Larga vida a la bañera-cambiador

Larga vida a la bañera-cambiador
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Si hace unos días os ofrecimos todas las claves para encontrar la perfecta, hoy vamos a ver unos sencillos consejos que alargarán la vida útil de la bañera-cambiador para que nos acompañe durante años en buena forma. La llegada de un hermano, nuestra economía o el poco espacio en casa bien valen que cuidemos este enser.

  • Hemos de decidir de qué material queremos la estructura de la bañera cambiador (lógicamente me refiero a las patas, no al cubículo de la bañera, que es de plástico). Una estructura de madera puede acabar deteriorándose, y más todavía si está lacada en pintura. Con el vapor y los cambios de temperatura que suele haber en los baños es probable que se estropee, del mismo modo que el metal, que acabará oxidándose.

  • Compremos una funda de tela de repuesto. Las bases del cambiador van forradas de un plástico que suele llevar bonitos estampados infantiles. Pero con el uso, las juntas de estas fundas de plástico se desgastan y acaban rompiéndose por algún lado. Entonces, queda al aire la gomaespuma, que no tarda en ir deteriorándose. En este punto es cuando muchos papás deciden salir a comprar la funda para el cambiador.

  • Mi consejo es que desde el principio nos hagamos con una o dos de estas fundas de tela de algodón (normalmente la base es de toalla). Aparte de la calidez que proporcionan cuando apoyemos al bebé, protegen la base cambiadora, alargando su vida útil y evitando que el roce y algún que otro tirón se lleven por delante trozos de gomaespuma.

  • Una funda de repuesto, o dos. Estas fundas de toalla son bastante económicas, de modo que podemos comprar una de repuesto, pues por experiencia propia, no es raro que se manchen de pipí o de caca cuando los bebés son muy pequeños. Ese es el inconveniente, que habremos de lavar con frecuencia la funda. Si dejamos el plástico, al ser impermeable, sólo habremos de limpiarlo con un paño húmedo o toallitas cuando haya estos imprevistos. Pero también el plástico sufrirá más y correrá el peligro de romperse antes como hemos dicho.

  • Cuando no usemos la bañera como tal porque el bebé ha crecido, el uso como cambiador sigue bastante tiempo más, de modo que el mueble continúa en el baño. Entonces podemos aprovechar para guardar pañales o paquetes de toallitas en la bañera, como si fuera un pequeño armario más en el baño, incluso hay quien aprovecha para tener ahí los zapatos y zapatillas del niño.

  • Cuando acabemos el baño del bebé conviene vaciar bien la bañera de agua para que no queden restos y secarla bien con papel o una toalla. De este modo no quedará agua donde proliferen bacterias y no habremos de emplear productos limpiadores que puedan dañar la superficie tan frecuentemente.

Esperamos que estos consejos para que la bañera-cambiador nos dure mucho en perfecto estado os hayan resultado de utilidad. Ahora sólo tenemos que esperar no habernos equivocado en la compra y quedar contentos con este mueble que puede resultar tan práctico durante años.

En Bebés y más | El paso a la bañera de mayores, Comprar el cambiador con cabeza, Un cambiador multiusos

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