Cada vez estamos más concienciados de lo importante que es proteger a los niños del sol, aunque a veces no sabemos cuál es la mejor manera de hacerlo. Junto a otras barreras físicas como las sombrillas, la ropa o los gorros, la crema solar es una buena aliada para proteger a los bebés y niños del sol.
La piel del niño es más sensible que la del adulto, por lo que no hay que descuidar la aplicación del protector solar. Pero dentro de las cremas solares encontramos distintas sustancias, químicas o minerales, que bloquean el impacto del sol sobre la piel: son los filtros químicos o físicos.
Los filtros químicos se activan mediante reacciones fotoquímicas absorbiendo los fotones de los rayos solares y modificándolos para minimizar el impacto sobre la piel.
Las sustancias que contienen los protectores solares físicos son minerales, sustancias inertes que nada tienen que ver con las reacciones fotoquímicas de las que hemos hablado antes. Por eso son toleradas con un índice muy superior por las pieles sensibles.
Para los bebés más pequeños, las cremas con filtros físicos son mejores que las que tienen filtros químicos, que podrían causarles alergia. Si el bebé tiene la piel muy blanca o altamente fotosensible también es mejor formar un "escudo-pantalla" (las cremas de pantalla total son de filtros físicos).
La dermis del bebé es extremadamente sensible, y los componentes químicos de la crema pueden causarle alguna reacción alérgica. Y aunque las cremas con filtro físico también contienen ingredientes artificiales que podrían causar alergia, es menos frecuente.
Los filtros físicos, además de ser menos alergénicos, dejan una película blanca sobre la piel del bebé, a diferencia de las otras cremas, transparentes. Esa capa permite comprobar cuándo tenemos que renovar la aplicación del producto.
Esto es especialmente interesante en el caso de los niños y la playa o piscina, porque ellos pasan más tiempo entrando y saliendo del agua, porque, como ya os he os contado, las cremas solares no son resistentes al agua.
En cualquier caso, hemos de tener en cuenta la composición de la crema, y mejor si no contiene PABA, un componente que podría resultar perjudicial para la piel del niño, así como para las de las embarazadas.
Además de escoger la mejor protección solar para los bebés y niños, recordemos que no conviene exponerse durante mucho tiempo al sol, especialmente en las horas centrales del día. Entonces, mejor evitar los paseos al aire libre, la playa o las excursiones por la montaña... cuando haga demasiado sol y calor.
Foto | ^@^ina (Irina Patrascu) en Flickr-CC En Trendencias Belleza | Protección solar: la diferencia entre los filtros físicos y los filtros químicos En Bebés y más | Siete sencillas medidas para proteger a los niños del sol, Tomar el sol con precaución, Bebés y niños en verano: prevenir un golpe de calor, Verano con niños: protegerles del sol