Envolver al bebé para que duerma mejor puede hacer que necesite aparatos ortopédicos y cirugía
Cuando los bebés nacen llegan totalmente acostumbrados a estar en un lugar en el que apenas tienen espacio, el útero de sus madres, para de repente tener todo el espacio del mundo y unas extremidades que no controlan. Esto hace que a veces, cuando ellos mismos se mueven, se asusten y lloren, como si tuvieran la sensación de que se van a caer, por el simple hecho de poder girar sin controlarlo.
Para evitarlo, y para devolverles la sensación que tenían en el útero, desde hace unos años se recomienda envolver a los bebés con una mantita o chal, de modo que sujete sus extremidades y duerman mejor. Y funciona, porque para ellos es como "volver a casa", al lugar donde más tiempo han pasado y donde más seguros se sentían.
Sin embargo, médicos australianos han dado el aviso de que las displasias de cadera están aumentando y con un estudio publicado en la revista Medical Journal of Australia han decidido explicar que envolver al bebé para que duerma mejor puede hacer que necesiten aparatos ortopédicos e incluso cirugía de cadera para solucionar la displasia.
La importancia de la detección precoz de la displasia
La displasia de cadera es una condición por la que la cabeza del fémur no encaja como debería en el hueco de la pelvis. Esto provoca, de no solventarse, que en el momento de gatear o caminar el niño tenga serios problemas, y por eso se corrige siempre antes tanto a través de ortopedia como a través de cirugía.
En las revisiones habituales del pediatra se hacen unas maniobras llamadas de Ortolani y Barlow, con las que se detecta si pudiera o no haber displasia. Además, se observan los pliegues del culito y las piernas, para ver si son simétricos, ya que una asimetría podría ser signo de displasia en una de las dos extremidades.
Pero estos cribajes se suelen hacer para detectar la displasia congénita, aquella con la que el bebé nace, y no se espera que suceda más adelante, cuando las revisiones son más espaciadas. Esto hace que en caso de detectarse a partir de los tres meses el tratamiento sea más severo cada vez, hasta el punto de necesitar cirugía en algunas ocasiones. ¿Y cómo puede ser que un bebé no tenga displasia al nacer pero sí más adelante? Pues provocándola nosotros, los padres, con medidas como la de envolver al bebé para que duerma mejor de manera errónea.
Aumento de casos en niños en edad de caminar
La culpa no es toda de envolver a los bebés, según dicen en el estudio, porque hay otras causas que también lo provocan (falta de entrenamiento de las personas que deben diagnosticarla, padres que no llevan a los niños a las revisiones, uso de portabebés que dejan las piernas en extensión, ropa que afecta a la movilidad de las piernas, etc.), pero es una causa de ello y por eso la advertencia.
Y es que han visto que los casos de displasia en niños en edad de estar caminando se han multiplicado por diez, y en esas edades, sobre el año, la corrección es mucho más difícil y la cirugía más compleja, con peor pronóstico y con mayores complicaciones.
¿Y cuál es el problema de envolver al bebé?
Envolver al bebé se ha demostrado protector del Síndrome de la Muerte Súbita del Lactante y una gran ayuda para los bebés, pues les hace sentir más tranquilos y descansar mejor. Sin embargo, si se hace mal, si en vez de envolverlo lo inmovilizas y le sujetas las piernas en extensión, el bebé pierde la libertad para ponerlas en su posición natural, que es en flexión, como las pondría una rana, y el riesgo de que el fémur se salga del sitio es mucho mayor.
Esto que han visto en Australia ya lo vieron hace unos años en Gran Bretaña, y gracias a ese estudio se empezó a promover un modo de envolver a los bebés que fuera respetuoso con sus caderas, con la posición natural que deben adoptar, y que en consecuencia no fuera peligroso.
Ese modo de envolverlos consiste en sujetar sus brazos, que es en realidad lo que más extienden cuando tienen la sensación de caída (hacen el reflejo de Moro), pero dejar muy libres las piernas.
Pueden envolverse también, pero no limitando el movimiento, sino permitiendo que las tengan en forma de ranita y evitando así la displasia comentada. En Bebés y más os hablamos de ello y como una imagen vale más que mil palabras, os dejamos con un vídeo en el que se explica cómo hacer dicha técnica, que hoy os volvemos a compartir para que sepáis cómo evitar los problemas que hemos comentado:
Vía | Daily Telegraph
Foto | Madeleine Ball en Flickr
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