Muchas veces se debate acerca de lo adecuado o no de dar besos en la boca a los bebés. Hay quien dice que no hay nada de malo, que solo es una muestra de cariño. Quien más, quien menos, todos le hemos dado un besito en la boca a nuestro hijo. Pero hay quien dice que es peligroso porque les pasamos muchos de nuestros microorganismos de la boca y pueden coger alguna enfermedad.
A priori, si estás sano, el riesgo es bajo. Sin embargo, si tienes alguna enfermedad, algún virus, está totalmente contraindicado. Uno de los virus más peligrosos en este sentido es el herpes simple, que en ocasiones se manifiesta en forma de heridas, úlceras, en los labios. En ese momento la persona contagia. Pues bien, está claro que no es buena idea besar a nadie en ese caso, y menos a un bebé, pues hace poco se ha sabido que un bebé falleció en Australia, días antes de cumplir un mes, por culpa de un beso.
El herpes simple
El virus del herpes simple es un virus que provoca heridas, úlceras, en la boca o en la cara. Recibe también el nombre de herpes labial o herpes bucal. Puede afectar también a zona genital, a las nalgas o la zona del ano y es un virus peligroso en recién nacidos o personas con el sistema inmunitario inmaduro.
Hay dos tipos de este virus, el tipo 1 que es el que normalmente afecta a los labios, aunque puede producir también herpes genital, y el tipo 2, que suele producir herpes genital, pero a veces afecta a la boca.
Es un virus que se contagia por contacto directo. Hay personas asintomáticas, que nunca sufren las heridas y otras presentan úlceras cerca del área por donde se contagiaron.
Los brotes, las heridas, pueden suceder varias veces al año, o en ocasiones estar bastante tiempo sin manifestarse, hasta que por una bajada de defensas se manifiesta. Yo, por ejemplo, tengo herpes de tanto en cuanto. En épocas de mucho estrés puedo tenerlo hasta dos veces seguidas, pero si estoy más tranquilo, puedo estar años sin sufrirlo.
Cuando existen estas heridas, estas pupas en la boca, el contacto debe limitarse. El afectado no puede besar a nadie (en la mejilla no pasaría nada, pero en la mucosa de los labios de otra persona, sí).
Si besas a una personas que ya tiene el virus, pues mira, no le afectará probablemente demasiado porque ya lo tiene, pero si contagias a alguien que no lo ha pasado el riesgo es evidente, sobre todo si hablamos de personas con un sistema inmunológico comprometido, como es el caso de los recién nacidos.
El caso de la niña australiana
Eloise Lampton nació el 1 de noviembre mediante cesárea en el Hospital Mackay, al norte de Queensland. Hija de Sarah Pugh, de 28 años, y Douglas Lampton, de 35, falleció a los 24 días de vida después de infectarse con el virus del herpes cuando aún estaba en el hospital, días después de nacer.
En un primer momento, según nos cuentan desde Daily Mail, todo iba bien. Eloise se fue de alta a casa como cualquier bebé. Los primeros días, de hecho, dormía mucho, no lloraba. Parecía simplemente una niña muy tranquila.
Sin embargo, empezó a perder peso. Los médicos creyeron que había algún problema con la alimentación, pero la cosa no mejoró. Llegó a perder un kilo en una semana y su estado de salud empeoró tanto que la llevaron al hospital preocupados.
Sedaron a la niña y la conectaron a las máquinas para mantenerla estable mientras averiguaban la causa.
Tras dos días de pruebas y análisis, informaron a los padres, que tienen tres hijos más, que la niña se había infectado por el virus del herpes. Pensaron que podría haberse contagiado por la mamá en algún momento, pero al hacerle pruebas vieron que daba negativo para la enfermedad.
No tuvieron visitas, así que no llegaron a adivinar quién fue: ¿quizás el padre? (en la noticia no comentan que a él le hicieran pruebas) ¿quizás una enfermera? ¿quizás un visitante desconocido?
Trataron de salvarle la vida, pero estando en el hospital cogió un estafilococo y entonces sí que no hubo nada que hacer por ella.
Sea quien fuere quien le contagiara lo importante es tener claro, muy claro, que el herpes es un virus lo suficientemente peligroso como para poder acabar con la vida de un recién nacido.
¿Entonces no damos besos a los niños?
Yo lo he hecho con mis hijos, les he dado besos en la boca de pequeñitos. Salía de mí. Me gustaba hacerlo porque era una manera de demostrarles mi amor. Ahora que han crecido no lo hago porque prefiero hacerlo en la mejilla, pero no veo nada malo que se haga.
Lo único que hay que tener claro es que la mayoría de virus se contagian por la saliva, tanto los más comunes como el resfriado, como los más peligrosos. Si no te encuentras bien porque tienes algún síntoma, no les beses y ten siempre las manos limpias. Si te encuentras bien, decide tú.
Fotos | Thinkstock
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