Regalar a nuestros hijos por Navidad todo aquello que nosotros no pudimos tener

Regalar a nuestros hijos por Navidad todo aquello que nosotros no pudimos tener
20 comentarios

Quedan dos semanas, sólo dos semanas, para que sea Navidad y para que miles de niños de España y de todo el mundo reciban sus primeros regalos. Unos recibirán más y otros recibirán menos. Unos tendrán más porque en sus casas tienen más para gastar y otros tendrán menos porque la economía está como está.

Hasta aquí todo parece lógico, sin embargo hay algunos niños que recibirán muchas cosas, independientemente de si sus padres van bien de dinero o no por una razón un poco diferente: que los niños puedan recibir todo aquello que nosotros cuando fuimos niños no pudimos tener.

No son muchos los padres con los que he hablado sobre este tema porque tampoco es un tema que se suela hablar (“¿Y tú cuánto te has gastado en tus hijos?” No es plan de hacer semejante pregunta…), pero sí he oído en alguna ocasión a algunos padres decidiendo dar a sus hijos todo cuanto quieren para diferenciar su infancia de la que ellos tuvieron, probablemente con menos regalos y con ganas de haber tenido más.

¿Dar a los niños todo lo que quieren?

Sí, sé que es una frase que suena mal. Cualquier persona afirma que a los niños no se les puede dar todo lo que piden y seguro que todo el mundo está de acuerdo con ello. A mí no me gusta hacer tal afirmación, pese a que la comparto en esencia, porque el “todo lo que piden” de muchos niños es diferente al “todo lo que piden” de los míos, que normalmente se conforman con muy poco.

Con esto me vengo a referir que si se diera el caso de que un niño pidiera para Navidad unos calcetines y un libro, espero que los padres, no dándole todo lo que pide, le regalaran al menos el libro… o que le regalaran ambas cosas, que por darle todo lo que pide tampoco iba a pasar nada, ¿no?

Pero claro, los niños no suelen pedir libros y calcetines, sino decenas de juguetes que salen en las decenas de catálogos que tienen por casa y claro, ahí sí que tiene lógica decidir limitar el asunto, a no ser que quieras darles todo lo que no pudiste tener, por hacerles felices.

¿Qué es lo que nosotros no pudimos tener?

Yo no soy nadie para decirle a la gente cuántos regalos tiene que comprar a sus hijos, aunque sí puedo decir lo que se recomienda siempre: mejor poco y bueno que mucho, para que lo utilicen, le saquen partido, jueguen con ello y lo expriman y para evitar que algunos juguetes queden relegados al olvido a las pocas horas de ser abiertos.

Vale, me diréis, entonces le compro pocos y que tengan la infancia que yo tuve, que todos los de mi clase tenían más juguetes que yo y parecía que me había portado mal. No dejaré que lo mismo le pase a mi hijo.

Y yo os responderé, entonces, que hagáis lo que os haga sentir mejor, pero que tengáis claro que regalar muchos juguetes a un niño, no porque los necesite realmente, sino por evitar que vivan lo mismo que vosotros no es hacer las cosas pensando realmente en vuestro hijo, sino hacerlas pensando en vosotros, en curar vuestras heridas de niño, en lamer esa cicatriz que aún hoy duele, que aún hoy, cuando se acerca la Navidad, recordáis.

Y además añadiré una cosa: ¿Cuál es realmente esa cicatriz? Porque muchos niños, a falta de pasar tiempo con nuestros padres, aprendimos a medir la felicidad según la cantidad de juguetes que teníamos y a medir el amor en la cantidad de regalos que nos hacían (“¿has visto cuánto te quiero que te he comprado lo que querías?”, nos decían). Sin embargo la felicidad y el amor no tienen que ser eso.

Papá Noel y los Reyes Magos no existen para comprar todo lo que un niño quiere, sino para hacer algún regalo de los que le gustan y enseñar a los niños a que durante esa noche, ellos repartirán regalos a todos los niños del mundo (ejem), enseñando el valor de compartir y ser solidarios (ejem otra vez) y la felicidad de regalar algo a alguien que te importa.

