Cuando en el año 2009 nació mi hijo mediano, Aran, a las 35 semanas, optaron por ingresarlo en la unidad de cuidados intensivos neonatales para controlar que todo fuera bien. Lo metieron en una incubadora y allí le monitorizaron hasta que horas después su madre pudo estar con él.
Por aquel entonces la entrada no era libre. Había unos horarios para alimentarle (cada 3 horas) y una vez entrabas te podías quedar un ratito, para luego dejarle descansar. Lo que hicimos fue llegar siempre pronto e irnos siempre tarde, para poder tener con él mucho contacto piel con piel y asegurarnos así que nos iríamos de ahí cuanto antes.
Y es que el método canguro, el tener al bebé en contacto piel con piel con nosotros, es tan importante que hasta un padre y un hermano lo pueden hacer, como veis en esta preciosa foto que lleva unos días dando vueltas por las redes sociales.
¿Qué sabemos de esta foto?
Ha sido compartida por la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN) y sabemos que se trata de es una fotografía tomada en un hospital sueco en la que se ve al profesor Uwe Ewald y a su hijo mayor practicando el método canguro con los nuevos miembros de la familia, unos gemelos nacidos de forma prematura. El padre afirma que el pecho de los padres "regula la temperatura mejor que una incubadora" y el contacto piel con piel "ayuda al bebé a respirar mejor". Como resultado, se reduce el estrés de los niños y ganan peso más rápido.
Al verla todos nos preguntamos lo mismo: "¿Dónde está la madre?" Y podemos responder con tres posibles hipótesis: 1) O acaba de dar a luz y ahora mismo no puede estar con los bebés, y por eso el piel con piel lo están llevando a cabo el padre y el hijo (no creo, porque al principio es tal el miedo, los nervios y la falta de confianza que seguramente sería el padre quien se los pusiera a ambos en el pecho), 2) No puede estar con ellos por alguna razón o 3) está haciendo la foto, porque son dos bebés que nacieron muy pronto y que llevan ya varios días en la UCIN, a los que hay que sumar los que todavía les queda por pasar.
Yo me apunto a esta última. Llevan ya días ahí dentro y están convirtiendo ese rinconcito de hospital en su pequeña "casa" donde disfrutar de los bebés. Para no demorar el contacto con los bebés hasta el momento de salir de alta, optan por hacer piel con piel todos, incluido el hermano.
¿Por qué también el hermano? Pues por eso, porque los padres pasan mucho tiempo allí con sus dos bebés prematuros y él también sufre las consecuencias de ello. Su vida ha cambiado por completo, ya no están en su casa, ya no hacen lo de siempre y las atenciones hacia él se han desviado por completo hacia sus nuevos hermanos. Vale la pena hacerle partícipe de ello, vale la pena que les conozca, que les cuide también y que, de ese modo, les empiece a sentir y a querer, y entienda que todo es por el bien de ellos. En resumidas cuentas, es genial que el hermano lo haga porque está creando un vínculo de amor y cariño hacia ellos.
Por qué nuestro interés en hacer método canguro mucho tiempo
Lo he comentado más arriba, íbamos antes y nos íbamos después. Éramos los que pasábamos más tiempo con el bebé porque después de darle de comer nos lo poníamos dentro de la bata y hacíamos piel con piel tanto rato como podíamos. Lo hacíamos porque sabíamos que así nos iríamos antes (los padres que hayan tenido a un niño prematuro sabrán de qué hablo... si ya cambia tu vida cuando acabas de tener un bebé, imaginad cómo cambia si tienes un bebé y no lo puedes cuidar en tu casa, en tu entorno, y si además tienes un hijo mayor).
¿Irnos antes?
Así es. Lo teníamos muy claro y aún ahora lo afirmo: los niños que pasan más tiempo en contacto piel con piel con sus padres se van antes a casa porque evolucionan mejor que los que pasan menos tiempo y están más en la incubadora. Y es así porque los beneficios son múltiples. Según podéis leer en un estudio publicado aquí en España, en que participa un pediatra que descubrió dicho método en Colombia, donde la falta de recursos hizo que muchos niños fueran "incubados" en el pecho de sus madres, progresando mejor que los que sí tenían incubadora, el contacto piel con piel con el bebé ayuda a la termorregulación, promueve el amamantamiento frecuente (el bebé está siempre cerca de la madre y hace más tomas), está más tranquilo y hace menos episodios de apnea, se disminuye el dolor, sufre menos infecciones, crece y engorda más (come más y además está más calmado) y supone un modo ideal de crear y fortalecer el vínculo afectivo con los padres.
Además, el mayor contacto con el bebé hace que los padres se sientan más autónomos, más capaces, y desde la misma unidad se les vea más resueltos y hábiles, y puedan irse de alta de manera incluso precoz, sabedores (los profesionales) de que en casa tendrán los mismos cuidados por su parte. Si allí, en casa, se continua con ello, haciendo mucho piel con piel, se ha visto que los padres responden mejor a las situaciones de estrés y se ha visto que los índices de mortalidad son menores.
Vamos, que sabíamos que cogiendo las riendas del cuidado de nuestro bebé y ayudándole a coger peso y sentirse bien nos iríamos antes, así que no perdimos ninguna posibilidad de ponérnoslo en el pecho para darle nuestro cariño y nuestro calor.
En el caso de la foto del padre y su hijo, lo mismo que he comentado, beneficioso para los bebés y también para el padre y el hijo, que se sienten partícipes de los cuidados, responsables, y capaces de empatizar con las necesidades de los dos hermanitos. ¿Creéis que pronto lo veremos en España?
Foto | Facebook de IHAN
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