No me gustan los amiguitos de mi hijo

No me gustan los amiguitos de mi hijo
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Es normal que tu hijo se relacione con muchos niños, a decir verdad, es lo más adecuado y lo más propio para un buen desarrollo social, pero en alguna ocasión puedes encontrarte en la situación de pensar que uno de esos niños que se relacionan con tu hijo, influye negativamente en él, sea por su aspecto, por el tipo de lenguaje que utiliza o incluso porque no te agradan sus padres.

Hay que desprenderse de algunos prejuicios y sopesar imparcialmente si el amiguito de tu hijo tiene algo negativo o simplemente que no te resulta simpático.

Ante todo, debes valorar los gustos de tu pequeño y pensar que no siempre coinciden los gustos de padres e hijos. La verdad es que muchas de las amistades que tendrá tu hijo, se forjarán en edades tempranas y es algo personal, que eligen ellos, incluso cuando son todavía pequeñitos. Hay que tener en cuenta que los niños son personas diminutas y que no podemos manejarlos a nuestro antojo como si fueran marionetas, ellos escogen a sus amiguitos y nosotros debemos aceptarlos, a pesar de que no nos agraden.

Hay niños pegones, mandones, chillones, etc., se puede pensar que este tipo de compañeros de juego serán una mala influencia para tu hijo, pero nuestra labor es prevenir que le "contagien", que en casa reine un ambiente de paz, cariño y amor, que seamos claros y sinceros con nuestros hijos, que las reglas sobre el comportamiento las tengan muy claras, etc. Todo esto hará que sus amigos no sean una influencia negativa para él, además sabrá valorar con qué tipo de niños quiere estar.

Nosotros los padres podemos enseñarles algunas reglas de la amistad y del compañerismo para que no se encuentre en segundo lugar, es decir, hay niños que en ocasiones aceptan el liderazgo de uno de sus amigos y éste, los líderes, se creen con derecho a poner las normas, obligando a los demás, por ejemplo, a poner los juegos.

Aquí debemos intervenir y explicar a nuestro hijo lo importante que es compartir y ser solidario con los demás, pero también que los demás lo sean con él.

Recuerda no ser nunca tajante y mucho menos prohibir sin más las posibles relaciones amistosas que tenga tu hijo, esto tan sólo agravará su incomprensión.

Pero no todo el monte es orégano, hay algunos casos en los que realmente la única alternativa posible es la prohibición absoluta, ya que hay niños que lo único que propician es precisamente que tu hijo no desarrolle ninguna faceta positiva y hablamos de ninguna.

Los niños necesitan aprender, experimentar, conocer, muchas veces de la experiencia se aprende y de ella terminan formándose buenos y grandes amigos.

Más información | Down21

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