Parece ser la última moda en dar a luz hacerlo sin anestesia, desde mi punto la exageración al límite del parto natural.
Antaño las mujeres daban a luz en sus domicilios a dolor vivo porque no había recursos tan efectivos como los hay hoy.
Pero por suerte para muchas, los avances de la medicina actual permiten que las mujeres tengamos la posibilidad de vivir a pleno el nacimiento de nuestros hijos gracias a la bendita epidural.
Una cosa es renunciar a la epidural por reconocer los propios límites del dolor, por tener fobia a las agujas o por haber tenido una mala experiencia, pero lo demás es a mi punto de ver una apología del parto natural malentendido, ¿a quien le gusta sufrir, a quién le gusta sentir un dolor innecesario? Ninguna mujer es más madre por soportar los dolores de parto que podrían evitarse.
Sinceramente, estoy totalmente a favor de las nuevas modalidades de parto que tienden a un parto más humanizado y menos medicalizado, pero se pueden combinar ambas cosas, aprovechando lo mejor de cada método.
Sí, volvamos a un parto en el que las mujeres tengamos derecho a elegir la postura más cómoda para parir, en el que se evite la episiotomía rutinaria y en el que estemos seguras que se hará todo lo posible por evitar una cesárea innecesaria, pero no demos la espalda a las facilidades que tenemos al alcance de nuestra mano para que ese momento sea único.
Cuando hace no muchos años se clamaba por generalizar el uso de la epidural en las maternidades, en este nuevo alarde del parto no medicalizado lo anormal será pedir que la suministren.
La analgesia epidural ha sido todo un avance, no volvamos hacia atrás. Es cierto que hay tratamientos alternativos para aliviar el dolor del parto pero dependen del efecto que hacen en cada organismo y no son tan efectivos como la epidural.
Como todo, creo que ningún extremo es bueno y celebro ante todo el derecho a elegir. Yo desde luego me apunto a la epidural gracias a la que he tenido dos partos maravillosos. ¿Tú has dado o darías a luz sin anestesia?
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