Las necesidades físicas del bebé durante sus primeros meses son básicamente comer, dormir y ser alimentado, mientras que las necesidades emocionales son sentirse acompañado, tranquilo y seguro. Todas son igual de importantes y deberemos seguir siempre las recomendaciones adecuadas para cada edad.
Un nuevo estudio muestra la importancia de asegurarnos que los bebés tengan un sueño y descanso adecuados, pues se encontró que aquellos bebés que tuvieran problemas severos de sueño, podrían llegar a padecer ansiedad durante la infancia.
Publicado en la revista Archives of Disease in Childhood, el estudio realizado en Australia se realizó con el objetivo de determinar si aquellos bebés con problemas severos de sueño de forma persistente tenían un mayor riesgo de presentar algún problema de salud mental, como un desorden psiquiátrico a los 12 años o de tener síntomas elevados de problemas de salud mental entre los cuatro y 10 años, en comparación con aquellos que dormían bien.
Para esto, analizaron los patrones de sueño de 1.507 madres primerizas y sus bebés, encontrando que uno de cada cinco tenía lo que se consideraba como un problema persistente del sueño durante el primer año de edad de los bebés.
Como sabemos, es completamente normal que durante los primeros tres meses de vida los bebés se despierten frecuentemente durante las noches, sin embargo, el 19% de ellos presentaban problemas persistentes y severos para dormir, situación que resultaba problemática durante su primer año de vida.
Estos son uno de los resultados que obtuvieron al pedir a las madres que describieran el patrón de sueño de sus bebés a los tres, seis, nueve y doce meses de vida a través de cuestionarios en línea y entrevistas presenciales.
Posteriormente, se les preguntó acerca de la salud mental de sus hijos al cumplir los cuatro y diez años, utilizando cuestionarios que se usan para revisar problemas como ansiedad u otros problemas de salud mental.
En comparación con los bebés que tenían unos patrones del sueño estables, aquellos que presentaban dificultades severas del sueño de forma persistente mostraban tres veces mayores probabilidades de presentar síntomas de problemas emocionales al cumplir cuatro años. Además mostraban el doble de probabilidad de cumplir con los criterios de diagnóstico para un trastorno emocional al cumplir los diez años.
Por lo tanto, la conclusión de los investigadores es que el principal resultado de este estudio es que los bebés con problemas de sueño tienen el doble de presentar problemas de salud mental durante la infancia.
¿Cómo detectamos algún problema de sueño en el bebé?
Justamente hace algunas semanas compartíamos los resultados de otro estudio que analizaba el patrón de sueño de los bebés para realizar una guía que ayudara a los padres a detectar qué era normal y cuándo algún problema necesitaba atención:
A los 12 meses de edad es normal que los bebés tomen de cero a 30 minutos en quedarse dormidos, de 30 a 40 requieren que prestemos atención a sus hábitos de sueño y si les toma más de 40 minutos deberíamos considerar consultarlo con un profesional.
En cuanto a los despertares nocturnos, a los 12 meses es normal que se despierten entre cero y 2.5 veces por noche, mientras que de 2.5 a 4 debemos revisar si podemos mejorar sus patrones de sueño, y si se despiertan más de cuatro veces, deberíamos consultarlo con el pediatra.
En relación a estos despertares, es normal que a los 12 meses duren entre cero y 20 minutos, no tan común que duren de 20 a 45 minutos y cuando duran más de 45 minutos despiertos es recomendable consultar con el médico.
A los 24 meses, los tiempos varían un poco: si tarda más de 45 minutos, si se despierta más de dos veces por noche y si dura despierto más de 15 minutos en esos despertares, deberíamos considerar comentarlo con el médico.
Recordemos que dormir bien es vital para el desarrollo y bienestar de los niños, pero también tengamos presentes que es común que en los primeros meses la mayoría no duerma por largor tirones durante la noche.
Foto | iStock
Vía | CNN
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