Y lo hacen así porque ellos no pueden hacerlo de otra manera (son magos, solo aparecen una vez al año y encima no quieren que nadie les vea), sin embargo nosotros, los padres, sí podemos. Sí podemos enseñar que el verbo del amor es “amar”, y no “comprar” y que el ser felices no depende de cuánto tengas o de cuánto te regalen, sino de estar con las personas que te quieren y te hacen sentir bien, contento y a gusto.

Repito, haced lo que creáis conveniente, pero tened claro (al menos yo lo tengo) que lo que nos faltó en la infancia no fueron montañas de regalos, sino un poco más de tiempo con nuestros padres, poder jugar con ellos con o sin juguetes, sentir que éramos lo más importante que tenían. Eso nos faltó en mayor o menor medida a muchos y ahora, cuando pensamos en darles todo lo que no tuvimos deberíamos poner nuestro empeño en esto, sobretodo en esto.

¿Los juguetes? Son una herramienta para posibilitar el juego, muy útiles y muy necesarios, pero el amor y la felicidad, me temo que son otra cosa.

Foto | paulhami en Flickr
En Bebés y más | El tiempo que no dedicamos a nuestros hijos, El mejor regalo de Navidad, Cómo sobrevivir a la Navidad a pesar de la crisis

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Comentarios cerrados
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      Muchas veces los niños pequeños se entretienen con una caja y el papel de regalo. No es necesario tantos juguetes que no saben qué hacer con ellos. El mejor regalo es estar con ellos y que sean felices.

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    • Avatar de alito2011 Respondiendo a alito2011
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      es verdad! mi hijo con lo que mas juega es con unos posa vasos que tengo con animales dibujados.Tambien le gusta mucho jugar con los estropajos y las bayetas de cocina

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      Como dije también en la entrada de Mireia Log, yo creo que el problema es que hacer creer a los niños en Reyes Magos y Papa Noel es hacerles creer que los niños ricos son mejores y más buenos que los niños pobres, aunque sean unos auténticos cabrones.

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    • Avatar de nymph032001 Respondiendo a nymph032001

      Disculpa Nymph, no sé si puedes editar aún este mensaje, pero si puedes edita lo de "cabrones", ese apelativo dirigido a unos niños (me da igual si ricos, pobres, trastos o angelitos) me pone el corazón de punta. Gracias si te deja editar y editas.

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    • Avatar de brujanorte Respondiendo a brujanorte
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      perdona la expresión brujanorte, no se editar el comentario, donde se hace?

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    • Avatar de nymph032001 Respondiendo a nymph032001

      Puedes.editar al poco de haber escrito el mensaje, sale el "editar" a la derecha arriba, pero pasado un tiempo ya no te deja editar, por eso te comentaba si aún podías. Ya da igual, tú misma te has dado cuenta de lo desafortunado de la expresión, a veces nos puede el entusiasmo.

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    • Avatar de brujanorte Respondiendo a brujanorte

      si, ha sido desafortunada la expresión, me refería un poco a la sensación que tiene un niño que se ha portado muy bien cuando el niño (no por ser cabrón, sino por los motivos X que tenga) que le está haciendo maldades todo el día en el cole aparece con mejores regalos.

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      Hola,

      Yo creo que aquí lo que tiene que imperar es el sentido cimún. Qué es mucho y qué es poco? Dónde está el límite? Yo creo que hay que regalar con mucha medida y repartir el tipo de regalos entre los familiares, que luego uno se encuentra en casa con 100.000 juguetes, que no todos regalen juguete...

      Ahora de momento mi hija no se entera mucho...no pide nada y de momento no sabe quienes son los reyes, ni quien es ese hombre de rojo con barba y no se cuestiona como es que alimentando a un tronco y dándole luego de palos cantando una canción acaba cagando un regalo... el caso es que sin saber porqué de repente le cae un regalo, que está encantada de abrir, y sea lo que sea le hace mucha ilusión... no hace falta mucha cosa...de momento...

      Besos

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      Leyendo la entrada no he podido evitar recordar mi infancia y compararla con la de mis hijos... Si realmente me lo pudiera permitir creo que el mejor regalo que les podría dar sería dejar el trabajo por un tiempo y ser "SOLO MADRE". Mi recuerdo de mi infancia es mi madre acompañándonos del cole, mi madre jugando con nosotros, ayudándonos con los deberes, enseñándonos a coser, a hacer manualidades, a cocinar...

