentos ricos en ácido fólico, calcio y hierro. Verduras de hoja verde, frutas como la naranja o el plátano, legumbres, cereales... te pueden aportar ácido fólico. Los lácteos son ricos en calcio. Los alimentos que contienen hierro son las legumbres, espinacas y acelgas, huevos, pescados, carnes y mariscos como berberechos y almejas. Además, estos últimos proporcionarán el yodo necesario para el embarazo.
Siguiendo estas recomendaciones de nutrición durante el embarazo y atendiendo a los consejos del ginecólogo que realice nuestro seguimiento, disfrutaremos de un embarazo sano y cuidaremos también a salud del futuro bebé.
Vía | Sego Foto | Victor Bezrukov en Flickr-CC En Bebés y más | Dieta equilibrada y embarazo. Consejos de un experto, Manual de alimentación en el embarazo, Alimentos funcionales durante el embarazo