Hemos visto muchas posibilidades que se pueden explotar a la hora de crear un espacio para que el bebé duerma por su cuenta o pase su tiempo libre, pero ¿qué sucede cuando el pequeño comparte habitación con los padres? Es cierto que existen ciertos elementos indispensables, pero tanto si el niño duerme en su propia cuna como si optáis por el colecho, tendréis que pensar cómo distribuis el espacio que le asignáis dentro de vuestro propio cuarto para que tenga todas las comodidades y sin abarrotarlo de cosas.
Lo primero que tendréis que decidir es dónde va a dormir el niño. Que vuestra opción sea el colecho no quita que no tengáis una cuna donde el niño pueda pasar algunos ratos a lo largo del día, pero si duerme en el mismo colchón que vosotros, podéis elegir una cuna plegable o de viaje que no quite espacio a la habitación cuando no se esté usando. Cuando hablé de cunas, ya os comenté las posibilidades de cunas plegables que existían en el mercado. Como siempre, recordad que, aunque sea una solución “provisional”, no tenéis que olvidar todos los requisitos de seguridad que incluyen una distancia mínima entre barrotes, un colchón firme y una altura suficiente de la cuna para que no os tengáis que agachar mucho para llegar al pequeño pero que sea de acceso fácil.
Si por el contrario, preferís dejar una cuna fija en vuestra habitación, os recomiendo que probéis los diseños más recios en madera o metal pero a no ser que andéis sobrados de espacio, olvidaos de las cunas con cajones y otras zarandajas. Usad para guardar la ropa y los complementos de vuestro bebé el mismo armario donde tenéis todas vuestras cosas, dejando un espacio especial para el niño. Os aseguro que a medida que se acerque el momento de que nazca el niño o conforme vaya cumpliendo meses, ese espacio crecerá pero no en la misma proporción en la que crezca vuestra habitación (o sea: vuestra habitación no crecerá pero el espacio del niño sí). Fuera de bromas, buscad un sitio para colocar todos los objetos del pequeño ya sea en vuestra habitación o en otro rincón de la casa y que os permita tenerlo todo a mano y colocado.
Organizar en vuestro cuarto el lugar de descanso del bebé supone reducir al mínimo todas las compras y compartir el espacio disponible en todos los aspectos. No podéis renunciar a los imprescindibles pero tampoco podéis quedaros sin espacio para atender al niño. Os recomiendo que consigáis muebles que cumplan dos funciones o que aprovechéis los que ya tenéis, como por ejemplo una cómoda a modo de cambiador, retirando todos los adornos y extendiendo una toalla sobre ella.
También tenéis que recordar que aunque sea vuestro cuarto, todos los textiles tienen que ser naturales e hipoalergénicos, tanto en las sábanas como en las cortinas. Y por supuesto, prohibidas las alfombras los primeros meses de vida del niño para eliminar todo acceso a los ácaros y demás microorganismos.
Aprovechad la llegada del nuevo miembro de la familia para esconder los enchufes detrás de muebles y eliminar todos los elementos que contengan esquinas en punta del alcance de los pequeños. Asegurad los cajones para que no puedan pillarse los deditos y en general procurad que desaparezca el peligro de vuestra habitación si es que es en la que más tiempo pasará.
Imagen vía | Apartment Therapy
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