A los niños pequeños no les gusta compartir sus cosas. Lo suyo es suyo y de nadie más. No es egoísmo, sino una fase de su desarrollo. Aunque es importante que enseñemos a compartir a nuestros hijos, también debemos respetar su ritmo y ser tolerantes y comprensivos. Compartir es una habilidad social que se adquiere con el paso del tiempo.
Para muchos padres, que los niños pequeños sean capaces de compartir sus juguetes con otros niños es un síntoma de generosidad y buena educación. Sin embargo, es bastante frecuente que el pequeño se niegue en redondo a compartir sus cosas con nadie más. En esta situación, la mayoría de los padres actuamos como hacemos siempre, intentando darles ejemplo. Y sin saberlo, estamos cometiendo un error.
Hasta los 3 años aproximadamente, los niños no adquieren la capacidad de jugar o realizar actividades en grupo. Hasta ese momento, están acostumbrados a jugar solos y a que nadie más coja sus juguetes. No tienen sentido de la propiedad, pero sus hábitos y sus rutinas, así como los objetos conocidos, les proporcionan seguridad.
Cuando alguien les quita algo de las manos sin su consentimiento, les está arrebatando algo que es suyo y se sienten desorientados, confusos y engañados. Tal y como se sentiría cualquier adulto al que le obligaran a compartir sus pertenencias con los demás en contra de sus deseos. Nuestra intención es buena, pero la forma es errónea. Sencillamente, no podemos prestar cosas que no son nuestras. Lo ideal es que los niños compartan sólo lo que quieran compartir y si quieren hacerlo.
No debemos engañarles quitándoles las cosas de las manos, siempre debemos a nuestro hijo y sus cosas. Si él no quiere prestar su juguete, está en su derecho porque es suyo. Poco a poco, irá comprendiendo lo que significa compartir. Cuando entienda que prestar sus cosas no es sinónimo de perderlas se sentirá más predispuesto a ceder sus juguetes a otros niños.
Los juegos de grupo en los que, por ejemplo, se pasan una pelota entre ellos, son buenos para que los peques aprendan este concepto. También hay que aprovechar los momentos en los que el niño quiere coger algo que no es suyo para enseñarle a ser respetuoso con las cosas de los demás y aprender a pedir permiso y a obtenerlo.
Tanto si los peques comparten sus juguetes, como si juegan solos, los juguetes de los niños pequeños pasan constantemente del suelo a la boca y debemos tener en cuenta ciertas reglas básicas para mantener la higiene durante el juego:
- La limpieza de los juguetes ha de ser frecuente. No los laves sólo cuando se hayan manchado. Los juguetes de los niños pasan constantemente del suelo a la boca y acumulan muchos gérmenes. Estos son la causa de la mayoría de las infecciones que cogen nuestros hijos, como las gripes y los resfriados. Para evitarlo, se recomienda desinfectarlos por lo menos una vez a la semana con una lejía, como Estrella 2en1 (exceptuando los que sean de madera). En el caso de los juguetes de baño, es muy normal que acumulen moho en su interior, para eliminarlo los llenaremos de lejía diluida en agua y los vaciaremos, dándole después un buen aclarado.
- Aprovecha el lavavajillas para aquellos juguetes que admitan una temperatura alta. ¡Así ahorrarás tiempo y trabajo!
- Los peluches, al congelador. Los peluches son un auténtico nido de ácaros. Un truco casero para acabar con ellos, es meterlos al congelador durante unas horas. También puedes lavarlos en la lavadora (siempre que la etiqueta no indique lo contrario).
- Lavarse las manos antes de jugar. Haz que tu peque adquiera este buen hábito para mantener sus juguetes limpios durante mucho más tiempo.
Es absolutamente normal que los peques lo toquen y cojan todo, jueguen en el suelo o se lleven sus juguetes a la boca. Están explorando el mundo que les rodea y en la primera etapa de la infancia, sus manos y su boca son sus herramientas básicas de reconocimiento. No se trata de obsesionarnos con la limpieza, ni de estar constantemente pendientes de la desinfección. Tan sólo debemos mantener estas sencillas pautas de higiene para eliminar los patógenos y los restos de suciedad de sus juguetes y dejarles disfrutar con tranquilidad de sus horas de juego en casa.
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