La preocupación por el sobrepeso y la obesidad infantil es un tema de actualidad, intentar informar sobre todo aquello que propicia o predispone a sufrir estos problemas es una obligación moral. Esta es una de las razones por las que la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha decidido realizar diversos análisis nutricionales sobre aquellos productos más utilizados en los almuerzos o meriendas infantiles.
Chocolates, galletas, bollos o batidos entre otros, han sido analizados dando como resultado una inequívoca conclusión, son alimentos que deben ser consumidos muy esporádicamente y nunca deben contemplarse como una base nutricional adecuada y saludable. La merienda es una obligación y es necesaria para el buen desarrollo de los niños, pero siempre debe contemplar alimentos sanos y naturales.
En estos productos lo que más predomina es el azúcar, su contenido proteínico es deficiente, al igual que su contenido en hidratos de carbono de asimilación lenta. Con respecto a otros productos utilizados habitualmente en los bocadillos, como pueden ser los quesos o patés, hay que indicar que el exceso de grasa que estos alimentos contienen no son nada recomendables, ya que predisponen a sufrir futuros problemas cardiovasculares. El exceso de sal es otro problema muy asociado a una deficiente salud, recordamos algunas iniciativas como la desarrollada por el Ministerio de Sanidad para tratar de reducir el contenido de sal en productos como el pan, pero a largo plazo, para que el consumidor no notara el cambio y ha sido efectiva. Pues del mismo modo deberían haber actuado con determinados productos que habitualmente consumen los niños para merendar y que tienen exceso de sal.
La falta de tiempo o la ausencia de los padres por motivos laborales, son algunos de los motivos por los que algunos productos tienen mayor relevancia en la dieta infantil, esto debe cambiar y somos los padres o tutores quienes debemos comenzar a proporcionar a nuestros hijos productos sanos y naturales.
Los análisis se realizan a modo de prueba para mostrar lo perjudiciales que pueden ser estos productos de forma habitual y son fruto de la inquietud por mejorar la alimentación infantil, en pro de un desarrollo óptimo. Es interesante tener en cuenta los datos que nos proporcionan organizaciones como la OCU.
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