Según se puede ver en la imagen, que más parece un experimento que una realidad porque no he conseguido encontrar el nombre del restaurante ni me creo que una comida con niños y postre cueste 54 dólares, si los niños se portan bien durante la comida el restaurante ofrece un descuento en el importe de la factura. Por lo que se ve en la imagen la rebaja es de casi el 10% lo que puede resultar muy atractivo. Aunque a algunos también nos llama la atención que los impuestos sean del 5% mientras que en España tenemos el 10% de IVA nos portemos como nos portemos.
Que el restaurante haga lo que quiera, me parece bien, si considera que tiene que premiar a los padres y a sus hijos por portarse bien será que lo puede compensar con mejor atención, más servicios y más clientes satisfechos. Aunque abre un debate interesante de qué pasaría si un restaurante ofrece algo similar en el caso de que los niños se porten mal. Los comentarios que he leído en otros sitios que han hablado de la noticia muestran la necesaria responsabilidad de los padres en la educación de sus hijos, de qué significa portarse bien, de por qué hay que juzgar el comportamiento de los niños, de los sitios que restringen la entrada a los niños y muchas más opiniones.
Como cliente también haré lo que quiera. Lamentablemente el servicio en muchos locales, al menos en España, ha ido claramente a peor: mesas sucias, ruido, mala atención, propuestas para cocinar en la mesa y la última novedad con el ¡autoservicio! Y los precios no solo no han caído sino que no paran de subir. Así que mientras haya oferta y demanda el restaurante ofrecerá lo que quiera y como consumidor elegiré lo más adecuado a mi criterio.
Aunque me parece un experimento que está generando una rica enseñanza, no debería sorprendernos porque hay muchos restaurantes que ofrecen espacios para que los niños jueguen y se entretengan, en la mesa, con pinturas y papeles, o fuera de ella con zonas de juego o jardines, y seguro que ese servicio también nos lo están incluyendo en la factura.
La responsabilidad de la educación de los hijos es de los padres y si un restaurante ha considerado que puede premiar esa dedicación con un descuento en la factura me parece una buena iniciativa. Seguramente los padres responsables aceptarán esa recompensa, agradecerán al restaurante su propuesta y volverán, sobre todo si además la comida está buena.
Vía | Ahorro diario y Alfonso Alcántara