      Somos muchos hermanos y en el plano material nunca nos ha faltado nada pero tampoco nos ha sobrado, sin embargo recuerdo con nostalgia la "forma de vivir" en nuestra infancia: mis hermanos eran mis amigos y compañeros de juegos (y de riñas, por supuesto), jugábamos en la calle y en el campo, cualquier ocasión y lugar eran aptos para el juego (la ida y vuelta del colegio entre los campos de naranjas, las obras en un solar cercano...

      Ahora los niños prácticamente no juegan (o al menos no como yo jugaba): al cole, a casa, a la tele, a comer, al cole, a actividades, los deberes, la tele, la ducha, la cena...

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      Buena reflexión Armando, independientemente de si se cree o no en Reyes Magos o Papá Noel.

      En esta sociedad consumista muchos padres hemos perdido la perspectiva, a muchos nos tocó crecer con algunas carencias materiales y más si había más de 3 ó 4 hermanos, nuestros padres nos inculcaban valores de sobriedad y ahorro. Y ahora queremos dar a nuestros hijos todo aquello de lo que carecimos o que no les falte lo que los demás niños tienen, y no nos da por pensar que menos dar todo aquello que no tuvimos y sí dar todo aquello que sí tuvimos (más excursiones, domingos de merendolas, fines de semana en el pueblo, tiempo sin prisas con mamá...)

    • Estoy contigo Armando, mejor poco y bueno. Nosotros no solemos comprar juguetes a Martín habitualmente. Solo cuando vemos algo que realmente nos gusta, o sentimos que ha evolucionado y necesita un juguete más complicado. Jamás compramos en chinos y tenemos dicho a los amigos que no queremos que le traigan nada cada vez que vengan, como si el hecho de hacer una visita implique tener que llevar algo material, cuando la visita en sí misma es lo que importa, la persona, no lo que trae. Eso no significa que no puedan regalarle jamás, pero no como norma, no queremos que él asocie esa persona a algo material o que crea que él tiene que obtener siempre algo, que su presencia implica una recompensa.

      Con respecto a los Reyes, Martín sabe que son los que traerán los regalos más grandes, sus deseos -no todos claro-. Papá Noel traerá un detalle. De todas formas no le dejamos ver publicidad de televisión ni tampoco catálogos, así que no está rodeado de estímulos, pide juguetes de pelis que ve, como Toy Story o Cars, o cosas genéricas como construcciones o cochecitos, etc. De hecho los Reyes probablemente traigan el camión Mack.

      Una cosa personal, ¿tus hijos saben quiénes son los Reyes? Es que recuerdo el post del Ratoncito Pérez, y me extrañaba que con los Reyes sí mantuvieras el secreto.

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    • Avatar de ciberia Respondiendo a ciberia

      Jon sí lo sabe. Aran creo que no. Digamos que no vamos pregonando quien son en realidad, pero tampoco vamos pregonando quien no son.

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    • ¿Y qué es más fácil, que lo sepan o que no? Es que a mi siempreme dijeron mis padres que eran ellos, más que nada por ir a lo práctico. Ellos el primer día de vacaciones del cole me llevaban a la tienda y me compraban el regalo que yo eligiera. Pero cuando me hice mayorcita (fíjate tú) me empezó a gustar el tema del regalo sorpresa de los Reyes y mi madre empezó a dejarme un detallito todos los años junto a mis primeros zapatos...Aisss, si es que me encanta!

      Por eso ahora estoy con la duda con mi hijo...visto lo mal que lo está pasando por la espera, no sé si no sería más fácil decirle la verdad para el próximo año (aunque le gusta taaaaanto Papá Noel por los dibujitos de Caillou, Mickey y compañía que no sé...)

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    • Avatar de kiliwia Respondiendo a Silvia

      Hola,

      La verdad es que la opción que escogieron tus padres me parece un poco triste... y cómoda...no? de verdad te estás planeteando quitarle la ilusión a tu hijo de que hay unos personajes mágicos que se encargan de ir dejando regalos a todos los niños del mundo? buenos, malos, pobres y ricos? te lo planetas porque tu hijo lo está pasando mal por la espera? Tan mal, tan mal, tan mal que se merece que acabes con esas ilusiones?

