Hoy nos tropezamos con uno de esos estudios que nos gustaría revisar a fondo porque, a pesar de los resultados aparentemente firmes, nos suscita algunas dudas. Según una reciente investigación los niños prematuros son peores estudiantes.
Si bien es cierto que las semanas finales del embarazo son cruciales para el posterior desarrollo físico del bebé (y por eso se procura que no nazcan antes de la semana 38), ¿son verdaderamente determinantes esas últimas semanas para el progreso intelectual del niño? ¿No hay otros muchos factores implicados, difíciles de mesurar simplemente comparando calificaciones?
En el estudio, dirigido por la doctora Kimberly Noble (profesora asistente de pediatría del Centro Médico de la Universidad de Columbia y del Hospital Presbiteriano de Nueva York), se examinaron 128.050 bebés nacidos entre la semana 37 y 41 de gestación en Nueva York entre 1988 y 1992.
Los investigadores compararon la duración del embarazo con las notas de los niños (en tercer grado) en las asignaturas de matemáticas y lectura, y los resultados aparecen en la revista “Pediatrics”.
Los niños que habían nacido entre la semana 37 y 38 tenían unas notas más bajas que aquellos nacidos en la semana 41 del embarazo. De hecho el 33% de los niños nacidos más temprano tenían un retraso severo en la lectura respecto al los nacidos a término, o problemas en matemáticas y cálculo.
No solo eso, sino que por cada semana adicional de gestación, las notas de los niños mejoraban. La tendencia se mantuvo aún después que se ajustaran otras variantes como el peso al nacer, el nivel socioeconómico, la raza y la historia familiar de consumo de sustancias tóxicas.
De todas formas, los propios investigadores hablan de un mayor riesgo de retraso escolar si el bebé es prematuro, y tan solo ese riesgo sería suficiente para que se procurara no inducir partos antes de la semana 39.
Los resultados de este estudio se suman al cuerpo de evidencias científicas que muestran que los bebés nacidos a partir de la semana 39 del embarazo comen mejor, pesan más y tienen menos problemas de visión y de oído.
La clave, el desarrollo del cerebro
Tal vez la clave en ese mayor riesgo de retraso escolar se halle en el desarrollo del cerebro. Los bebés que nacen después tienen cerebros de mayor tamaño, porque entre la semana 37 y 41 del embarazo, el cerebro continúa creciendo, y aumentando la materia gris y los nervios que luego intervendrán en las conexiones nerviosas y neuronales.
Pero si de todas formas el cerebro del bebé sigue creciendo tras el parto, ¿qué provocaría ese mayor desarrollo? Según la directora del estudio:
Quizás hay algo sobre el ambiente uterino que respalde el desarrollo cerebral de forma favorable en el último mes del embarazo, que tal vez se vea afectado por un nacimiento temprano.
Además recordamos que estudios previos calculaban en un 37% el riesgo de padecer problemas neurológicos si el bebé nace con complicaciones (aunque se incluían otros problemas al nacimiento, no solo nacer prematuros).
En cualquier caso, el correcto desarrollo de las funciones cerebrales y neurológicas depende mucho en los primeros años de la plasticidad cerebral y la estimulación que se haya llevado a cabo con los niños.
No sé si serán más los beneficios físicos o intelectuales, en cualquier caso está claro que un bebé nacido antes de tiempo puede pasarlo mal, por lo que, siempre que sea posible, conviene no adelantarse a la naturaleza. Por ello sigue siendo tan importante investigar sobre los factores de riesgo de partos prematuros, para intentar prevenirlos en la medida de lo posible.
Vía | Health Finder
Más información | Pediatrics
Foto | jepoirrier en Flickr
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