En Estados Unidos se está teniendo un amplio debate sobre la eutanasia, el motivo es el caso de un bebé de 18 meses que padece una severa complicación desde su nacimiento, es ciego y sordo, además una enfermedad degenerativa incurable está afectando a su sistema nervioso (mal de Leigh). No puede comer y tampoco respirar, necesitando una continua ayuda de las máquinas para poder seguir viviendo.
Por supuesto, ninguna madre dejaría morir a su bebé, la esperanza siempre se mantiene aun a pesar de la situación en la que se encuentre su bebé y de las opiniones de los médicos que son totalmente contrarias a las de la madre. En este caso, los médicos desean retirar el intubado y terminar con la agonía que sufre el pequeño, pero la madre lucha para que siga intubado, no quiere que su hijo muera. Desde su nacimiento, el bebé se encuentra en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital para Niños de Austin situado en Texas, conectado a un respirador y alimentado por vía intravenosa, no es consciente de la situación y la enfermedad degenerativa ahoga aún más su situación.
Es inimaginable ponerse en lugar de la madre y en el caso de hacerlo, cada persona reaccionaría de un modo distinto, la experiencia de la vida, la forma de ser, la situación... todo influye para determinar una u otra postura. Una ley texana permite interrumpir el tratamiento que mantiene vivo al bebé siempre y cuando se demuestra que no hay posibilidades para él, la madre lucha contra la ley en los tribunales. El próximo día 8 de mayo se celebrará una audiencia para determinar qué hacer.
Dolorosa situación, ¿qué hacer si no hay esperanza?, pero si la esperanza nunca se debe perder ¿qué hacer entonces?, la reflexión es profunda y creemos que debiera ser la madre quien decidiera sobre la vida de su hijo, no un tribunal y mucho menos una ley, aunque, ¿qué sería de ese bebé si un día falta la madre?. Demasiado dura será la resolución de cualquier manera.
Vía | Terra Más información | Children´s Hospital of Austin Más información | One News Now