      Yo, la verdad es que mientras crean en ese mundo y otros de fantasia, tan escaso en los adultos, excepto en los frikis claro, no se me ocurriría por nada del mundo acabar con algo así...a no ser que ya un día empiece a sospechar y me pregunte en serio... pero los reyes existen o sois los padres? mientras tanto... para qué hacerles perder ese pedacito de ilusión-ingenuidad... que son niños...

      Besos

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    • Avatar de mmerce Respondiendo a mmerce

      bueno, eso de que dejan regalos a todos los niños del mundo... quitarle la ilusión a tu hijo de que hay unos seres mágicos que regalan a los niños según su nivel socioecónimo independientemente de su comportamiento para luego descubrir que todo era mentira?

      Yo no crei en los Reyes Magos y tenía mucha ilusión, sentia mucho agradecimiento hacia mi familia, pronto aprendí el esfuerzo que les suponía.

      Y en cuanto a la imaginación, pues yo tenía mucha, pero por seres de verdad buenos, creía en las hadas, me imaginaba en el bosque con duendes, jugaba a ser diferentes animales, etc. Pero los regalos de reyes magos los compraba mi madre con el sudor de su frente.

    • Avatar de mmerce Respondiendo a mmerce

      En defensa de mis padres tengo que decir que ellos pensaban que esperar al último día de vacaciones para darme los jueguetes era peor que quitarme una ilusión que realmente no me quitaron porque yo la mantengo (la de que alguien a quien quiero y que me quiere me regale algo especial la noche de Reyes).

      Pero pasando a mi hijo...sí, lo está pasando mal. No entiende por qué ese ser mágico no llega ya con su tractor amarillo que se monta con tornillos y tuercas. Y lleva así desde el 24 de noviembre que "hicimos el encargo". Estuvo tres días sobreexcitado, enfadado por todo, gritando y de mal humor...y llamando a Papá Noel! Es más, se asomaba al atardecer y decía que lo veía en el cielo con su trineo, que estaba llegando. Se le pasó un poco porque vimos un video de Rudolf con la patita rota y ya sólo pregunta varias veces al día si ya está llegando. Pero ayer hicimos un árbol de Navidad y ya está otra vez revolucionado. Lo primero que dijo es que habia un regalo para él, lo abrió imaginariamente y era su tractor amarillo (imaginario, claro). Así que nos estamos planteando adelantar su llegada porque es un sufrimiento para todos y el año que viene no sé qué haremos.

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    • Avatar de kiliwia Respondiendo a Silvia
      interesante

      Pues yo en tu caso se lo daba cualquier día de estos... tu hijo no sabe si mañana es día 13, 25 o 34, así que si anda tan nervioso le dais el regalo y ya está: "Papá Noel ha decidido traértelo hoy", y el año que viene, en vez de hacer la mentira a vuestra manera, pues intentáis hacerla tal y como la hacemos los demás.

      El decir o no quién es quién ya depende de vuestra ideología o vuestras ganas de alimentar la existencia de unos personajes que no nacen de la imaginación de los niños.

      En mi caso recuerdo que cada Navidad era una pasada para mí, por el agradecimiento que le profesaba a estas personas desconocidas que me traían tantos regalos materiales. El día que mis padres me dijeron la verdad se me cayó el mundo encima. Me sentí engañado, muy engañado y me enfadé porque podría habérselo agradecido a ellos todos esos años, en vez de a una ilusión, y me enfadé porque en el fondo deseaba que siguieran existiendo, pero no era posible.

      Años después conocí a una mujer, la mía, cuyos padres eran los reyes de siempre y que disfrutaba cada año preparando sorpresas para ellos y recibiendo las sorpresas de su familia. Había menos "me pido" y más "te sorprendo" y me gustó el concepto y el evitar que luego con el tiempo se llevaran el disgusto que yo me llevé, así que ahora ni alimentamos la mentira ni la dejamos de alimentar, sobretodo para Aran, de 3 años, que no tiene claro qué creer (vamos, que creo que hablando claro tendríamos problemas para convencerle de que no existe).

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